Prosecco y flujo transfronterizo de datos
La UE y Australia vuelven a hablar del pacto de libre mercado después de que las negociaciones naufragaran en el 2023

SydneyEn el primer viaje después de las elecciones, Don Farrell, ministro australiano de Comercio del reelegido gobierno Albanese, se ha encontrado en París con el comisario europeo de Comercio, Maroš Šefčovič. La visita, precedida de dos reuniones online, ha servido para que tomen el pulso a un tratado de libre comercio entre Australia y la Unión Europea que está en negociación desde 2018, sin comprometerse, sin embargo, a ninguna fecha formal de inicio de la negociación.
"Es una oportunidad incomparable de asegurarse el mayor acceso al mercado único del mundo al tiempo que profundizamos la relación con un socio económico capital", ha remarcado Farrell tras el encuentro en el marco de la cumbre de la OCDE, en la que el gobierno australiano ha reforzado su voluntad de " productos agroalimentarios en el mercado comunitario.
"[En el 2023] El pacto estaba hecho –recuerda Bruce Wilson, director del Centro de Excelencia de la Unión Europea en el RMIT–. Fue el propio ministro quien capituló en el último minuto". La propuesta de la UE –que por ejemplo fijaba una menor cuota de importación de carne que la de Nueva Zelanda, de 3.333 toneladas anuales, y habría significado un 0,3% del total de las importaciones agroalimentarias– fue insuficiente para los australianos.
Pero ahora Australia y la UE exploran un acuerdo en un clima marcado por los aranceles de Estados Unidos, así como el interés de una "cooperación estructurada", en palabras del comisario Šefčovič, con las dieciocho naciones del Pacífico y el Índico que forman la Asociación del Trans-Pacífico, un Austríaco del Austríaco, un Austríaco del Trans-Pacífico.
Ambas partes lo reconocen: "Ahora es el momento para estrechar nuestra asociación económica y estamos trabajando en las cuestiones pendientes para cerrar el acuerdo", decía Farrell desde París en una referencia a Bruselas para que revise las cuotas cuando parece que los negociadores australianos ven como sobre las resueltas.
Recientemente, el gobierno laborista ha ampliado su mayoría parlamentaria y ha conseguido escaños considerados rurales de manos de la oposición. Para el profesor Wilson "que los partidos conservadores se encuentren en plena pugna, lo hace más fácil para rechazar las demandas del lobi de la agricultura", pero reconoce que "para los europeos el bloqueo será el impuesto sobre los coches de lujo y para los australianos la agricultura".
Asimismo, las principales patronales de sectores como el turismo, el transporte, la educación terciaria o la minería publicaron a principios de este mes un comunicado a favor de eliminar las barreras comerciales. "La Unión Europea es el gran agujero –remarca Jane Drake-Brockman, directora ejecutiva del Australian Services Roundtable, cosignantes del manifiesto–. Para mí el acceso al sector servicios es más importante que el acceso al mercado común".
Drake-Brockman –que en los noventa negoció con la UE que los vinicultores australianos no etiquetarían el vino espumoso como champán durante su etapa en el ministerio de Comercio–, resalta que “el sector servicios está frustrado de ser el rehén de un sector que siempre se lo considera económicas".
Según la Unión Europea, Australia era el 20º socio comercial del club comunitario, contando con superávits económicos de más de casi 27.000 millones de euros en sectores como los minerales, equipamiento del transporte y maquinaria o el sector químico. Para Australia, la UE es el tercer socio comercial, después de China y Japón, con un valor global de 49.400 millones sólo el pasado año.
El sector servicios
"Las ganancias significativas serán para las compañías del sector servicios", remarca Wilson, quien también asegura que el tratado de libre comercio podría cambiar las políticas de movilidad de personas, el comercio online o el intercambio de datos en un sector, el de los servicios digitales, en el que Europa es líder mundial.
"El sector servicios es realmente importante en Australia porque tiene pequeña y mediana empresa –subraya Drake-Brockman–. También son importantes las empresas emergentes y el sector tecnológico. Es el sector que lidera la transformación digital, la transformación verde, la energía y los servicios mineros".
Sin embargo, la presión sobre el ministro Farrell no disminuye. vinicultores locales utilizaran su nombre, aunque sea una variedad de uva. el acceso de la carne de cordero, o de los huevos, el queso, lo que sea... pero eso no es como lo veo yo. Para mí las líneas rojas son el Prosecco y el flujo transfronterizo de datos".