El análisis de Antoni Bassas: 'Cómo se ponen en España cuando roban cables del AVE Madrid-Sevilla'
Ha salido el ministro a gritar "¡sabotaje!", el PP habla de 'annus horribilis' y las telas se han llenado con gente que decía "nos han dejado tirados". Bienvenidos al club, pero pidan tanda, que hay cola

Desde que, hace un año, Pedro Sánchez hizo aquello de retirarse cinco días a ver si continuaba o no, su estrella se ha ido apagando. Su silencio, el pasado lunes, el día del apagón, confirmó que los mejores días quedaron atrás. Es normal también. En pocas semanas hará siete años que es presidente. Sin embargo, ha superado la pandemia, la guerra de Ucrania e incluso gobierna aunque perdió las elecciones. Pero por encima de todo, Sánchez sigue siendo el más listo de la clase política española, muy por encima del aspirante Feijóo.
Ayer nos dio una prueba cuando vino a Barcelona y anunció que iba a hacer una consulta pública sobre la opa del BBVA en el Sabadell. No es un secreto que a Sánchez no le interesa molestar a la Catalunya de Isla en plena agenda del "reencuentro" y la "normalización", de hecho, y que cuenta entre sus triunfos el de haber "pacificado" Catalunya. Pacificado Catalunya entre comillas, porque la violencia en Catalunya la ha puesto el Estado, y porque con políticos, policías, espías, jueces y tribunales de cuentas dedicados a perseguir a adversarios políticos independentistas, la tarea pacificadora es más fácil.
Pero el caso es que ha vuelto el Sabadell, ha vuelto a media Caixa y al empresariado catalán, a falta del PP, ya le está bien el PSC como sinónimo de estabilidad. En estas condiciones, el gobierno español no quiere la opa del BBVA que la CNMC avala. ¿Cómo echarla atrás? Diciendo que no es él, Sánchez, quien no la quiere, sino que no la quieren el empresariado, sindicatos, cámaras de comercio, etc. Sánchez sabe que en Catalunya, el rechazo a la opa es mayoritario. Pues que se moje otro y así podrá invocar razones de interés general. Por eso, Sánchez se refirió ayer a la opa como "hostil" y regaló las orejas de los presentes con una frase que habría firmado cualquier independentista.
"Ninguna sociedad del mundo habría respondido mejor que la nuestra. Y eso es muy importante reivindicar. Porque España y Catalunya somos sociedades y países extraordinarios".
Ayer fue un día de mucha Catalunya-España. Artur Mas declaró en el Congreso.Fue una intervención larga, sólida, a ratos un recital. en 2020. Hace bien, pero Mas sabe que la querella puede tener un recorrido corto. Para personas como la exvicepresidenta española, negar la existencia de la operación Catalunya es hacer su parte del trabajo. de la realidad de Cataluña funcionan. De hecho, España está en una permanente operación Cataluña.
Y termino: ayer el AVE Madrid-Sevilla estuvo parado y afectó a 16.000 viajeros porque robaron cable de cobre. Ha salido el ministro a gritar "¡sabotaje!" (el propio ministro que dijo que el robo de cable era una especialidad catalana), el PP habla deannus horribilis del ministro Puente y las telas se han llenado con gente que decía "parece mentira", "nos han dejado tirados", "el servicio ferroviario se está degradando", etc. Bienvenidos al club, pero pidan tanda, que hay cola. Que vayan gastando en gasto militar, mientras la red eléctrica deja la Península a oscuras y los trenes son vulnerables.
Buenos días.