Perder la Liga en los despachos sería demasiado feo: los apuntes en caliente del Barça - Villarreal

BarcelonaEl Barça perdió ante el Villarreal (2-3) en el último partido de la temporada en Montjuïc. A continuación, unos apuntes en caliente.

Perder la Liga en los despachos. Pese a haber celebrado la Liga como merece, el Barça presentó pocas rotaciones en el teórico trámite contra el Villarreal. Flick no hizo jugar de entrada a Ansu Fati, a Héctor Fort ni a Pau Víctor, todos ellos poco habituales. Sólo De Jong, Balde y Olmo rotaron en relación al derbi. Quizá soy un vinagre, pero me gusta pensar que el alemán es gato viejo y quería curarse en salud para conservar un mínimo de tres puntos de margen sobre el Madrid después de la última jornada (ahora son cuatro con tres para jugarse todavía). La explicación es muy fácil: la denuncia de Osasuna por la presunta alineación indebida de Iñigo Martínez aún no ha sido tumbada en todas partes. Falta el TAD. Hay que ganar en San Mamés. Por lo que pueda ocurrir.

Lo que él quiera. La temporada está a punto de terminar y tiene un protagonista meridiano: Lamine Yamal. Es verdad que el manual de Flick ha hecho triunfar a una plantilla que generaba dudas por descompensación, pero la sonrisa del barcelonismo –la de ahora y la de los próximos lustros– depende sobre todo del prodigio de Rocafonda, de sus ganas de trascender. Acaba de hacer una eliminatoria de escándalo contra el Inter y solo Dembélé –qué cosas– puede quitarle el Balón de Oro si el PSG gana la Champions. Pero lejos de relajarse, hace unos días decidió la Liga con un golazo en el derbi y ofreció otro recital frente al Villarreal, con rosqueta en la red incluida. No hay quien le pare. ¿Habrá máquinas expendedoras de baberos, en el nuevo Camp Nou?

Un tesoro para ese equipo. Empezó la temporada como un relevo experimental en el mediocentro, la continuó como marcador central eventual y la está terminando con grandísimas actuaciones en el lateral derecho. No es lo más rápido, ni lo más fuerte, ni lo más alto. Tampoco tiene el glamur de otros compañeros que van tatuados, se escala cada semana el pelo en las peluquerías más fashion y llenan el Instagram con recortes de una vida privada privilegiada. No, Eric Garcia es sólo futbolista. Pero es bueno. Estuvo a punto de irse al Girona o Como italiano en el mercado de invierno y ahora se propone hacer carrera larga en el club que le fichó como prebenjamín y del que se marchó para recibir los consejos de Guardiola.

Detener alguna es importante. Que el Barça ha llegado justito a finales de temporada está claro con un dato: desde la final de la Copa, el contador de goles en contra va desbocado. Sólo en el derbi del jueves la portería azulgrana se quedó a cero. En estos siete últimos compromisos, contando el del Villarreal, la media es de 2,3 tantos recibidos. Esta dinámica, compensada con buenísimos números en la parcela ofensiva, se ha agudizado desde que Ter Stegen sacó la cabecita. Cuando el capitán cantó "Ya estoy aquí", casualmente las prestaciones de Szczesny empezaron a caer. Con la Liga en el saco, el alemán fue titular ante el Villarreal y recibió tres goles en los tres disparos de los amarillos entre sus palos.