Tecnología

Luces y sombras del Kit Digital: sobreprecios y poco control

Varios testigos explican al ARA su experiencia con la subvención y critican su "poca transparencia"

Un ordenador portátil apoyado sobre un montón de libros.
09/06/2025
4 min

BarcelonaEl Kit Digital es una iniciativa del gobierno español, que, a través de fondos europeos Next Generation, tiene como objetivo subvencionar a autónomos, micro, pequeñas y medianas empresas (hasta 250 trabajadores) para implantar soluciones digitales. Cuenta con un presupuesto de 3.067 millones de euros, se puso en marcha en enero de 2021 y se ha alargado –sólo para los autónomos– hasta octubre de 2025. Según los datos oficiales de Red.es, se contabilizan más de 670.000 beneficiarios en toda España, acumulando más del 20% de Cataluña.

De entrada, la premisa es atractiva: en función de la categoría de empresario (autónomo, micro o pyme), el beneficiario opta a hasta 3.000 euros por digitalizarse. El Kit ofrece varias opciones, que van desde un ordenador 100% subvencionado hasta planes de marketing o software de gestión, facturación o ciberseguridad, entre otros, a través de lo que se llaman agentes digitalizadores, es decir, empresas tecnológicas acreditadas por el programa Kit Digital para implementar soluciones y servicios de digitalización. Hay más de 10.000 acreditados y, en un principio, el beneficiario puede elegir el que más le guste dentro de una lista para realizar el trabajo que necesita.

Con todo, la principal crítica es "la falta de control" por parte de la administración. Si bien existe una parte muy pesada de justificación del trabajo realizado por parte del agente digitalizador, no está tan controlado como se elige este agente. "Algunos ponen precios abusivos y, por tanto, la ayuda de 2.000 euros para hacer una web, por ejemplo, es insuficiente", explica una autónoma en el ARA.

Hecha la ley, hecha la trampa

Un primer problema es la competencia desleal que existe entre los agentes digitalizadores. De entrada, una empresa o autónomo puede pedir la subvención y elegir, entre una lista de agentes digitalizadores acreditados, la empresa tecnológica que más le convenga, e incluso puede requerir a ese agente que le haga el trámite de pedir el Kit. Sin embargo, algunos de estos agentes digitalizadores han utilizado el nombre de la subvención, Kit Digital, para posicionarse en los buscadores e incluso que parezca que sus páginas son la web oficial de la ayuda.

Si el lector hace una búsqueda rápida lo verá enseguida: la primera entrada que sale es una web que se llama kitdigital.cat y al entrar hay una explicación detallada de qué es la ayuda y un enlace para solicitarla, por lo que se podría pensar que es la oficial, pero no, es de un agente digitalizador. Como éste, existen varios ejemplos. De esta forma, muchos beneficiarios entran directamente desde una de estas páginas sin darse cuenta de que, sin quererlo, ya han elegido quien les hará el trabajo.

También se ha dado la contratación telefónica: grandes empresas como Vodafone, CaixaBank, Telefónica y otras muchas, también acreditadas como agentes digitalizadores, han hecho campaña del Kit a través del teléfono, llamando a clientes y ofreciéndoles el programa. El director de tecnología e innovación de Pimec, Andreu Bru, explica al ARA que los problemas se han dado a la hora de gestionar el acuerdo: "Ha habido incidentes a la hora de justificar lo que se ha hecho, porque, como en todo, hay gente que ha visto una vía de facturación fácil –explica Brus– hay más de 1000; te guste y sobre todo evitar la contratación telefónica.

Romper los contratos también puede llegar a ser una pesadilla: "Tuve unos clientes que les pasó que el agente digitalizador no hizo bien el trabajo; ellos decidieron romper el contrato y esto era muy difícil con el Kit. No tuvieron apoyo", dice Clara B., una abogada autónoma. "El agente digitalizador, al romper el contrato, decidió que se quedaba el IVA. Este caso ha terminado en los tribunales", apunta la abogada. Por su parte, Bru considera que "habría podido hacerse más fácil el proceso de justificación, y, sobre todo a la hora de hacer páginas web, los mínimos deberían ser más elevados. Ha habido muchos churros".

Precios y sobreprecios

Martina Gatell, una autónoma que realiza trabajos de marketing para una farmacéutica y lleva las gestiones de una empresa inmobiliaria, explica que obtuvo 1.000 euros por un ordenador y 2.000 para un programa de facturación. En el caso del ordenador, Gatell critica que "solo podía elegirse entre una lista": "En vez de darme los 1.000 euros y yo añadir lo que fuera necesario al ordenador que quería, me dijeron que o uno de los de la lista o nada", detalla. Además, relata que "el ordenador llegó abierto", y al preguntar por qué, "me dijeron que era normal, que ellos le habían abierto para ponerle un programa de rastreo para saber que al menos durante un año lo seguía teniendo la misma persona", relata esta autónoma.

"Es poco transparente. Yo no sé qué me han puesto y me hace estar muy intranquila", explica. Pero las dudas de Martina no terminan aquí: "También contraté un programa de facturación. Tenía los 2.000 euros para ello, y me dijeron que el programa costaba 150 euros hacer la instalación y después una suscripción de 15 euros al mes, que con el Kit Digital tenía cubierta durante un año. Eso son 330 euros el . cuestiona Gatell, que lo preguntó y le dijeron que eran "por la gestión de la contratación y otros trámites", pero la respuesta no le satisfizo. "Es, como mínimo, raro", critica.

Según Andreu Bru, hay que tener en cuenta que "los agentes digitalizadores son los que asumen el riesgo y deben soportar el coste financiero. Por eso, gastar el bono digital en un software que sin Kit Digital vale 150 o 200 euros, con el Kit siempre es más caro. El precio lo pone el digitalizador, y algunos lo pone el digitalizador, y algunos lo pone el digitalizador".

Raquel Pérez, autónoma que ha ejercido como agente digitalizadora, critica que, a la hora de acreditarse como agente, no se topaba por arriba, por lo que cualquier gran empresa podía entrar como agente y hacer la competencia a gente como ella, que son autónomos o microempresas. Con todo, asegura estar contenta de haber hecho este trabajo: "Volvería a hacerlo, porque aunque como agente digitalizador tarda mucho en cobrar y la burocracia es pesada, sin esa ayuda muchas pymes no habrían salido adelante", asevera.

Bru apunta que "desde el primer momento ha habido mucha crítica, pero, visto en perspectiva, la valoración es muy positiva. Ha sido la primera vez que se han inyectado más de 3.000 millones dedicados exclusivamente a la digitalización de las pequeñas empresas o autónomos; sólo eso ya es positivo", termina.

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