La desigualdad crece en Europa, pero cae (de momento) en España
El economista Branko Milanovic avisa de que las diferencias entre ricos y pobres en el Viejo Continente podrían llegar a ser como en América Latina


BarcelonaLa desigualdad crece en Europa, pero ha caído en los últimos años en España gracias a la buena marcha del mercado de trabajo. senior del Banco de España Laura Hospido, y el subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea, el think tank de la banca y otras grandes empresas españolas), José Ignacio Conde.
Milanovic –uno de los principales expertos mundiales en este ámbito– ha indicado que la desigualdad en el continente europeo irá al alza si se mantiene el ritmo de crecimiento actual, por lo que, en los próximos años, "los países europeos se parecerán mucho a los latinoamericanos". Esto se debe a factores internos de redistribución de la riqueza, pero también al crecimiento de las economías asiáticas.
Al respecto, Milanovic ha recordado que las capas más pobres de la sociedad europea no hace muchos años formaban parte del 20% más rico del mundo. Con el auge de los países emergentes, especialmente China y otros estados del sudeste asiático, los pobres europeos han retrocedido posiciones comparadas con las del resto del mundo. Este empobrecimiento, real y relativo, de buena parte de la población europea tiene consecuencias políticas, cuya principal es el derrumbe de los partidos moderados y el éxito de opciones más extremistas que proponen cambios en el sistema político y productivo.
El economista serbio de la CUNY se dio a conocer para estudiar el reparto de la riqueza en el mundo en los últimos 40 años, sobre la que explicaba que, con la globalización, las clases medias y trabajadoras de los países avanzados (Europa, Norteamérica y otros países como Japón y Australia) han sido de las grandes perdedoras a la desmantelamiento del estado del bienestar y reducciones de impuestos que han beneficiado más a las rentas altas que a las bajas.
El crecimiento del extremismo político, pues, es "un reflejo de la era neoliberal" iniciada a finales de los años 70 y que duró hasta la crisis de 2008, de la que "ahora estamos pagando los costes", opinó Milanovic. A esto se añade que la buena situación de las economías asiáticas se ha producido en estados con regímenes políticos "muy distintos" de los de las democracias occidentales.
Paro y desigualdad en el Estado
Por lo que se refiere a España, Hospido ha asegurado que la situación es relativamente buena en comparación con el conjunto del planeta, pero al mismo tiempo el Estado es más desigual que los países de su entorno, como Francia y Alemania. El economista del Banco de España ha explicado que la desigualdad en España "va muy unida" a la reducción del paro y la creación de empleo: "Cuando sube el empleo, desciende la desigualdad", ha dicho. Por tanto, en este ámbito, el hecho de que el mercado laboral pospandemia sea más activo y la afiliación de trabajadores a la Seguridad Social continúe creciendo hasta niveles récord (junto a las mejoras de sueldos, sobre todo el salario mínimo) ha permitido a España recortar las diferencias entre pobres y ricos.
Sin embargo, y la buena noticia de que la desigualdad se encuentra en cifras por debajo de los años previos a la crisis financiera del 2008, Hospido ha resaltado que hay otra variable a tener en cuenta, que es el riesgo de perder la renta. Este indicador, que es "muy importante a la hora de tomar decisiones económicas" por parte de las familias, muestra la inseguridad de los trabajadores a la hora de tener ingresos estables de cara al futuro próximo. Así, en el caso de los funcionarios, el índice "apenas fluctúa", mientras que en el caso de los jóvenes es "elevadísimo", ya que tienen trabajos mucho más precarios y contratos más cortos.
Justamente sobre la desigualdad entre generaciones, Conde ha indicado que hoy a las generaciones más jóvenes "no les acompaña ni la política ni la economía". a juicio de Conde, el elemento clave para evitar que la desigualdad entre generaciones no crezca aún más, ya que actualmente el crecimiento de la economía será inferior en porcentaje al que gozaron en los años 70, 80 y 90 las generaciones que entonces eran jóvenes y ahora ya son mayores.