Mabel Olea: "La gente que se lo toma todo muy en serio me hace gracia"
Bailarina

BarcelonaSi Mabel Olea (Lleida, 1997) fuera una bruja, sería una "bruja visionaria", ya que para esta bailarina de pelo oscuro y movimientos imposibles el futuro es un lugar lleno de posibilidades creativas susceptibles de materializarse en el presente. Su nombre empezó a sonar a través de las redes sociales, pero fue como bailarina de Rigoberta Bandini en el Benidorm Fest 2022 y como miembro de las Stella Maris en la serie de Movistar+ La Mesías (2023), creada por Javier Ambrossi y Javier Calvo, que Olea se dio a conocer. Ahora actúa por segunda vez en CÉLULA 4: Supermedium, de Núria Guiu e Ingri Fiksdal –el espectáculo con el que ganó el premio Danscat 2024 a mejor interpretación–, que se estrena este viernes en el Mercat de les Flors, donde será sólo hasta el domingo. Supermedium, Guiu repasa la historia de la danza a través de la figura de las bailarinas, que compara con médiums y brujas. "La sociedad ve a las bailarinas como gente ilusa, al igual que ocurre con las brujas", dice Olea. El montaje también reivindica la profesión de la danza y el baile como arte popular. "Es cierto que hay mucha demanda y pocas opciones y ayudas, pero no creo que esto caracterice a la profesión –dice el artista–. Existe el discurso sobre la precariedad de las profesiones artísticas, y sí es así, pero no sé sí mucho más que otros trabajos. Yo pienso en mi madre y también tiene un trabajo muy precario". La bailarina, por lo general, se siente agradecida de lo que tiene. "Yo no puedo quejarme, porque pego un proyecto tras otro y realmente puedo dedicarme a vivir de la danza", reconoce.
"Me relaciono con las redes de una manera bastante divertida –dice Olea–. Incluso cuando me ponen comentarios negativos, me parecen graciosos". Las redes sociales, sobre todo Instagram, han acompañado a la bailarina y artista de performance desde sus inicios, y gran parte de su trayectoria artística se desarrolla allí. "Editando el vídeo o situando la cámara en diferentes ángulos puedo jugar a crear un cuerpo, que es el mío, pero que por cómo está ubicada la cámara parece otra cosa", reflexiona. Más allá de problemas, Olea ve oportunidades creativas en las plataformas de vídeo. "Las coreografías de TikTok tienen una estructura limitada, con unos pasos sencillos y un ritmo determinado para que puedan convertirse en un trend y así viralizarse –apunta–. Pero pienso que las redes hacen la danza más accesible, y tener una pantalla que te condiciona te permite ir al límite de las posibilidades".
En el universo de Olea se mezcla la fantasía con la rareza, la deformidad y el humor. "Me he inventado una técnica que es el fantasy ballet –dice–. Consiste en imaginar formas libres y abstractas y fijarlas en la estructura y el rigor del clásico. Me hubiera encantado formar parte de una compañía de ballet, pero como no ha sido así me invento mi propio ballet". Para Olea, la belleza canónica es un concepto extraño. "Me relacionan con lo raro simplemente porque hago posiciones con mi cuerpo natural, cuando hay gente que se le deforma de verdad para intentar ser más perfecto –reflexiona el artista–. Yo tengo mucho respeto a la belleza. Me relaciono con él desde un lugar divino porque es efímera. Por eso no podemos pretender alcanzarla y quedarnos, porque la belleza es insaciable". Para la bailarina, el humor también tiene un papel clave en la creación. "Ya hay cosas que pesan mucho y no funcionan para que yo haga una lectura pesimista. La gente que se toma todo muy en serio me hace gracia. Detrás de la pose no hay autocrítica ni discurso, sólo una visión rígida, y punto", asegura.
Participar en la actuación deAy mamá, la canción de Rigoberta Bandini que compitió por entrar en Eurovisión 2022, situó a Olea en el ojo público. "Yo nunca había estado todo un año de gira con un artista, bailando en grandes escenarios llenos de gente –recuerda–. De la experiencia con Rigoberta me llevo una familia y una vivencia absoluta de campamentos de verano". Un año más tarde, la bailarina aparecía en la serie La Mesías, producida por los Javis, en la que interpretaba a una de las hijas de Montserrat Baró y miembro de la banda Stella Maris. "Fue increíble, y saltar de la pantalla a los escenarios y bailar para el Primavera Sound un sueño", expresa el intérprete. Olea también participa en la próxima serie de los Javis, Mariliendro, que se estrena en abril, y para el futuro desea "que todo evolucione como hasta ahora, seguir el camino de hormiga, ir pasando pantallas y no dejar nunca de disfrutar".