Literatura

Cómo se arma un Vietnam negro en el corazón de Estados Unidos

Con 'Nuestro infiltrado en la CIA', Sam Greenlee logró inquietar la hegemonía blanca estadounidense con un personaje que tras pasar por los servicios secretos estadounidenses propone una revuelta armada

En Oklahoma, a finales de los 30, los afroamericanos no podían beber agua del mismo sitio que los caucásicos en algunas paradas de autobús
24/05/2025
3 min
  • Sam Greenlee
  • La Aguja Dorada
  • Traducción de Josep Grau
  • 272 páginas / 19,90 euros

La vida de Sam Greenlee (Chicago, 1930-2014), el autor deNuestro infiltrado en la CIA, hace pensar en una película de James Bond que hubiera sido escrita y dirigida por Spike Lee. Descendiente del Sur profundo, con toda la herencia terrible y trágica –la esclavitud– que esto conlleva, Greenlee fue un estudiante aplicado y meritorio y fue abriéndose camino en Estados Unidos estructuralmente deformados por el racismo segregacionista blanco. De adolescente y joven, participó en organizaciones a favor de los derechos civiles de los negros, estudió en varias universidades (Ciencias Políticas) y, finalmente, entró en el ejército, donde estuvo dos años. De ahí, pasó a la Agencia de Información de EE.UU. (diplomacia, propaganda, espionaje) y se convirtió en uno de los primeros agentes negros movilizados en el extranjero. Sirvió en Irak, Pakistán, Indonesia y Grecia. Habiendo dejado ya el servicio, en 1969 obtuvo una considerable notoriedad literaria con Nuestro infiltrado en la CIA, que hace pensar en la novela Trampa-22 de Josep Heller pero como si hubiera sido reescrita por Malcolm X y Richard Pryor.

Algún crítico describió la novela como "un programa para la revolución". Puede parecer exagerado, pero es un comentario exactísimo. Basta decir que, cuando en 1973 se estrenó su versión cinematográfica, con guión del propio Greenlee, todas las copias que se habían hecho desaparecieron a los pocos días, supuestamente incautadas por el FBI. Incluso visto con la perspectiva de los años, cuando tantos gestos revolucionarios de los 60 y 70 han quedado desfasados ​​y parecen ingenuos, se entiende que la obra de Greenlee inquietara la hegemonía blanca americana. Porque funciona, a la vez, como una sátira demoledora contra el racismo estadounidense (sobre todo contra el racismo paternalista, cínico y prepotente de los progresistas que van de antiracistas y contra la connivencia de los negros de clase media que hacen el juego a los blancos porque ellos ya están bien como están), como una fantasía de venganza resentimiento de los oprimidos y como una llamada combativa y desacomplejada a recuperar el autoconocimiento y la autoestima negras.

He aquí un breve resumen del argumento. Dan Freeman es un hombre negro inteligente, atlético, guapo y capaz que en los 60 entra en la CIA gracias a un programa gubernamental que pretende dessegregarla. Todo ello es una operación de maquillaje impulsada por un político liberal que quiere recuperar el voto negro, pero Freeman, de clase baja y, por tanto, un intruso en las esferas del poder, aprovecha la ocasión. Adquiere conocimientos políticos y militares, técnicas de disimulación y de combate, y por fin logra ser admitido en la CIA. Al cabo de unos pocos años trabajando, durante los cuales amplía su capacidad operativa, Freeman renuncia al trabajo y regresa a su gueto natal de Chicago como trabajador social. ¿Para ayudar a los jóvenes negros víctimas de la pobreza y el racismo sistémicos? No. Para enseñarles todo lo que sabe, organizarlos e instigarles a una revuelta armada.

Si el argumento es explosivo, porque Greenlee lo despliega de una manera frontal, trepidante, absolutamente ideologizada y sin eufemismo alguno, el estilo, la mirada y el tono lo son aún más. La prosa precisa y frenética –buena traducción de Josep Grau–, llena de apuntes y comentarios sarcásticos tan hilarantes como disolventes, así como los juegos y sobreentendidos inteligentísimos que el autor hace con todo tipo de prejuicios y estereotipos relacionados con la raza, la lucha de clases y la guerra fría, convierten la novela y la guerra fría. Más de medio siglo después de su publicación, sigue explotando la mar de bien.

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