Sucesos

Un funcionario de prisiones corrupto, la pista para destapar un gran cártel de la cocaína en Catalunya

Los Mossos y la Guardia Civil detienen a quince personas en una investigación que ha durado dos años

27/06/2025
4 min

BarcelonaAlguien entraba móviles, cargadores, tarjetas SIM y también droga, desde cocaína hasta heroína, en la cárcel de Mas de Enric de Tarragona. La investigación de los Mossos d'Esquadra condujo a un funcionario del centro penitenciario. Conseguía toda la mercancía fuera del horario laboral y después la distribuía. Lo entraba en bolsos o en los bolsillos. Mientras, iba ingresando dinero en metálico en su cuenta bancaria. Hasta 400 euros por un móvil (entró decenas), sumando 70.000 al año y medio. Era un funcionario con experiencia, que conocía los mecanismos de seguridad y trabajaba para dos internos que le pedían las sustancias. El caso ya sería grave por sí solo, pero resultó ser la parte más pequeña de un entramado mucho mayor: la investigación, conjunta de los Mossos y la Guardia Civil, ha terminado con quince detenidos, cuatro investigados y dos organizaciones dedicadas al tráfico de cocaína desarticuladas.

Los dos cuerpos policiales han hecho pública la investigación este viernes, aunque empezó en julio del 2023. El funcionario hacía el trabajo sucio (y se llevaba una propina importante), pero la banda la lideraba un interno, condenado por asesinato y tráfico de drogas. Estaba encerrado en Mas d'Enric, pero seguía al frente de una organización que tenía un importante punto de venta de droga en Viella. Venían cocaína, anfetaminas, MDMA, hachís... El funcionario hacía de intermediario, sobre todo entre los que estaban en prisión y los del territorio.

Y los seguimientos a este funcionario empezaron a dar más resultados. En su tiempo libre, acudía a encuentros clandestinos con otros narcotraficantes. El sitio de la reunión no se sabía hasta última hora, y nunca era el mismo. Había vigilantes de seguridad por todas partes. De todas las personas que acudían a estos encuentros, la policía puso sobre todo el foco en un hombre de 44 años, de nacionalidad española, que les hizo descubrir que, hasta el momento, sólo habían visto la punta del iceberg. Desde Salou, lideraba una red de distribución de cocaína por todo el Estado. Cataluña, La Rioja, Zaragoza, Valencia, Castellón, Teruel... ya un ritmo frenético: podía distribuir 100 kilogramos de cocaína cada mes. A finales de año podía ganar 25 millones de euros. La cocaína la compraban a otras mayores organizaciones.

Este hombre también tenía plantaciones de marihuana en el Vallès Oriental y una red de testaferros que compraban coches y empresas a su nombre. Todo para ocultar los beneficios y blanquearlos, también comprando pisos en Dubai. "Pero llevaban una vida normal y carecían de antecedentes", ha dicho el comandante Héctor Muñoz, jefe operativo de la Guardia Civil en Tarragona. Entre los detenidos también se encuentran empresarios de la restauración y el ocio nocturno del Tarragonès, que realizaban tareas logísticas y de transporte.

Bluetooth y móviles encriptados

El sargento Xavier Tenorio, de la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos en Tarragona, ha dicho que les "sorprendió" la capacidad de este grupo para mover altas cantidades de drogas en poco tiempo. Pero también les sorprendió su profesionalización a la hora de hacerlo. Utilizaban dobles fondos de vehículos (normales, por no llamar la atención), que se abrían con sistemas hidráulicos que se activaban sólo a través de Bluetooth. Y, además, sólo podían activarse desde un móvil encriptado. Para ello necesitaban especialistas. La investigación llegó hasta un experto en informática y hasta un taller mecánico que revisaba constantemente los coches por si la policía había instalado un dispositivo de seguimiento o micrófonos. Algunos vehículos los alquilaban, y contaban con la colaboración de una empresa que facilitaba los coches sin registrar a ningún inquilino.

Un momento de la rueda de prensa conjunta entre agentes de los Mossos d'Esquadra y de la Guardia Civil.

Las detenciones del caso se han desatado en varias fases. En marzo del 2024 ya se practicaron arrestos, en enero del 2025 se intervino un vehículo que llevaba 200.000 euros en efectivo y un mes después hallaron un coche con 15 kilogramos de cocaína de alta pureza en un compartimento oculto. Esto permitió detener al líder y al transportista y registrar sus domicilios, donde se hallaron 342.000 euros en efectivo, un revólver municionado con siete proyectiles, munición para armas de fuego, una pistola detonadora y droga.

Balance operativo

El 14 de abril se llevó a cabo un nuevo dispositivo policial encaminado a desarticular al resto de miembros de la primera organización criminal. En este dispositivo se detuvieron a un total de cuatro miembros de la organización inicial, entre ellos el funcionario de prisiones y dos internos. Y, finalmente, el 6 de mayo se acabó de desarticular la segunda organización, con siete entradas y registros, cinco de ellos en la demarcación de Tarragona (Salou, El Catllar, Seguro de Calafell y Cambrils) y dos en las localidades de Burriana (Castellón) y Montserrat (Valencia). En estos registros también se encontró un arma de fuego, un chaleco reflectante de la Policía Nacional, una pistola deairsoft, una máquina contadora de dinero, 13.300 euros en metálico, varios terminales de teléfono móvil, pequeñas cantidades de sustancias estupefacientes y un cultivo indoor de marihuana con 111 plantas.

El balance total llega a los quince detenidos –la mayoría nacionales–, y siete han entrado ya en prisión. Durante estos dos años de investigación se han intervenido cerca de 600.000 euros en metálico, más de 15 kg de cocaína de alta pureza, 4 kg de hachís y drogas sintéticas (MDMA y éxtasis).

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