Salud

La sangre cambia a partir de los 50 años: investigadores catalanes abren la puerta a terapias antienvejecimiento

Un estudio del IRB y el CRG identifica patrones de cambio de las células madre que son "casi universales"

Han encontrado patrones en las células que revelan cambios en la sangre detectables a partir de los 50 años
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BarcelonaUna persona joven puede llegar a tener 200.000 células madre, que son las encargadas de que cada día se produzcan miles de millones de glóbulos rojos, blancos y plaquetas que, después, corren por nuestra sangre. A medida que envejecemos, el sistema sanguíneo se deteriora: se pierden células madre y se altera la generación de nuevas células. Por este motivo, el envejecimiento es uno de los principales factores de riesgo de un gran abanico de enfermedades, entre ellas el cáncer o el alzhéimer.

Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona y del Centro de Regulación Genómica (CRG) han demostrado que, a partir de los 50 o 60 años, las células de la sangre de algunas personas muestran unos patrones naturales, una especie de "códigos de barras" del AD. El hallazgo no sólo permite constatar una pérdida de diversidad celular "universal", sino que en el futuro puede favorecer la detección de enfermedades relacionadas con el envejecimiento mucho antes de que aparezcan los síntomas. Aunque todavía faltan años de investigación, podría preceder al desarrollo de terapias antienvejecimiento.

Los cambios que han descubierto los centros catalanes pasan a ser "casi universales" para todas las personas a partir de los 60 años, edad en la que grupos concretos de células madre superan a las otras tipologías y asumen gradualmente el control de la producción sanguínea. Esto hace que se reduzca la diversidad de células madre y se favorezca la producción de un tipo de célula inmune asociada a la inflamación crónica llamada mieloide.

Inflamación crónica persistente

"Nuestras células madre sanguíneas compiten por sobrevivir. Durante la juventud, esta competencia crea un ecosistema rico y diverso, pero con la edad, algunas desaparecen completamente. Unas pocas toman el relevo y trabajan el doble para compensar, lo que reduce la diversidad y debilita al sistema sanguíneo", explica Lars Velten, miércoles la revista Nature.

Según los investigadores, esta pérdida de diversidad de células madre observada en el estudio puede relacionarse con una inflamación crónica persistente que aparece con la edad y que hace que las personas sean más vulnerables a diversas enfermedades. El equipo ha identificado este patrón tanto en ratones como en humanos, por lo que creen que se trata de una característica fundamental del envejecimiento sanguíneo en todas las especies.

En este sentido, consideran que estas conclusiones abren la puerta a desarrollar nuevas estrategias para detectar señales de un envejecimiento poco saludable mucho antes de que aparezcan los síntomas y prevenir enfermedades como la leucemia mieloide, las enfermedades cardiovasculares o los trastornos inmunitarios. También abre la puerta a estudiar la viabilidad de terapias para retrasar el envejecimiento en humanos, uno de los santos griales de la ciencia.

Una nueva técnica de cribado

Hasta ahora, rastrear cada célula sanguínea hasta su célula madre de origen sólo era posible en modelos animales con modificaciones genéticas, pero no en humanos. se divide, hay unas marcas químicas llamadas metilaciones se copian a las células hijas, como si fuera un código de barras o un apellido permanente que les ha permitido reconstruir el árbol genealógico celular. Para leer estas marcas químicas que las células sanguíneas comparten con las células madre unicelular.

Con esta herramienta, los científicos han reconstruido la producción sanguínea en ratones y humanos, identificando qué células madre contribuyen a la sangre y cuáles abandonan la competencia con el tiempo. sirviera como cribado del cáncer de la sangre, pero aún tenemos que rebajar el precio de la técnica", concluye Velten.

"Este estudio pionero representa un gran avance en nuestra capacidad para comprender y controlar el envejecimiento a escala celular", valora Ana Guerrero, de la investigadora Ramón y Ca. Iñaki Martín-Subero, jefe del grupo de Epigenómica Biomédica del IDIBAPS, que califica el estudio de "excelente, con una calidad técnica excepcional y un elevado grado de innovación conceptual". ha participado en la investigación.

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