Barcelona recupera un restaurante histórico del Raval cerrado desde 2021

BarcelonaForma parte de la memoria colectiva de los vecinos del Raval y, en breve, dejará de ser un recuerdo. en 1929 en la calle de la Cera y, con el paso de los años, se convirtió en historia viva de Barcelona. Durante varias generaciones, Can Lluís mantuvo viva la tradición culinaria, pero también vivió momentos históricos. habían pisado el local icónico. Su encierro fue una pérdida para la cultura gastronómica barcelonesa. Después de tanto tiempo, los últimos dueños, Ferran Rodríguez y Júlia Ferrer, se vieron obligados a cerrar: en el 2021, después de la pandemia, se les pedía un alquiler inasumible y empezaron un proceso judicial que acabó en un desahucio.

Pese al doloroso cierre, en septiembre unos nuevos propietarios tomarán el relevo del local, con la responsabilidad que ello conlleva. Can Lluís será restaurado y mantendrá la distribución original y elementos característicos. También se conservará el impacto de la bomba que estalló en el comedor en 1946 por un atentado anarquista. Aún se pueden ver las marcas en el suelo, y se conservarán. Según explica Todo Barcelona, la cocina sí que se hará nueva, pero la intención de los nuevos dueños es ser fieles a la historia del restaurante. De hecho, ofrecerá cocina catalana tradicional, y aunque se está trabajando en la carta, podemos esperar encontrar platos como escudella, fideuá o mejillones a la plancha.

Recuperar un local como éste puede ser una gran noticia para el Raval, ya que implica reivindicar la historia del barrio más allá de los locales turísticos. La autenticidad del espacio también ha inspirado proyectos culturales, como el caso de la serie Ravalear, creada por Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez. Rodríguez, de hecho, se basa en su propia historia: su familia era la propietaria del restaurante. Sin embargo, la ficción pasa en el restaurante Can Moscas, que es como se llamaba al principio Can Lluís, y explica cómo el local se encuentra bajo la amenaza de compra por parte de un fondo de inversión. Pero pronto, además de conocer la historia de Can Lluís a través de la ficción, también podremos comer de nuevo.