¿Aún no has alabado al líder supremo esta mañana?

Cuando sientes cómo hablan de Trump sus ministros, parece que Estados Unidos se esté convirtiendo en Corea del Norte. El día del bombardeo en Irán, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, utilizó expresiones como: "Gracias al liderazgo audaz y visionario del presidente Trump…" , "Muchos presidentes habían soñado con clavar este golpe final, y ninguno pudo, hasta el presidente Trump", "La operación que el presidente Trump " comandante jefe. Ha sido un honor verle esta noche liderando esta exitosa operación". Me imagino a Trump mirándole por la tele y contando alabanzas. Pronto veremos a todos los hombres del presidente caminando detrás de él, con un lápiz y una libretilla para apuntar todo lo que dice.

Días atrás, el embajador estadounidense en Jerusalén, Mike Huckabee, envió un mensaje en el que le decía: "Soy su siervo designado en esta tierra y estoy a su disposición, pero no intento ponerme ante su presencia muy a menudo porque confío en sus instintos". Culto a la personalidad. Será la única forma de asegurarse el cargo.

Todo el mundo sabe que a Trump, si quieres tenerlo buenas, hay que adularlo hasta la vergüenza ajena. Lo hizo el premier británico Keir Starmer cuando, ante las cámaras, se sacó un sobre de la americana con una carta personal del rey Carlos III invitando a Trump al Reino Unido. Y lo hizo ayer el jefe de la OTAN, Mark Rutte, el día antes de encontrárselo en la cumbre de La Haya: "Has conseguido lo que ningún otro presidente de Estados Unidos había podido conseguir en décadas", "Donald, nos has llevado a un momento muy importante para el mundo", "Europa pagará EN GRANDE (incluso le copias las mayas). A Trump le faltó tiempo para publicar el mensaje. El líder supremo está en Europa, hoy. Demos gracias.