Salud

La revolución transformadora del yoga se extiende como una mancha de aceite

Menorca y próximamente Lleida son las primeras paradas del The Yoga Gallery Fest, que pretende desembarcar también en Sevilla y Madrid

El profesor Vikram Sighn en el TYG Menorca Fest 2025 en la Isla de Lazareto
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LleidaEl yoga, en su concepción más tradicional e íntima, no está estrictamente enfrentado con la fiesta y los encuentros colectivos. The Yoga Gallery Fest, un certamen que celebró hace pocos días su cuarta edición en la isla de Llatzeret (en Menorca), lo hará en Lleida la próxima semana y ya está preparando nuevas conquistas en Sevilla y Madrid. Como una mancha de aceite, este nuevo concepto en el que se fusionan arte contemporáneo, música y yoga, evoluciona hacia el éxito.

"A lo largo de todos estos dos mil años de historia, han pasado muchas cosas que han cambiado la perspectiva del yoga y, últimamente, se ha hecho una apropiación inadecuada intentando adaptarlo a una actividad aeróbica y, por otra parte, se ha incorporado el mensaje sin defenderlo de la criba occidental", piensa Gabriel que la gente tenga la oportunidad de cogírselo de una manera más laxa".

De la idiosincrasia de la isla de Llatzeret (un antiguo emplazamiento donde los viajeros marítimos infectados por alguna plaga pasaban la cuarentena) a la catedral de Lleida (estrechamente vinculada al cristianismo católico), las ubicaciones elegidas por el The Yoga Gallery Fest ofrecen nuevos formatos que obtienen nuevos formatos que exactamente de lo mismo", concluye Pena.

El festival pretende ser un acto de celebración, que no precisamente debe estar reñido con una idea (también ortodoxa) de introspección íntima del yoga. "No se puede entender el yoga si no es para celebrar la vida y un festival es eso –argumenta el director–, pero al mismo tiempo conecta con la voluntad transformadora del yoga".

La consolidación de Menorca

Con más de mil personas inscritas y las entradas agotadas, The Yoga Gallery Menorca Fest 2025 tuvo lugar la semana pasada (del 5 al 7 de junio), convertido en uno de los eventos más singulares del Mediterráneo que vinculan arte, yoga, y música, y que fomenta las conexiones personales y colectivas. Uno de los símbolos más poderosos del festival fue la reedición del programa "Adopta un yogui", que este año batió récord con más de setenta personas acogidas por familias y hogares menorquines, tejiendo vínculos reales.

Nacido hace cuatro años en la isla del Llatzeret, el festival ha crecido sin perder la esencia: un encuentro radicalmente inclusivo y libre de etiquetas, que entiende el yoga no como una cuestión estética, sino como una práctica para volver al ser original y redescubrirse. Un espacio vivo donde conviven asanas, arte contemporáneo, música y palabra. Donde no se trata de hacer mejor una postura, sino de vivir con mayor presencia, más conciencia y más poesía.

En un mundo acelerado ya menudo individualista, el festival propone herramientas para la creación de refugios interiores, es decir, espacios para la pausa, un tiempo sagrado para estar con uno mismo y escuchar con profundidad. "Lo más valioso del festival es la gente que viene, un mosaico de personas de toda Europa que buscan una experiencia diferente, real, con sentido –opina Gabriel Pena–. Queremos ofrecer un espacio para reconectar con el espíritu, y hacerlo desde la belleza, la libertad y la verdad".

Una agenda ambiciosa

El yoga transformado en festival se traslada la próxima semana (del 19 al 21 de junio) a Lleida. Durante tres días intensos, el festival albergará sesiones, talleres y charlas, combinadas con actuaciones musicales y propuestas artísticas de alto nivel. En total, más de 50 horas de actividad.

Nombres importantes en el mundo del yoga como el de Rebeca Recatero, directora del centro Jivamukti Madrid y, especialmente, el gran maestro indio Surinder Singh (originario de Rishikesh, la cuna mundial del yoga), se añadirán a otros como la británica Lucy Crock, la maestra Eva Oller, la maestra Eva Oller Gustavo Plaza y la portuguesa Maria Sousa. Se practicará desde yoga en movimiento al más calmado, pasando por el terapéutico, el introspectivo, el mantra y el dinámico. Un amplio menú que se fusionará en ocasiones con la música electrónica, la práctica de las asanas y de conciertos de la mano de artistas como el cantautor argentino Lucas Masciano y el dúo El Descanso de Ti con sus sesiones de nidra con música.

El certamen también estará acompañado de tres artistas francesas que, bajo el proyecto Pangea, han creado diez banderas inspiradas precisamente en este festival. Son diseños simples, directos, con colores planos y formas simbólicas, fáciles de entrar, pero no siempre digerir, con algunos eslóganes que incomodan. Las banderas se han ideado conjuntamente con el estudio de diseño Uncoform. La escenógrafa de Balaguer, Maria Monseny, ha preparado su puesta en escena con una pieza titulada Crisol, inspirada en los huertos de pueblo.

Pero The Yoga Gallery no quiere detenerse. Sevilla y Madrid, aún con fechas por concretar, serán sus próximas convocatorias. "En todas partes hay espacios preciosos que responden a esa sensación de un espacio único y singular", reivindica Pena. Porque al final, el lugar sólo es la excusa para plantar en todo el yoga, la viva expresión del refugio que la gente necesita dentro de la vorágine del siglo XXI.

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