

La masculinidad no es un hecho derivado de la naturaleza, sino de los modelos sociales construidos en cada etapa, que atribuyen características diferentes a hombres y mujeres en función de las necesidades sociales de cada época, y también, por supuesto, de quién tiene más poder. Con los cambios de las sociedades, los modelos de masculinidad y feminidad necesitan cambiar, porque quedan desfasados, y, entonces, su mantenimiento acaba perjudicando a todo el mundo, pero sobre todo a las personas del género que más se aferra al pasado.
Es lo que está pasando en este momento. Nuestras sociedades han cambiado radicalmente en relación con el pasado reciente, hace un siglo, incluso hace 50 años. Las mujeres hemos hecho un gran esfuerzo para eliminar los mandatos anteriores, que nos encerraban en el papel de madres de familia y amas de casa. Los cambios en el género masculino, en cambio, están costando mucho más, porque surgen resistencias y movimientos de oposición, frente al miedo a perder privilegios ancestrales.
Este retraso evolutivo tiene, ahora, consecuencias muy negativas, que estamos empezando a comprobar. La serie Adolescence, por ejemplo, que ha obtenido tanta audiencia recientemente, pone de manifiesto estos comportamientos violentos, casi inexplicables, de chicos muy jóvenes. La serie no es una fantasía, surgió cuando su creador, Stephen Graham, se dio cuenta de que el hecho de que un adolescente matara a una niña de su edad no era un caso aislado, sino que había varios casos. Sigue pasando: la semana pasada se produjo de nuevo en Francia, y probablemente hay muchos en el mundo que no lleguemos a conocer.
Ahora bien, el actual modelo de masculinidad no es solo peligroso para las mujeres. Lo es más, incluso, para los hombres, un hecho del que se habla muy poco. Veamos una muestra: partimos de un dato que habría que analizar con mucho más énfasis de lo que se hace: la menor esperanza de vida de los hombres, que en España fue, en 2023, de 81,11 años, frente a los 86,34 de las mujeres, y en Catalunya de 81,29 y 86,49, respectivamente. Se trata de un fenómeno relativamente reciente; en etapas históricas anteriores la vida media de las mujeres era inferior a la de los hombres, y todavía es así en sociedades muy pobres. Podemos pensar que esta diferencia actual se debe a factores estrictamente biológicos, posiblemente los hay, pero lo que es evidente es que hay muchos sociales. Por ejemplo, la diferencia de tasas de mortalidad entre los sexos es muy elevada en la juventud. Hacia los 20 años, en España, 3 de cada 4 personas que mueren son varones. Y no mueren por enfermedades, sino por conductas de riesgo, asumidas a causa del modelo de masculinidad impuesto.
¿En qué consiste este modelo? Básicamente, en una valoración muy alta de la violencia, no como hecho destructivo, sino como importancia de la valentía, la fuerza y la capacidad de imponerse. A los niños se los educa en el placer de la confrontación, del enfrentamiento, del conflicto, de la exhibición de potencia, prueba aparentemente de algún tipo de superioridad. Estamos viendo las consecuencias nefastas que tiene mundialmente esa actitud de prepotencia. A nivel individual es nefasta, también. En España, en 2023, el 74,2% de las víctimas de homicidio fueron hombres, víctimas de agresiones llevadas a cabo fundamentalmente por otros hombres: el 92% de los asesinos son hombres. El 62% del total de homicidios fueron cometidos por hombres que mataron a hombres, y un 28% mataron a mujeres. El porcentaje de asesinatos llevados a cabo por mujeres que matan a hombres es aproximadamente de un 7%. Podéis sacar vuestras conclusiones: las mujeres consideramos insoportable que nos maten, pero los hombres parecen aceptar como "natural" este precio pagado para poder ejercer la violencia.
No son, sin embargo, solo las muertes por homicidio: del 2000 al 2021, el 81,5% de los suicidios fueron cometidos por hombres, especialmente hombres jóvenes, entre 12 y 29 años. La segunda causa de muerte entre jóvenes: los accidentes de tráfico. Entre 2015 y 2019, el 72% de las muertes por accidentes son hombres. Esto son datos españoles, pero en Catalunya son similares. Tercera causa de muerte entre jóvenes: las drogas. El 79,6% de las defunciones por drogas fueron hombres en 2022. La última: los deportes de riesgo; no he encontrado los datos correspondientes, pero es totalmente verosímil que se trate sobre todo de muertes de hombres.
¿Se necesitan más argumentos para demostrar el estrago del actual modelo masculino precisamente entre los hombres? Esta antigua masculinidad parece volver a imponerse, precisamente entre los jóvenes, que no conocen el precio que acabarán pagando por ese retroceso. Es casi cuestión de vida o muerte revisar los mensajes que les hacemos llegar y los valores que les transmitimos.