Crítica de serie

La serie que Argentina llevaba más de medio siglo esperando ver

Netflix estrena la primera adaptación audiovisual de 'El Eternauta', cómic de culto por excelencia, con Ricardo Darín como protagonista

Ricardo Darín en la serie 'El eternauta'.
02/05/2025
3 min
  • Bruno Stagnaro para Netflix
  • En emisión en Netflix

Una nieve que cae incesante sobre Buenos Aires marca el imaginario apocalíptico deEl Eternauta, el cómic escrito por Héctor Germán Oesterheld y dibujado por Francisco Solano López recién llegado como serie a Netflix. En la obra original, publicada también en formato serial entre 1957 y 1959, en la imagen de polvo mortífero caído del cielo que se abate sobre el mundo resuena el recuerdo de la lluvia negra de Hiroshima. El cómic apareció en pleno contexto de la Guerra Fría y, dentro de los códigos de la ciencia ficción, se podía leer desde esa conciencia antibelicista. El destino posterior de su creador impregnó El Eternauta de otra interpretación retrospectiva. Militante de los Montoneros a partir de los setenta, Oesterheld fue secuestrado por las fuerzas armadas de su país en plena dictadura militar. Antes ya habían "desaparecido" a sus cuatro hijas, Marina, Beatriz, Diana y Estela, jóvenes entre los 18 y los 26 años. Nunca se han localizado los cuerpos ni se han juzgado a los culpables. La represión de los Oesterheld cargó su obra emblemática de un subtexto metafórico en el que los protagonistas, un grupo de supervivientes de una invasión extraterrestre, se convierten en una muestra de cómo resistirse en un estado de violencia excepcional.

El estreno de El Eternauta ha resultado todo un acontecimiento en Argentina. La obra de Oesterheld y Solano López tiene en su país de origen el mismo estatus que un cuento de Borges o una novela de Cortázar. Hasta el punto de que los distintos proyectos para adaptarla al cine, algunos con nombres detrás como los de Adolfo Aristarain y Lucrecia Martel, siempre han estado rodeados de cierta aura de misión imposible. Así que una brutal expectativa rodeaba su traslado a la pantalla. La dirección la ha asumido Bruno Stagnaro, el realizador de Pizza, birra, faso (1998), título impulsor del Nuevo Cine Argentino, y de la mítica serie Okupas (2000).

En la adaptación, cofirmada con el también actor Ariel Staltari, Stagnaro traslada la trama del cómic al presente y cambia la edad del protagonista, Juan Salvo, para que se adecue a la de su intérprete, Ricardo Darín. La actualización cobra sentido en una trama de ciencia ficción que puede leerse como un retrato sobre un país, Argentina, que se encuentra en una situación permanente de crisis y obliga a los ciudadanos a vivir siempre en modo de supervivencia. La época y la edad del protagonista permiten también cargarle de un trauma histórico concreto que hace resonar de nuevo el trasfondo antibelicista del cómic, además de otorgarle unas habilidades inesperadas. La elección de Darín deja clara la ambición de la propuesta. La serie de El Eternauta confía en el rostro más popular y de mayor prestigio del cine argentino para certificar el nivel en el que se mueve y para llegar al máximo público posible.

Ricardo Darín, indiscutible

El personaje de Darín también acaba encarnando las contradicciones de esa adaptación. El Eternauta resuelve con solvencia el traslado a los códigos audiovisuales. Pero choca con un problema evidente. Cuando se publicó el cómic, su narrativa de supervivencia postapocalíptica resultaba innovadora. La serie, en cambio, deja cierto regusto de déjà vu, de una variante con cantinela argentina que no acaba de singularizarse en el apretado panorama de las ficciones de supervivencia. Darín, eso sí, resulta indiscutible como protagonista, pero más que erigirse en héroe argentino con todo su simbolismo parece perfilado a partir de ciertos arquetipos estadounidenses. Quizás por todo ello, más que en las secuencias de acción, la serie encuentra su fuerza en las escenas de mera inquietud abstracta, cuando el protagonista, enfundado en su máscara, avanza incierto por un mundo que ya no será nunca más el mismo.

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