El Espanyol celebrará los 125 años en Primera
Dos goles de Puado y Pere Milla en el tramo final certifican la permanencia blanquiazul en un partido relleno de tensión


BarcelonaEl Espanyol es de Primera. Y lo seguirá siendo la próxima temporada pese a sufrir más de lo previsto (2-0) para acabar imponiéndose a un Las Palmas ya descendido. Puado y Pere Milla salieron al rescate de los blanquiazules con dos goles en el tramo final que sirvieron para desatascar un partido que se encaminaba hacia la tragedia. En una tarde de sufrimiento, Cornellà-El Prat pasó de los nervios a la euforia final. El Espanyol ganó la final para la permanencia gracias principalmente a dos nombres propios, Joan Garcia y Puado. El portero y el punta, que probablemente no seguirán la próxima temporada, cierran el curso como los principales artífices de la salvación. Ambos acabaron manteados por la afición blanquiazul, que llenó el césped del RCDE Stadium una vez el árbitro pitó el final del partido. El guardameta, que dejó entrever su salida una vez terminado el partido, envió un mensaje a la directiva: hay que invertir más en refuerzos.
En un partido en el que había que gestionar casi por igual el aspecto emocional y el futbolístico, el Espanyol salió al césped hecho un saco de nervios, con un exceso de revoluciones. Las ganas de atacar y de marcar, desde el principio, pasaron factura a un equipo acostumbrado a afrontar los partidos con paciencia. Intentó convertir cada balón que tocaba en campo rival en una carrera casi en solitario y en la desesperada hacia la portería rival. Los blanquiazules atacaron con demasiada impaciencia, sin pausa ni tranquilidad, abusando de pases largos y centros precipitados, dos recursos poco efectivos contra Las Palmas. Pese a formar con un once de circunstancias plegado de bajas, los canarios, destensados, jugaron bastante cómodos, conscientes de que no tenían nada que perder. Los de Diego Martínez aprovecharon el nerviosismo de los blanquiazules para acercarse con cierto peligro a la portería defendida por Joan Garcia, que tuvo que intervenir en hasta tres ocasiones en la primera media hora.
El Espanyol, irreconocible, no supo encontrar argumentos futbolísticos para inquietar al adversario. Tras cinco derrotas consecutivas que comprometieron la situación en la clasificación, el equipo dio un paso atrás. En lugar de recuperar la versión solvente y fiable de principios de año, firmó una de las peores primeras partes de la temporada. El principal pecado, saltarse el centro del campo. Sin la clarividencia de Expósito ni los pases filtrados de Urko, los espanyolistas no fueron capaces de generar ataques con sentido. El nerviosismo y la impotencia que se vivían en Cornellà-El Prat fueron creciendo a medida que los transistores iban informando a la grada de los goles del Leganés, que hizo los deberes en un cuarto de hora y se marchó al descanso con tres goles de ventaja contra el también descendido Valladolid.
Los silbidos con los que la grada despidió al equipo al descanso resultaron un toque de atención a un equipo que seguro recibió un estirón de orejas de su técnico al paso por los vestuarios. Había que serenar como fuera unos jugadores bloqueados por los nervios que, sin embargo, seguían teniendo la salvación a sólo un gol de distancia. No importaba lo que ocurriera en Butarque: sólo había que marcarle un gol a un Las Palmas que no se jugaba nada.
Joan y Puado atan la permanencia
En la reanudación, Manolo González dio entrada a Pere Milla para añadir más desequilibrio en la zona ofensiva. Pero el guión del partido no cambió demasiado. El Espanyol, incapaz de dar tres pases consecutivos en terreno rival, seguía poniendo las cosas demasiado fáciles a un Las Palmas que, jugando bastante tranquilo, estuvo muy cerca de abrir la lata en un remate con poco ángulo de Jaime Mata que Joan Garcia, el único salvable de la tarde, envió a córner. Los canarios, que jugaron con mucho más criterio, generaron más peligro que un Espanyol que no parecía jugarse la vida, pese a jugar toda la segunda mitad siendo virtualmente equipo de Segunda.
Manolo González siguió buscando soluciones en el banquillo hasta que encontró la tecla. A los pocos minutos de entrar en el césped, Veliz, una de las decepciones de la temporada, apareció en el momento en que más se necesitaba para provocar un penalti trascendental. En el momento más determinante de la temporada, apareció el hombre gol de la temporada. Javi Puado, que ya se convirtió en el héroe del ascenso por los dos goles que marcó al Oviedo en la vuelta de la final del play-off, volvió a desatar la euforia del RCDE Stadium transformando la pena máxima. Duodécimo gol en esta Liga del barcelonés, que se ha ganado a pulso poder decidir su futuro. A diez minutos para el final, Pere Milla, otro jugador con poco protagonismo este curso, se reivindicó firmando la diana de la tranquilidad. Dos nombres que se añadirán a una lista en la que ya están Pitus Prat, Kubala, Tamudo o Coro. Los héroes de las permanencias más dramáticas del Espanyol. Los blanquiazules continuarán en su sitio, que no es otro que la Primera División.
- FICHA TÉCNICA DEL PARTIDO
- Español: Joan Garcia; Omar, Calero, Cabrera, Romero; Urko (Aguado, 79'), Lozano (Milla, 46'), Expósito (Král, 60'); Jofre (Veliz, 53'), Puado y Roberto Fernández (Sergio Gómez, 79'). Entrenador: Manolo González
- Las Palmas: Horkas; Marvin, Herzog (Josito, 81'), McKenna, Mármol; Sergio Viera (Diego Martín, 60'), Loyodice, Essugo (Arturo, 70'), Benito (Januzaj, 46'); Manu Fuster y Jaime Mata (McBurnie, 80'). Entrenador: Diego Martínez
- Goles: 1-0 Puado, de penalti (65'), 2-0 Pere Milla (82')
- Árbitro: Muñiz Ruiz (Comité Gallego)
- Tarjetas amarillas: Expósito (15'), Marvin (26'), Calero (42'), Puado (65')
- Tarjetas rojas: ninguna
- Estadio: RCDE Stadium, 32.511 espectadores