Periscopio global

En los países nórdicos crecen las alternativas éticas en las redes sociales de los gigantes tecnológicos

Las nuevas plataformas prometen ser más locales, sin ser adictivas, y no vender los datos privados de los usuarios

Tres de las redes sociales más utilizadas en dispositivos móviles.
02/07/2025
3 min

CopenhagueImagine un mundo digital donde las redes sociales fueran plataformas que no sirvieran para recopilar los datos privados de los usuarios, ni intentaran captar la atención de los internautas el máximo tiempo posible para que no abandonen la aplicación. Imagine unas redes sociales que realmente sirvieran para unir a la gente en el mundo virtual y físico, y facilitaran un diálogo marcado por la democracia y la decencia en internet.

Con esta premisa, los hermanos daneses Tue y Jakob Oxenvad han creado una noxa red social que busca hacerse un agujero entre el abrumador dominio de los gigantes tecnológicos estadounidenses con las redes sociales. Pero por mucho que el objetivo de los Oxenvald parezca un hito imposible de conseguir, tampoco están solos, puesto que desde los países escandinavos están surgiendo nuevas plataformas que prometen ser una alternativa ética y democráticamente responsable en Facebook, X, Instagram y TikTok.

La nueva red social danesa se llama Meningspunktet (Punto de vista), y el compromiso de sus creadores es fomentar el diálogo entre las comunidades locales. Aquí no tienen cabida los usuarios falsos, los ejércitos de troles, ni tampoco los contenidos generados, no por otros usuarios, sino por la inteligencia artificial. Para abrirse un perfil a esta red social se debe utilizar el equivalente a un DNI digital danés, evitando así los perfiles falsos o anónimos. Los usuarios deben establecer cuál es su municipio, ya partir de ahí pueden conectar con otros ciudadanos, asociaciones o empresas, negocios y políticos locales. Además, los usuarios sólo encontrarán contenidos y anuncios de otros usuarios, organizaciones o empresas con las que desean interactuar.

Otra diferencia es que en Meningspunktet los datos de los usuarios no se recopilan con fines comerciales ni para mostrar anuncios. De la misma forma, los centros de datos que almacenan estos datos están localizados dentro del territorio danés gracias a un superordenador recientemente inaugurado en la Universidad Politécnica de Dinamarca (DTU) que permite que las empresas e instituciones públicas dejen de depender de las grandes compañías tecnológicas extranjeras para guardar sus datos.

Según explicaba el cofundador Tue Oxenvad, Meningspunktet tiene como objetivo combatir el ruido, la mala marejada y la manipulación que reinan hoy en las redes sociales: "Queremos hacer algo marcadamente diferente de lo que hay ahora. En Meningspunktet nos centramos en el bienestar digital, los derechos de los ciudadanos y en proporcionar a los usuarios herramientas para navegar por la conversación" decía.

Cortar la dependencia con los gigantes tecnológicos

En los últimos años han surgido varias redes sociales alternativas que han tenido mayor o menor éxito. Pero desde que los magnates tecnológicos estadounidenses se alinearon con la administración de Donald Trump, esto ha abierto la puerta a la creación de nuevas redes sociales éticas. En los países nórdicos, estas alternativas se han agrupado en la red Nordic Media Lab, una comunidad empresarial comprometida con la "tecnología democrática" basada en los valores nórdicos de la "ilustración, confianza y cohesión social". Uno de los ejemplos de éxito es el servicio de mensajería Oase, que se reafirma como "una alternativa no adictiva a WhatsApp", puesto que no tiene cookies ni hace seguimiento de la actividad de los usuarios.

Otra iniciativa digital que ha surgido en Noruega es la red social Hudd, que hoy cuenta con 120.000 usuarios. Åkre, ha logrado atraer a antiguos usuarios de Facebook. Sin embargo, "también nos hemos encontrado con el escepticismo por parte de expertos tecnológicos y asesores", reconocía Åkre. "La crítica habitual es que Hudd no llegará a nada porque es imposible competir con Meta. y trabajamos estrechamente con los municipios, las asociaciones, las pequeñas y medianas empresas y manteniendo los valores de la democracia noruega" defendía Åkre.

La dependencia de los ciudadanos de las empresas de los gigantes tecnológicos es un tema que también preocupa al gobierno de Dinamarca. Según la ministra de digitalización, Caroline Stage, "nadie debería sentirse obligado a utilizar los servicios digitales de los gigantes tecnológicos para formar parte de una comunidad o para funcionar en la sociedad", decía. Un comité de expertos alertaba en un informe para el ministerio de que "no es que haya que dejar de usar soluciones digitales, por el contrario, como sociedad debemos recuperar el control de nuestra infraestructura digital creando alternativas a las plataformas que existen hoy". Un primer paso lo han dado las dos ciudades más grandes del país, Copenhague y Aarhus, que han dejado de usar los servicios de Microsoft en la administración pública. Desde los consistorios calcularon que los aumentos anuales del precio de los servicios equivalían a la contratación de 200 enfermeros, un dinero que ya no irá a parar a los gigantes tecnológicos.

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