Lluís Foix: "Las eléctricas y el gas son importantes, pero la energía agroalimentaria es primordial"
Periodista y escritor


Roquefort de VallbonaEl veterano periodista Lluís Foix i Carnicé (Rocafort de Vallbona, 1943) acaba de cumplir 82 años y ha celebrado el último Sant Jordi con una nueva publicación, La fuerza de las raíces (Grupo62), un compendio de relatos cortos que ha ido escribiendo en los últimos años sobre el mundo rural.
¿El título de este nuevo libro es su reivindicación de las raíces por encima del tronco, las ramas y las hojas de un árbol?
Si las raíces fallan, todo falla.
¿Pero una persona joven no se sentiría más identificada con las flores?
Las flores nacen necesariamente de las raíces. Un joven debe reconocer que lo más importante está abajo.
¿Las raíces, en todo su sentido?
Todos tenemos, vivamos donde vivamos. No son raíces físicas, sino intelectuales, espirituales y culturales, las que hacen sentirte de donde estás. Esto hace que muchas personas vuelvan hacia los pueblos. La tierra grita, una idea que viví intensamente en Estados Unidos, un país de emigrantes. Allí, todos recuerdan de dónde vienen.
Esto cuesta creer en nuestro país, en pleno despoblamiento rural…
Precisamente, ahora es un momento muy interesante para el mundo rural.
¿Por qué?
Nunca había habido tantas oportunidades como ahora. En el mundo rural se podrá hacer lo mismo que en cualquier otro sitio. Con una diferencia: no es lo mismo vivir en la quinta planta de un edificio de la calle Aribau de Barcelona que en una casa de las Garrigues, Urgell, Noguera o Empordà, donde abres la ventana y ves toda la naturaleza.
¿Una migración que será sólo para los más privilegiados?
No todo el mundo podrá permitírselo, es cierto. Por eso debemos poner más medios. Por ejemplo, deberían revisarse los planes urbanísticos municipales para facilitar, con unas reglas determinadas, más viviendas de tipo medio.
Pero bien que debe conservarse la naturaleza de la que hablaba, ¿no?
Claro, pero no tiene sentido que una serie de gente, que tiene muchos conocimientos técnicos, impongan lo que cree que debe hacerse.
¿Qué significa?
El canal Segarra-Garrigues, por ejemplo. Una obra espectacular y, en cambio, ves términos como el de Belianes donde no pueden regar para proteger a las aves. ¿No debería revisarse esto? No se puede tratar al campesino como una persona hacha que no ama la tierra.
Un labrador que al final acaba cediendo la tierra a otras actividades…
Soy de la opinión de que donde se cultive, donde haya tierra fértil, las fotovoltaicas se retiren. Que se vayan a otro sitio.
Pero es necesario alimentar la demanda energética de Barcelona, ¿no?
La energía eléctrica es importante, la que se suministra con gas también es importante, pero existe una energía que creo primordial, que es la agroalimentaria. Todos desayunamos, comemos y cenamos todos los días!
¿Crees que Cataluña es un país geográficamente desequilibrado?
Han ido surgiendo formas de equilibrio La actual ley electoral hace que un voto en Lleida valga más que otro del área metropolitana, por ejemplo.
¿Qué significa?
Cuando era joven e ibas a la ciudad, todo el mundo sabía que eras de pueblo por tu forma de vestir, por la forma de hablar y de actuar, por tu desconcierto ante el tráfico, las tiendas y las instituciones. Hoy, una persona que venga de cualquier sitio del país y se vaya a la gran ciudad se confunde con cualquier otra.
¿Eso es bueno?
Desgraciadamente, también se está uniformando la forma de hablar. El habla propia de cada pueblo va desapareciendo de forma gradual. La socialización de la cultura, la televisión, la radio e Internet han provocado este fenómeno.
Está jubilado, ¡pero sigue activo en su blog desde hace más de veinte años con un total de 5.736 entradas escritas! ¿Para qué audiencia escribe?
Es mi archivo personal.
¿En qué sentido?
Allí tengo de todo: prólogos, entrevistas, conferencias, presentaciones, vivencias… Si necesito encontrar algo, ahí lo tengo.
En el libro dice que "la memoria es un cementerio". ¡Qué drástico!
La expresión está tomada del título de las memorias de Manuel Ibáñez Escofet. Cuando uno llega al final de su trayecto, ve que hay esos caminos de la antigua Roma, cuyas piezas son monumentos mortuorios. La memoria está llena de gente con la que hemos tratado, con la que hemos convivido, que hemos amado… que ya no están. No es que sea un drama, esto es ley de vida.
Algunos de sus textos, escritos hace años, todavía son actuales.
Hombre, es que ocurre algo... Tanto el tema de las raíces, como también el de las costumbres y del comportamiento de la naturaleza, funcionan de una manera repetitiva e inexorable.
Bien, pero unas veces sufrimos sequías extremas y, otras, inundaciones.
La naturaleza es muy sabia y, a la vez, muy extraña. Tiene un comportamiento misterioso. Como decía Josep Pla, el hombre es un animal climático.
¿Qué quería decir?
La segunda noticia más consumida por estadounidenses e ingleses ha sido siempre la predicción meteorológica. La gente sigue el Telediario para ver al hombre del tiempo, para saber si llueve o no llueve. Esto no cambia.
En su libro dice que juzgar el mundo de ayer con los criterios de hoy desvirtúa las vivencias de los tiempos pasados. ¿Quiere decir esto que no es necesario realizar revisiones históricas?
Hay un principio general discutido entre los historiadores que dice que no puedes analizar el pasado con la visión del presente. Tienes que tener siempre en cuenta las circunstancias que existían en el pasado antes de juzgarlas.
Pero no se trata de pasar página, ¿verdad?
Creo que la memoria histórica, o la ley de la memoria democrática, está bien. Pero yo pienso más bien como Albert Manent o como lo que hicieron en Sudáfrica con la verdad histórica.
Con toda su complejidad.
Ernest Lluch decía, parafraseando al historiador italiano Augusto De Noce, que la historia es el pasado que no pasa.