Música

Bad Gyal en Disneylandia del sexo romántico

El artista del Maresme cierra la primera jornada del Share Festival ante 25.000 personas en el Parc del Fòrum

Bad Gyal en el Share Festival 2025.
23/06/2025
4 min

Barcelona25.000 personas celebraron el viernes el regreso de Bad Gyal en Barcelona. Hacia el final del show que cerró la primera jornada del Share Festival en el Parc del Fòrum, el artista de Vilassar de Mar exclamó: "Barcelona, ​​¡la mejor puta ciudad del mundo!" Luego, al terminar Fiebre, el mejor momento de la hora y veinte de actuación, sonrió mientras añadía "Barcelona, ​​te quiero". El ambiente era festivo, como corresponde al cierre del curso escolar; y el público era eminentemente juvenil y había pagado entre 45 y 79 euros por vivir un día especial empapado por el bochorno barcelonés. Había también varios progenitores sentados en la zona de restauración, algunos leyendo un libro, otros simplemente tratando de pasar el rato ajenos a esa Disneylandia del sexo romántico que experimentaban sus hijos.

"Este culo te lo clavo como astilla / Si me pego me imagina en la capilla", canta en Bota niña, la canción con la que Bad Gyal, el sobrenombre de Alba Farelo, abrió un concierto con un buen grupo de puntos álgidos pero afectado por un ritmo irregular, con pausas que rompían el hechizo y una actitud contradictoria, como si estuviera más pendiente de ser una diva que de conectar con el público. Por ejemplo, cuando paseaba de perfil, concentrada en ofrecer un plan frontal a la cámara como modelo en una pasarela, pero sin mirar directamente al público, que, de hecho, sólo obtenía la mirada frontal mediante la pantalla. Son detalles que deslucen un buen espectáculo. Tampoco ayuda la retahíla de colaboraciones despachadas con ritmo "picadillo", claudicando ante la impaciencia. La participación de su hermana Mushkaa en SexoSexy fue vista y no vista; y la de Omar Courtz en Comernos fue demasiado por trabajo, sin paciencia para desarrollar el dúo más allá de la anécdota.

Bad Gyal y Mushkaa en el Share Festival 2025.

Diva al sol rojizo

Alba Farelo ha construido un personaje poderoso, que toma decisiones sexuales soberanas, e inspirador: bastaba con observar la intensidad con la que miles de mujeres vestidas con flow Bad Gyal cantaban canciones como Flow 2000, Duro de verdad pt.2, Angelito, Chulo, Guay, Zorra y 2am, las más celebradas junto con la imbatible Fiebre. De acuerdo con esta imagen, hizo una aparición de diva a contraluz, enmarcada en el sol rojizo que se proyectaba en la pantalla del fondo del escenario (donde después desfilarían palmeras, atardeceres y coches).

En un show sin músicos a la vista y con dos niveles escénicos, brillan las coreografías del equipo de baile y los movimientos con los que Bad Gyal subraya los versos. Algunos movimientos son sugerentes, como los preliminares amatorios que salpican tantas canciones, o los gestos de orgullo y/o desesperación con los que acompaña a las canciones que barajan sentimientos más profundos sobre desamores y deseo, como Otra vez más, 2 AM y Fiebre. Otros sí son explícitos hasta la softpornografía romántica, como en Más raro, en el que simuló un clavo en un sofá de brille-brille, o en la recién estrenada DaMe, una oda al amante eficiente: "El baby que tengo/en el sexo, es especialista. / Me lo entra, lo siento / Pa' ese tamaño, estoy listaSon rimas consonantes no muy sofisticadas, más cerca del rave del párroco de Vallfogona que de los redondos invictos de Estellés, de la chapuza danza de los dedos de Carme Riera o de la desesperada "necesidad" de Eva Baltasar, para entendernos. diversión y celebración, nadie que haya sido preadolescente puede escandalizarse con este arsenal lírico. chuleta y romántica. Esto sí que la hace única en un universo de músicas urbanas donde la singularidad no es tan habitual.

Público en el concierto de Bad Gyal en el Share Festival 2025.
Bad Gyal con bailarinas en el Share Festival 2025.

Baloncesto y un toro mecánico

El concierto de Bad Gyal culminó la primera jornada de Share, un festival de conciertos sucesivos en dos escenarios alternos. Desde las 15 h actuaron grupos y artistas como The Tyets, Figa Flawas y Julieta, y cuando la tarde se acercaba aparecieron las cabezas de cartel. Aparentemente, no es tan complicado, el trabajo del equipo de programación del Share. Si tienes el andaluz Saiko, sabes que ha hecho una canción con el puertorriqueño Omar Courtz, que también ha colaborado con Bad Gyal. Y ya lo tendríamos. Saiko, que ha estado muchos meses alejado de los escenarios y acaba de publicar el disco Natsukashii Yoru, se presentó con una puesta en escena que incluía una especie de taberna japonesa o chiringuito de playa, y una buena colección de hits. Pendiente constantemente del público, se despidió con Nostalgia. "Es lo que oiré dentro de un tiempo cuando recuerde este concierto", dijo.

Mientras tanto, bastantes espectadores pagaban 4 euros por disfrutar de un par de atracciones de feria, entre las que se encontraba un toro mecánico especialmente cruel. Otros jugaban a baloncesto o trataban de chutar un balón y colocarlo en la escuadra de una portería minúscula. Muchos hacían colas para comprar comida o bebida (cervezas a 5 euros, como en el Primavera Sound), y un buen grupo no quiso perderse la actuación de Omar Courtz, que desplegó su característico reggaeton y trap latino erótico. El puertorriqueño, vestido como un paracaidista pop recién aterrizado y paseando frente a una muñeca hinchable gigante tumbada, despachó hits celebradísimos por el público como ETA, Qué vas a hacer hoy y Lokenecesitas (que cantó con Saiko), y mostró con orgullo la bandera de Puerto Rico cuando cantó Veldá, una de las canciones del último disco de Bad Bunny.

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