De piedra arenisca por fuera y de ladrillo por dentro: el confort de una casa con doble piel y un patio en el corazón
Ca Catalina y Joan. Tede a Arquitectos (Llubí, Mallorca)

La escalera de ladrillos desnudos que da acceso a Ca na Catalina y Joan, a las afueras de Llubí, anticipa la importancia que tienen el material –material local– y el ejercicio constructivo. Los arquitectos de TEd'A, estudio encabezado por Irene Pérez y Jaume Mayol, llevan muchos años investigando las maneras de trasladar la construcción tradicional al presente para obtener la mejor respuesta climática, la más natural y sostenible, y que de esta manera la casa también proporcione el máximo confort a quienes la habitan. Saben que "las tipologías tradicionales son respuestas climáticas perfeccionadas infinitamente a lo largo del tiempo", y así lo dicen, pero al mismo tiempo dan un paso más hacia la actualidad conscientes de que la vida requiere hoy otras soluciones y cuenta con otros recursos.
Ca Catalina y Joan es, en muchos sentidos, un ejercicio conceptual. Lo es por concebir la planta de la casa en forma de cruz, porque hace que tenga más longitud de fachada y que cada habitación cuente con su rincón particular de exterior. Pero también porque la planta en cruz forma un núcleo central que, concebido como patio, se convierte en un elemento benéfico para la vida en la casa. El patio en el corazón de una vivienda que, como es el caso, tiene algo más de 200 metros cuadrados, permite que todas las estancias, además de la salida al exterior, disfruten de una relación gratificante con el patio. Esto contribuye a la iluminación natural y la ventilación cruzada necesaria, además de posibilitar una vida más íntima, hacia el interior, que a menudo se agradece. Es más, el patio se convierte en un centro vital, una estancia más de la vivienda, y al aire libre.
También es un ejercicio conceptual el hecho de que en torno al patio, dentro de la casa, los arquitectos de TEd'A hayan hecho un deambulatorio, un recorrido que evoca el de un claustro y que conecta las distintas habitaciones y les otorga un doble espacio a menudo muy útil –para el estudio, para el juego, para estar–. Este deambulatorio se ha concebido con una gran altura y se ha rematado con pequeñas claraboyas que, a la vez que introducen luz natural en la vivienda, dan un efecto chimenea, succionando el aire.
La cuestión material
Pero no todo es cuestión de concepción de espacios ni de tipología. Los arquitectos de TEd'A tienen un cuidado muy especial para los materiales, que va más allá de la premisa que siempre se imponen de trabajar con productos kilómetro cero, al menos hasta donde lo permite trabajar en una isla. Nos hacen entender que lo sostenible es evitar el transporte de los materiales, pero también intentar que no se generen residuos, además de que la forma de utilizarlos contribuya al buen funcionamiento hidrotérmico y al confort de la vivienda.
En este sentido, Ca na Catalina y Joan tiene una doble piel, porque está construida con una capa exterior de piedra arenisca, el arenisca que tan bien define el paisaje de Mallorca, y una capa interior de ladrillo perforado de fabricación local que, además, en este caso se coloca dejando a la vista la parte más rugosa y haciendo que el perforado se haga en la cámara. cortar ningún arenisca ni ningún ladrillo, por lo que se utilizan piezas de termoarcilla para hacer los ajustes y para resolver los sesgos.
En todo caso, tanto la planta en cruz de Ca na Catalina y Joan como la estructura de muros de carga y de pequeñas bóvedas de hormigón siguen la dirección de un solar marcadamente alargado, lo que favorece la vista de las montañas y pone la vida en la casa al abrigo de los vientos de tramontana y del embate. Y todo, desde la solidez constructiva hasta la ventilación, desde las bóvedas que ayudan a la inercia térmica hasta los materiales con los que se construye la casa, da unas garantías de confort que hacen de este hogar un espacio de bienestar en el centro, o casi en el centro, de la isla de Mallorca.