Cuando la tecnología del coche eléctrico es el menor de los problemas

GeronaEn un contexto de brotes verdes en cuanto al coche eléctrico en Europa y de un hundimiento de las ventas de vehículos diésel en el conjunto del estado español, juntar tres férreos defensores de la electromovilidad y la descarbonización sólo puede alimentar el optimismo. Es lo que ha planeado este jueves por encima del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Girona durante la mesa redonda organizada por el ARA, con la colaboración de Bassols Energia, para debatir si esta forma de transporte es una oportunidad real. Con el horizonte del 2035, cuando la Unión Europea dejará de matricular a los vehículos de combustión, el principal reto ahora mismo son los puntos de distribución de recarga, no la tecnología propia de los vehículos eléctricos. Y más teniendo en cuenta que en 10 años se ha pasado de autonomías de entre 150 y 170 km a 350 y hasta 600.

Es la conclusión a la que ha llegado el director gerente de Bassols Energía, Roger Segura, que ha dibujado un largo camino por recorrer teniendo en cuenta que la mayoría de los cargadores en España son de baja potencia y sólo un 7% de los vehículos son eléctricos. "La tecnología del vehículo eléctrico es el menor de los problemas", señaló, y dijo estar esperanzado para que poco a poco se den los pasos para expandir los puntos de recarga.

¿Y las bonificaciones fiscales?

A su vez, Llorenç Albanell, socio y director técnico de Audit Energia, encargado de buscar soluciones de recarga y gestionarlas, ha puesto las subvenciones de la administración en el punto de mira. "Sería mejor un sistema de bonificaciones fiscales en lugar de un sistema que hace que no haya continuidad", recalcó, y animó a las familias y empresas a invertir en puntos en su casa si les es posible, porque "los 100 km pueden costar fácilmente 1,5 euros".

Para Dani Pérez, responsable de estrategia e innovación en Km0 Energy, la implantación de esta nueva forma de movilidad sostenible pasará por "romper tabúes" sobre, justamente, los puntos de recarga. A su juicio no es imprescindible tener uno en casa, pero es necesario que se valore el cambio en positivo en las ciudades desde el ámbito municipal y del Govern con bonificaciones para hacer una ciudad más limpia. "Si una calle es todo eléctrica, la reducción del ruido es de un 50%, se reducen las emisiones, la vegetación crece un 30% más, hay más sombra y baja la temperatura de las calles", desgranó.

Pero para que todo esto ocurra, para Segura, de Bassols Energía, seguir haciendo "pedagogía y formación" es importantísimo. Y también, por encima de todo, que pese el bolsillo: "Que la reducción del impacto medioambiental pueda valorizarse en los impuestos".