El acuerdo comercial entre EEUU y Reino Unido no exime a los británicos del 10%

Trump se cuelga la medalla de un pacto que también incluye planes para alinear a Londres con la seguridad económica de Washington

El presidente Trump durante el anuncio del acuerdo comercial de EE.UU. con el Reino Unido
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WashingtonEl presidente Donald Trump ha anunciado esta madrugada un acuerdo comercial con Reino Unido, el primero que la Casa Blanca logra desde que inició su guerra arancelaria. El presidente estadounidense, que ha explicado que los detalles finales "se escribirán en las próximas semanas", ha dicho que "el acuerdo incluye miles de millones de dólares en acceso ampliado al mercado para las exportaciones estadounidenses".

Asimismo, también incluye planes para alinear al Reino Unido con la seguridad económica de EEUU. Ahora bien, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, ha aclarado que los aranceles del 10% aprobados en abril seguirán en vigor.

"Ambos países hemos acordado que la seguridad económica es seguridad nacional, y trabajaremos juntos como aliados para asegurarnos de que tenemos una base industrial fuerte, controles de exportación apropiados y protecciones clave para tecnologías e industrias como el acero", ha dicho Trump desde el Despacho Oval. La Casa Blanca sí ha dicho que los aranceles para los vehículos importados del Reino Unido se reducirán al 10%. El gobierno británico, por su parte, ha confirmado que se eliminarán los gravámenes en el acero y el aluminio, según recoge Reuters.

Entre los sectores estadounidenses que se verán beneficiados por el acuerdo se encuentra "el sector agrícola, ya que aumentará de manera significativa el acceso a la carne de ternera estadounidense, el etanol y prácticamente todos los productos producidos por agricultores como Allen Grape".

"Ha sido fantástico por su colaboración en este asunto, por la relación especial y el vínculo extraordinario. Realmente es un vínculo tanto externo como interno entre nuestros dos países, que pronto será más fuerte que nunca. De verdad, tenemos una gran relación", ha dicho Trump, que ha celebrado la relación con Londres. Vía llamada, el primer ministro británico, Keir Starmer, también alabó los vínculos entre las dos naciones. "No hay dos países que estén más unidos que los nuestros, y ahora llevamos esa relación a un terreno nuevo e importante al añadir el comercio y la economía a la proximidad de nuestra relación", ha celebrado el británico.

Encuentro con el gobierno chino

Más allá del acuerdo comercial, Trump también ha hablado sobre la reunión prevista este fin de semana en Suiza entre las delegaciones estadounidense y china. El mandatario ha dicho que cree que "será un encuentro sustancial". Al preguntársele si considera rebajar los aranceles para Pekín –que llegan hasta el 145%–, Trump respondió: "Podría ser. Lo tenemos que mirar. No se pueden subir más, son de un 145%, así que sabemos que están bajando".

El presidente ha vuelto a insistir en su "buena relación" con su homólogo chino, Xi Jinping, aunque ha reconocido que la relación se "resintió" con la cóvida. Sobre el encuentro para negociar la guerra arancelaria, Trump aseguró que le gustaría ver a China "abierta" a un acuerdo. "Creo que tendremos un buen fin de semana con China", añadió.

El republicano ya avanzó el miércoles por la noche, en una publicación en Truth Social, un "gran acuerdo comercial con representantes de un país grande y respetable". "El acuerdo con Reino Unido es un acuerdo completo y exhaustivo que consolidará la relación entre Estados Unidos y Reino Unido durante muchos años. Debido a nuestra larga historia y alianzas conjuntas, es un gran honor que Reino Unido sea nuestro primer anuncio. Habrá muchos acuerdos más, que están en etapas avanzadas de negociación", escribía. Ahora bien, pese a que el presidente estadounidense lo describiera como "un acuerdo completo y exhaustivo", representantes británicos aclararon que el acuerdo que se firmará no será un pacto comercial integral, sino uno que se centrará en dirigir los aranceles de determinados sectores.

El anuncio puede servir de guía al resto de países para ver cuál es la mejor manera de negociar con Trump. En su visita a Washington en febrero, el primer ministro británico, Keir Starmer, evitó confrontarse con Trump por los aranceles y la guerra de Ucrania. En lugar de eso, se presentó en el Despacho Oval con un regalo: una invitación, firmada por el rey Carlos, para visitar su país. La invitación real, sin lugar a dudas, apeló al ego de Trump.

El pasado abril, Estados Unidos aplicó al Reino Unido la base global del 10% para todos los países –a diferencia de la UE, por ejemplo, que de entrada se le impuso un 20%–, además de que todo el aluminio y acero británico también están sujetos al 25% general que impuso para las importaciones. También se ven afectados los coches, sujetos al 25% para las importaciones de vehículos y piezas de montaje.

El Reino Unido esperaba conseguir una reducción de los aranceles del 25% sobre el acero y los automóviles, pero los responsables creían que el arancel base del 10% probablemente se mantendría, según recoge el Wall Street Journal. A cambio, Reino Unido ofrecía concesiones sobre un impuesto digital que aplica a las grandes empresas tecnológicas estadounidenses. Los detalles del acuerdo podrían servir también de guía para el resto de países a la hora de negociar pactos similares.

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