Barcelona

Collboni hará cambios en el gobierno para agotar la legislatura en solitario

El alcalde y Elisenda Alamany certifican en una reunión que ERC no entrará en el ejecutivo

Jaume Collboni y Elisenda Alamany durante un pleno del Ayuntamiento.
10/05/2025
4 min

BarcelonaJaume Collboni se queda sin socios estables en el horizonte. En una reunión este sábado con la líder de ERC en el Ayuntamiento, Elisenda Alamany, el alcalde de Barcelona constató que tendrá que gobernar en solitario hasta el final del mandato. Un escenario que lleva semanas intuyendo y ante el que ya trabaja para encontrar fórmulas que den un nuevo impulso a su ejecutivo, que tiene solo 10 concejales.

Según explican varias fuentes al ARA, los planes de Collboni implican una modificación del cartapacio municipal que apuntale la estructura del gobierno. Aunque el alcalde todavía perfila el alcance de una remodelación que diseña con hermetismo, sobre la mesa se encuentra el nombramiento de varios nuevos comisionados que refuercen al ejecutivo. Actualmente ya hay nueve.

Pese al poco margen para realizar cambios que le da el hecho de tener sólo 10 concejales, como explicó Tot Barcelona Collboni también sopesa hacer alguna modificación al frente de los distritos. Aquí las miradas se han puesto sobre David Escudé, que es el único concejal que lleva dos distritos y que fue reprobado por el pleno de Les Corts, pero fuentes municipales apuntan también a la posibilidad de un relevo en Sarrià-Sant Gervasi, donde, según las mismas fuentes, Maria Eugenia Gay "no está funcionando".

Pese a ser uno de los fichajes destacados de la lista de Collboni en el 2023 –fue de número 2–, la exdelegada del gobierno español en Catalunya no tiene un camino sencillo en el Ayuntamiento. Tampoco en la segunda tenencia de alcaldía de Derechos Sociales, donde no ha conectado con el sector y ha descargado gran parte de la responsabilidad sobre la comisionada de Acción Social, Sonia Fuertes.

De ahí que fuentes municipales no descarten incluso que en esta búsqueda de dar impulso al gobierno, Gay –que también es vicepresidenta de la Diputación de Barcelona– pueda perder peso en el gobierno. Un peso que, en cambio, podrían asumir figuras que el PSC querría potenciar, como las concejalas Raquel Gil y Marta Villanueva.

Collboni viajará esta semana Bruselas, donde lidera la lucha de las principales capitales europeas para que la UE se implique fondos en la crisis de la vivienda. Allí acabará de perfilar unos cambios que podría anunciar a principios de la siguiente semana, unas fechas en las que el alcalde quiere realizar algún acto para hacer balance de estos dos primeros años de mandato.

La relación con ERC

Con la reunión este sábado entre Collboni y Alamany acaba uno de los seriales del mandato en la capital catalana, después de que hace casi un año ambos cerraran un preacuerdo para gobernar juntos que ha terminado frustrado por la fuerte división que este debate genera entre las bases republicanas. El encuentro ha certificado el divorcio amistoso de un matrimonio que no llegó a consumarse.

La victoria de los críticos en el congreso de la federación de ERC en Barcelona fue la estocada final a un pacto que el paso del tiempo ya había erosionado. Incluso entre los que hace un año eran partidarios de entrar en el gobierno de la capital catalana, había dudas de la conveniencia de mantener ese acuerdo con el ecuador del mandato a la vuelta de la esquina y, por tanto, con poco margen para imprimir al ejecutivo el sello de los republicanos.

Enterrando públicamente aquel preacuerdo, Alamany trata de desactivar también definitivamente el debate interno de los republicanos. Este jueves, de hecho, la nueva cúpula del partido en la capital catalana también daba un paso en esa dirección con una carta a la militancia firmada por Cruz Camacho y Miquel Colomé que aparcaba la consulta sobre si entrar o no en el gobierno y apostaba, en cambio, por abrir un proceso colectivo de reflexión para definir "el camino hasta las elecciones municipales del 20".

Además de apaciguar el ruido interno, Alamany se ahorra así una consulta que, de haber obtenido un resultado contrario a la entrada en el gobierno, pudiera condicionar la estrategia de los republicanos en Barcelona en el próximo mandato. Pese a no entrar en el ejecutivo, la reunión de este sábado no es un portazo a los acuerdos entre ERC y PSC en el Ayuntamiento.

De hecho, del encuentro han salido también tres espacios de trabajo entre ambos partidos en los que el gobierno municipal deberá dar retorno sobre el cumplimiento de pactos alcanzados en materias como la lengua –con la creación de un polo audiovisual del catalán en el horizonte–, la transformación urbana y el turismo. "Estos tres espacios son tres prioridades de la Barcelona que quiere ERC", ha asegurado Alamany en declaraciones a los periodistas este sábado después de la reunión.

Eso sí, ha advertido que seguirán de cerca el cumplimiento de los pactos y del calendario. "Fiscalizaremos qué pasa, y que pasa como ERC quiere", avisó Alamany, que afirmó que trabajarán para que estos proyectos se acaben antes de finalizar la legislatura actual.

La segunda parte del mandato

Collboni, pues, se encamina a completar todo el mandato en solitario pese a contar con el gobierno con menos concejales de la historia de Barcelona, ​​con sólo 10. Una minoría que, por ahora, no le ha permitido aprobar ningún presupuesto por la vía ordinaria y con la que deberá afrontar debates como la reforma de la reserva de la reserva del 30% de vivienda protegida.

En estas dos carpetas puede ser clave el papel de Junts, sobre todo en el caso del 30%. Pese al rechazo a mantener la normativa como está actualmente, dentro de la formación que lidera Jordi Martí Galbis, sin embargo, hay debate sobre la conveniencia o no de dar oxígeno a un Collboni que hasta ahora ha hecho los grandes acuerdos con ERC y Barcelona en Comú.

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