La transformación de Rusalka vuelve al Liceu
Asmik Grigorian y Piotr Beczala encabezan la versión actualizada de la obra maestra de Antonin Dvorák

Barcelona"Es una historia especialmente conmovedora, con muchas emociones y tragedia", dice Piotr Beczala, el tenor polaco que encabeza el reparto de la ópera Rusalka que se representa en el Liceu del 22 de junio al 7 de julio, con dirección escénica de Christof Loy. Rusalka es una ninfa de las aguas que se enamora de un príncipe humano y, para poder vivir ese amor, desea transformarse en mujer. Lo conseguirá convenciendo a su padre y haciendo un trato con Jezibaba, la bruja que la transformará a cambio de unas crueles consecuencias: perder el habla y no poder andar. Rusalka acepta y consigue que el príncipe se enamore por lo pronto, pero lo acabará abandonando por una princesa forastera. Rusalka no podrá deshacer la transformación y esta nueva realidad le obligará a reencontrar su sitio en el mundo con la herida de no haber sido correspondida.
La historia, que seguramente al lector le resonará por la versión cinematográfica de La Sirenita, proviene de la mitología eslava y de cuentos tradicionales checos. El argumento que explica Antonín Dvorák en su ópera más conocida, Rusalka, es muy similar. Se estrenó en Praga en 1901 y rápidamente se convirtió en una de las óperas más representadas en el país. La hipnótica Canción de la luna, que es uno de los momentos álgidos de la función, seguramente ayudó a ello.
La primera vez que Rusalka se representó en Barcelona fue en 1924, en el Gran Teatre del Liceu, donde regresó en el 2013 con una propuesta arriesgada dirigida escénicamente por el noruego Stefan Herheim. Este año se han programado siete funciones bajo la dirección musical de Josep Pons, quien asegura que la producción a cargo de Christof Loy tiene todos los ingredientes para que sea "un referente". La soprano Asmik Grigorian y el tenor Piotr Beczala interpretan los principales papeles, Rusalka y el príncipe, y es la primera vez que cantan juntos.
Una versión centrada en los personajes
La versión de Christof Loy es una coproducción del Liceo con el Teatro Real de Madrid, el Palacio de las Artes de Valencia y la Staatsoper de Dresde, y plantea una lectura contemporánea de la obra Ahora, Rusalka es una artista sin ningún papel asignado y tendrá que descubrir su lugar en el mundo. Rusalka queda inmovilizada y en muletas y está rodeada de personajes que habitan sus recuerdos. El conflicto está entre el arte y la vida y, para narrarlo, Loy centra toda la atención en la psicología de los personajes.
enmarca la obra. Asegura que las funciones programadas tienen todos los ingredientes para que el espectador pueda disfrutar de ella: el reparto y el equipo que le acompaña. genio de las aguas), la soprano finlandesa Karita Mattila interpretará a la princesa extranjera que seduce al príncipe y el papel de la bruja Jezibaba lo representará la mezzosoprano alemana Okka von der Damerau, que fue una magnífica Elsa en las funciones de Lohengrin de hace tres meses en el Liceu, en el que sustituyó a Iréne Theorin.
Es la primera vez que Grigorian y Beczala cantan juntos, aunque la soprano lituana tiene experiencia en el papel de Rusalka. El papel de ella es de los más exigentes de la obra porque requiere el trabajo vocal y la preparación física para la parte de ballet. "Estamos en buenas manos", asegura Beczala, que pone énfasis en el equipo encargado de la producción que se verá en el Liceu. Dice que tener este control de lo que sucede en el escenario asegura que quienes lo habitan puedan disfrutar y que es clave para transmitir la historia al público. El objetivo, asegura, es que el público se meta de lleno.
Josep Pons pone énfasis en la sonoridad acuática de la orquesta, que despliega todo su poder a lo largo de los tres actos que dura la obra. La danza también tiene un papel primordial, ya que muestra la riqueza de los bailes tradicionales checos y la capacidad de Grigorian para seguirlos. La música, de influencia wagneriana, correrá a cargo de la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro del Liceu y las melodías del corazón de ninfas y ondinas serán encarnadas por los jóvenes cantantes Laura Fleur, Alyona Abramova y Julietta Aleksanyan.