El artista Lily Brick.
Periodista i crítica de televisió
2 min

Los del Banc Sabadell dicen en su anuncio de Sant Jordi que el dragón es insaciable. Pero ahora estamos en condiciones de asegurar que los insaciables son ellos. El suplicio de la cancioncilla del dragón pensábamos que se acabaría el día 23, una vez terminada la diada. Pero no. Al día siguiente, el día 24, volvía la cantinela del dragón y del "¿Qué debemos hacer para hacerle entender?" Señores del Sabadell, ¡ya no podemos más! Feliciten a los creativos por su capacidad de adquirir esta notoriedad mediática, pero la maldita melodía se hace insoportable y llega un momento que genera rechazo. Ya hemos superado a Sant Jordi. Cambie de tema. "Mil veces hagámosle escribir que las personas no se comen", cantan. Una cosa es que le hagan escribir al dragón y otra que nos lo hagan escuchar a nosotros incluso después del día. "¿Qué hacemos con el dragón?", se preguntan en el anuncio. Y nos invitan a elegir "el fin de este ilustre animal". Pues bien, cárgueselo, por el amor de Dios, porque estamos hasta lo más alto. Mate al dragón de una vez, por favor, y piense otras propuestas publicitarias que no acaben con nuestra paciencia. El jueves, al día siguiente de Sant Jordi, vimos el anuncio hasta cuatro veces en menos de dos horas. En la pausa del Telediario comarcas, a las dos pausas del Telediario mediodía y antes del Cocinas. Ya se entiende que la gracia es que se nos pegue la canción en la memoria, pero lo de la cantinela del dragón ya no es publicidad, ¡es tortura!

Ilustrar las emociones

Para bajar revoluciones en medio de un panorama mediático sacudido, la plataforma 3Cat acaba de estrenar Emocionario ilustrado, un programa cultural que conversa y repasa la obra de varios artistas catalanes de diferentes ámbitos. Lo presenta Lily Bricks, muralista de renombre internacional que utiliza las emociones para estructurar la serie divulgativa. Cada capítulo se adentra en el universo de tres artistas consolidados a partir de una emoción común: la pasión, la tristeza, el miedo, el amor, la rabia, el empoderamiento, la alegría... Pero este hilo conductor es sólo una excusa para hablar de arte, creatividad, técnicas y diferentes géneros y lenguajes expresivos. Emocionario ilustrado bebe de la tradición de los programas culturales que hace años saturaron el canal 33, todos ellos cortados por el mismo patrón. Hay mucho cuidado en la realización y tratamiento de la imagen, trasfondo musical elegante y una locución cálida. Está bien el planteamiento de que la presentadora sea, también, una artista. Mejora el diálogo con sus colegas. Los distintos estilos y creaciones de los autores invitados se integran muy bien, desde el punto de vista gráfico, en la narrativa del programa, incluso recurriendo a la animación para hacerlo más televisivo. Es un programa para relajarse, descubrir y aprender, que en televisión no ocurre muy a menudo.

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