Querida Anna Manso, tengo un negocio guapo para ti

Querida Anna Manso, te escribo, mediante el sistema epistolar que nos suele caracterizar a los letraheridos, porque el otro día escribías un artículo en el ARA que me llenó el corazón de hollín. Se decía: "Persona que no me conoces de nada, no me digas guapa". Explicabas, harta de la presión estética, las veces que los hombres te dicen eso. Con ejemplos. En una tienda de teléfonos, en el súper, en un restaurante... Decías que esto no va de belleza y que a los hombres, en cambio, no se lo dicen.

Querida Anna, me sabe mal parecer una, me siento parecer una, ¿podrías pasar las direcciones de estas tiendas? La de telefonía, el súper y el restaurante pienso ir hoy mismo, a ver si me encuentro con tu misma desdicha. me lo dicen, pero como es verdad, no me afecta. La única persona que me ha dicho "guapa" en los últimos tiempos es la peluquera, después de hacerme la cabeza. proxenetismo de baja intensidad. Si veo que la cosa funciona, que me dicen "guapa", vaya, te propongo un negocio. cargador de aquellos de carga rápida que valen cinco euros, yo te voy. Cuando necesites latas de gato, un pecho de pollo y un apio, yo te voy.