Rusia vuelve a rechazar el alto el fuego e ignora una reunión Putin-Zelenski
Moscú y Kiiv acuerdan intercambiar a todos los prisioneros heridos, enfermos graves y menores de 25 años


MoscúVarados en el alto el fuego y sólo capaces de llegar a acuerdos sobre cuestiones humanitarias. La segunda ronda de conversaciones entre Rusia y Ucrania no ha terminado con mucho más progresos que la primera, el 16 de mayo. Los emisarios de Vladimir Putin en Estambul volvieron a dilatar la discusión sobre una tregua incondicional e ignoraron la petición de una reunión entre el presidente ruso y Volodímir Zelenski. Eso sí, ambas partes han pactado un nuevo intercambio de prisioneros, que incluya a todos los reclusos heridos, gravemente enfermos ya todos los jóvenes de 18 a 25 años cautivos.
La delegación rusa ha conseguido, una vez más, que la reunión de este lunes no sirviera para debatir las condiciones para un alto el fuego. Moscú se había negado a entregar su versión de memorando de paz y, por tanto, durante el encuentro, que se ha alargado poco más de una hora, unos y otros se han limitado a intercambiar los documentos con sus exigencias, pese a que los jefes de las delegaciones, el ruso Vladimir Medinski y el ucrano y media.
Según la agencia TASS, la hoja de ruta rusa no presenta novedades e incluye las mismas demandas inasumibles para Ucrania: que Occidente deje de suministrar armamento e inteligencia militar a Kiiv, que el ejército ucraniano retire las tropas de los territorios que Moscú internacionalmente, que Zelenski convoque elecciones como máximo cien días después de levantar la ley marcial o que Ucrania se convierta en un estado neutral.
Kiiv, por su parte, sigue apostando por un alto el fuego incondicional y lamenta que Rusia reclame "una semana más para revisar cualquier respuesta". Uno de los negociadores ucranianos, el viceministro de Exteriores, Sergii Kilslitsia, considera que esto implica de facto que el Kremlin vuelve a negarse a detener los combates.
La delegación ucraniana también ha insistido en presionar con la necesidad de una reunión Putin-Zelenski, una posibilidad que no ha comentado ante los medios el líder de los negociadores rusos. Sí lo ha hecho en su declaración el jefe de los emisarios de Kiiv. Ucrania defiende que "los problemas clave sólo pueden resolverse a nivel de líderes" y por eso proponen que las delegaciones se vuelvan a reunir entre el 20 y el 30 de junio para preparar una cita de este tipo. Incluso ha invitado a participar al presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La invitación la ha secundado el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien se ha mostrado optimista de cara a ser su anfitrión.
Nuevo intercambio récord
Como ya ocurrió después de las primeras conversaciones directas, ambos bandos sólo han podido ponerse de acuerdo en el intercambio de prisioneros. Umérov y Medinski coincidieron en destacar el acuerdo de intercambio en el formato "todos por todos", que comprende a enfermos y heridos graves, y soldados jóvenes de entre 18 y 25 años. La parte rusa afirma que se trata del mayor intercambio de reclusos desde la Segunda Guerra Mundial. Además, cada bando entregará los cadáveres de los militares enemigos fallecidos en combate, concretamente 6.000 por 6.000. Aquí la delegación rusa ha propuesto, con cierto desdén, "como el bando ucraniano habla constantemente de un alto el fuego", una tregua de dos o tres días en determinadas secciones del frente para que los comandantes puedan retirar los cuerpos de los soldados desperdigados por el campo de batalla. El presidente ucraniano ya calificó la idea de "idiota".
Otra cuestión humanitaria que se ha abordado a demanda de la parte ucraniana y que ha generado bastante tensión ha sido los casos de menores ucranianos desplazados a la fuerza en Rusia. Zelenski lleva tiempo exigiendo que estos niños "secuestrados" sean devueltos a su casa y, en la reunión de Estambul, la delegación de Kiiv ha entregado a los representantes rusos una lista con niños que reclama que sean entregados.
Una fuente conocedora de las conversaciones ha explicado al periodista de The Economist Oliver Carroll que Vladímir Medinski ha respondido con estas palabras: "No hagáis un espectáculo para mujeres mayores europeas sin hijos". Según informa el sitio web de noticias Axios a partir de fuentes ucranianas, el enviado de Putin ha añadido: "Deje de lanzar cifras alocadas. Volveremos a todos los que estén en la Federación Rusa. No hay secuestro de niños. Los soldados rusos no secuestran. Sólo les salvaron porque sus vidas estaban en él". Axios asegura que la delegación rusa se ha ofrecido a regresar a Ucrania sólo diez niños antes del 10 de junio.
Más tarde, frente a los periodistas, Medinski ha asegurado que en la lista que han recibido se incluyen 339 niños, "no miles o millones", y que trabajarán en cada uno de los casos. Reiteró que simplemente son niños "evacuados" al encontrarse "entre dos incendios" y que, en caso de tener familia, ya los han devuelto. Y ha puesto cifras: según Medinski, recientemente, la parte rusa ha devuelto a 101 niños, mientras que la parte ucraniana, una veintena.
Un ataque más moral que crítico
Las conversaciones han tenido lugar al día siguiente del mayor ataque ucraniano contra la aviación rusa desde el inicio de la guerra. Pese a que los Servicios Especiales Ucranianos aseguraron haber destruido 41 aeronaves, fuentes ucranianas rebajan la cifra a trece, mientras que el servicio ruso de la BBC calcula que serían once. Por tanto, habría causado daños importantes a la tríada nuclear rusa, además del innegable golpe moral, pero no se puede calificar de crítico porque no debilitará la disuasión nuclear ni reducirá la capacidad de los restantes aviones para disparar misiles contra Ucrania.