Froilán y Victoria Frederica, dos piedras en el zapato real

BarcelonaUna vez que los reyes eméritos se convirtieron en eméritos, la política mediática de la familia real cambió de rumbo diametralmente. Se notó que los herederos, Felipe y Letizia, habían sabido identificar la multitud de errores de los monarcas salientes y que estaban dispuestos a corregirlos sin perder ni un segundo más, conscientes de que habían heredado una institución agónica. Discreción en los asuntos familiares, control férreo de las apariciones públicas, apariencia de implicación en las causas que abanderan, distanciamiento de cualquier posible imagen de privilegio o reducción de la distancia tradicional de la institución con el pueblo fueron algunas de las medidas que aplicaron para que los ciudadanos españoles recuperaran una cierta estima por la institución monárquica y que, así, la empresa. Con el apoyo inestimable de muchos medios de comunicación y de periodistas fans, parece que la imagen de ranciza y privilegio inmerecido por lo pronto se ha ido dando la vuelta gracias a los esfuerzos de la familia real stricto sensu, del hueso real. Pero he aquí un problema que no logran combatir. Bueno, no sólo un problema, sino dos: Froilán y Victoria Frederica.

Los dos hijos de la infanta Elena son noticia cada semana y siempre lo son por algún motivo que ataca directamente esos valores que Felipe y (sobre todo) Leticia quisieron adherir a su reinado. Tanto uno como otra siempre acaban ocupando titulares para evidenciar que lo único que les permite sobrevivir como ciudadanos es haber nacido en la familia donde han nacido. O dicho de otro modo: por el privilegio heredado, lo que la gente siempre les echa por la cara a los Borbones cuando quiere atacarlos. Froilán y Vic –como la conocen sus amigos– no serían personas socialmente viables sin el privilegio. Esto, que siempre queda claro en todas las crónicas que hablan de ellos, hará enfurecer mucho a Felipe y Letizia, que gozan del mismo privilegio o más, pero hacen un esfuerzo constante por disimularlo.

Froilán, 'dos ​​años' en paro

Froilán ha sido noticia en los últimos días en varios medios españoles para estar en paro Abu Dhabi pese a llevar dos años en el emirato árabe buscándose la vida. El joven, de 26 años, viviría actualmente gracias a la manutención de su abuelo Juan Carlos, que ni con sus grandes influencias habría logrado que ninguna empresa española con sede allí ni ninguna empresa fundada por ciudadanos de allí contratara a su nieto. Es decir, mucho antes de la treintena, Froilán ya es un cadáver profesional, ya que no habría logrado encontrar un trabajo fijo en un mercado tan próspero como aquél ni con la ayuda de su abuelo ni con un currículo plagado de cursos en centros formativos privadísimos de dentro y fuera de España.

Aunque no le fichan, a Froilán no le faltará de nada. No se preocupen. "Juan Carlos I se ha vido en la obligación de ayudar económicamente a Froilán hasta que encuentre una estabilidad profesional. [...] La situación es difícil, pero su abuelo no permitiría que le faltase de nada", han declarado fuentes conocedoras de esta situación. De hecho, estas mismas fuentes explican que pese a esta mala racha profesional –una racha larga pero racha, al fin y al cabo, porque esperamos que algún día acabará...–, el hijo de la infanta Elena no tiene por ahora intenciones de volver a España. t en la opacidad del régimen emiratiano una gran aliada para enterrar con arena del desierto sus ejemplares más problemáticos.

Así pues, según esta información, Froilán vive actualmente de una asignación de su abuelo. Una asignación que, por otra parte, provendría del tantísimo dinero que el rey emérito ganó de forma poco ortodoxa a lo largo de su dilatada permanencia en la jefatura del Estado. O sea que es la perpetuación de la peor versión del privilegio monárquico. Leticia poniéndose ropa low cost y heredando modelitos de la reina Sofía para parecer una familia normal y corriente y, mientras tanto, sus parientes viven una vida de opulencia en la ciudad más rica del mundo sin trabajar y sin disimularlo lo suficiente para evitar que nos acabemos enterando. Froilán, que es cuarto en la línea sucesoria, también podría utilizar su estancia pagada en el golfo Pérsico para terminar la carrera que nunca terminó. Pero ni eso.

Vic, enfadada en público

La que también erosiona regularmente la imagen de discreción y medida que quieren proyectar los reyes es Victoria Frederica, que a diferencia de su hermano ella trabaja. Sin embargo, su trabajo no procede de la meritocracia de quien se ha formado en algún campo y ha salido a buscarse la vida. Proviene del privilegio inherente a la cuna donde la columpiaron. Pero, además, en la peor versión, ya que no es que con el dinero de su familia le haya pagado una universidad muy buena que el resto no podemos permitirnos, lo que ya sería un privilegio. Quiere decir que ha encontrado trabajo por la fama heredada de ser quien es, lo que le ha generado muchos followers sin ningún esfuerzo, y de ahí le brotan contratos como influencer que acepta indiscriminadamente sea cual sea el impacto que esto pueda tener en el trabajo de su tío-rey.

Evidentemente, esta trabajo su consistente en exhibirse vestida con ropa de lujo en sus redes y en las fiestas donde le pagan por ir implica que su fama no deje de aumentar y que el interés por su vida privada sea mayor y, por tanto, cotice más y más caro para los paparazis. Por este motivo, ahora que se rumorea que ha empezado a salir con un joven madrileño llamado Borja Moreno, unas fotos de ella con su novio son de gran interés.

Es por eso que, según la periodista Amparo de la Gamma, en una reciente visita de la hija de la infanta Elena y en un restaurante madrileño llamado Roostiq acompañada de Moreno, gente que allí cenaba empezó a hacerles fotos. Vic, que ya se ha enfrentado a la prensa en anteriores ocasiones porque no acepta que le hagan preguntas por la calle –a pesar de que quiere vivir de su fama...–, también se habría encarado con algunos de los comensales allí presentes. A pesar de que, según el testimonio que le habría llegado a la mencionada periodista, la sobrina real –y quinta en la línea sucesoria– primero habría pedido que no le hicieran fotos de buenas maneras, no dudó en encararse verbalmente cuando observó que las fotos le venían de todas partes.

Su caso es el típico de una persona que ha normalizado el privilegio y que sólo quiere la parte dulce de la fama y no la amarga. Una fama que, como se la ha encontrado hecha y no ha tenido que construirla poco a poco como el resto deinfluencers, derrocha organizando shows en público. No se respeta lo que no cuesta nada... Este episodio histriónico no ha debido agradar nada a la Zarzuela, como tampoco las campañas publicitarias para marcas que hace o su participación en programas televisivos. Ve que no la cubran también a ella con arena del desierto y la envíen aloutlet monárquico en el que se ha convertido Abu Dhabi.