Una torre eléctrica de alta tensión en la frontera entre Portugal (Lindoso) y España (Cartel), el 28 de abril.
Catedrático de ingeniería informática de la URV y miembro del IEC
3 min

En el momento de escribir este artículo, la hipótesis de que el apagón eléctrico en la península Ibérica haya sido causado por un ciberataque no parece la más plausible. Red Eléctrica la ha descartado. Por razones de seguridad del Estado, es posible que la opinión pública no acabe conociendo nunca con detalle las causas del desastre, incluso si los responsables llegan a esclarecerlas. No es cuestión de dar ideas a potenciales atacantes. Ahora bien, lo que hemos vivido podría ser útil como simulacro de lo que podría ocurrir en caso de ciberataque o, peor aún, de un ataque bélico, como por ejemplo un bombardeo de las infraestructuras energéticas.

Algunas lecciones que podemos extraer son las siguientes. Convendría que empresas, administraciones y sobre todo particulares fuéramos más autosuficientes tanto en materia de energía como de supervivencia sin electricidad. Quizás a corto plazo no se pueden construir bunkers autosuficientes para todos, como los que hay en Suiza o Suecia, pero sí se ve más clara la utilidad de los kits personales de supervivencia que han recomendado los gobiernos para un escenario bélico. Otra buena idea es invertir más en grupos electrógenos y en instalaciones solares con batería. Igualmente, deberían priorizarse aparatos que no dependan exclusivamente de la electricidad, sino que se puedan activar también mecánicamente; por ejemplo, las puertas de los comercios y de los aparcamientos deberían poder bajarse manualmente, como se hacía hace años. En el mismo sentido, los vehículos híbridos enchufables son más resilientes que los que solo funcionan con electricidad o solo con combustible fósil.

En cuanto al diseño de la red eléctrica, seguramente una mayor compartimentación en subsistemas regionales más autónomos daría más resiliencia. Al igual que las islas pudieron mantener el suministro eléctrico gracias a tener un subsistema de generación autónomo, o que Andorra pudo desconectarse de España y conectarse a Francia, la compartimentación habría permitido aislar la zona de la Península donde se produjo el problema inicial y que el resto de zonas pudieran mantener la normalidad o al menos recuperar más rápido el servicio.

Más generalmente, la seguridad no solo física sino también informática de las infraestructuras críticas es un aspecto primordial, y más en los tiempos que corren. Este apagón quizás ha sido accidental, pero la siguiente catástrofe podría ser intencionada. Las infraestructura críticas no se limitan a la red eléctrica, sino que incluyen las centrales energéticas, los gasoductos, los oleoductos, el suministro de agua, el sistema de salud, el transporte, los servicios financieros, las telecomunicaciones, los servicios de emergencia, el suministro de alimentos y los servicios gubernamentales. Algunos retos para la ciberseguridad son la pervivencia de tecnologías antiguas en muchas de estas infraestructuras, el aumento de la superficie de ataque causada por el hecho de tienen una conectividad a internet mayor, los ataques persistentes organizados por algunos estados contra otros estados, la falta de mano de obra calificada para asegurar las infraestructuras y la necesidad de armonizar las regulaciones de ciberseguridad en el ámbito internacional. En Catalunya ya hemos sufrido ataques de ransomware contra los servicios sanitarios (el Hospital Clínic, por ejemplo), así como ataques de denegación de servicio contra varias administraciones.

Una vez restablecido el suministro eléctrico, lo que no se puede hacer de ninguna manera es continuar como si no hubiera pasado nada. Si ocurrió lo que ocurrió en un día de primavera muy normal, imaginémonos qué habría podido llegar en caso de desastre natural (ola de calor o de frío, terremoto o tormenta) o, más grave aún, en caso de ataque cibernético o incluso de bombardeo. ¿Qué sentido tendría un ejército magníficamente equipado si el país al que pretende defender se queda sin electricidad? En este sentido, es necesario aprender de la experiencia ucraniana a mantener el suministro energético en condiciones adversas, siguiendo el ofrecimiento de Zelenski. Invertir en defensa no es solo comprar armamento, sino garantizar que las infraestructuras críticas son resilientes y que los ciudadanos somos autónomos y menos dependientes de los suministros centralizados.

stats
OSZAR »