Casi 5.000 pruebas médicas y 500 operaciones aplazadas por el apagón general
Los CAP y los hospitales garantizaron la atención sanitaria urgente con sistemas eléctricos alternativos


BarcelonaComo legado de la pandemia, el sistema sanitario catalán tiene multitud de planes de contingencia para sobreponerse a fenómenos externos con rapidez y flexibilidad. El último ejemplo de situación de emergencia sacudió el lunes la península Ibérica. Mientras el país contenía la respiración por un apagón sin precedentes que lo paralizó todo, los centros de atención primaria (CAP) y los hospitales garantizaron que toda la actividad urgente que no podía aplazarse se atendiera con normalidad. Ahora bien, para asegurar que disponían de energía suficiente y para evitar desplazamientos de usuarios en el momento más incierto, se pospusieron casi 5.000 pruebas médicas y 500 operaciones, según datos provisionales del departamento de Salut. Fuentes consultadas por el ARA remarcan que ya se están reprogramando todas las intervenciones sin afectaciones asistenciales graves.
"Estábamos preparados: los grandes hospitales respondimos bien y no tuvimos problemas destacados", asegura la directora asistencial del Hospital Clínic, Raquel Sánchez-Valle, quien se puso al frente del comité de crisis del centro. Según datos provisionales del departamento de Salut, en todo el sistema público se han aplazado al menos 2.490 pruebas de radiología, 355 endoscopias y 1.983 pruebas de otra tipología, además de 500 operaciones quirúrgicas no urgentes. Hasta que no se desactive la emergencia en Catalunya, se mantendrá la "máxima alerta" en todos los centros hospitalarios, que ya funcionan con el 100% de la energía.
Durante el apagón, los hospitales funcionaron con autonomía gracias a sus grupos electrógenos. En concreto, Trueta, Puigverd, Taulí y Clínic tenían autonomía por 24 horas, el Hospital Vall d'Hebron por 40 horas y el Hospital Germans Trias i Pujol por 50 horas. Esto permitió que hubiera "poca afectación asistencial", ya que realizaron todas las intervenciones quirúrgicas urgentes que no se podían reprogramar, explica Sánchez-Valle. En el Clínic, por ejemplo, reprogramaron pruebas diagnósticas, endoscopias y suspendieron toda la actividad del Centro de Hemodiálisis de la calle Manso.
70.000 citas en los CAP
En este hospital el olor a gasóleo llegó a ser intenso y el ruido de los generadores, que hacía mucho que no se ponían en marcha, se oía en todas partes, pero se logró atender a todas las personas que no se podían esperar. Pese a la rápida reacción de los centros hospitalarios, la directora asistencial del Clínic reconoce que existen aspectos a mejorar, como la comunicación con otros hospitales y con los CAP. "La parte eléctrica la tenemos bien cubierta, pero deberemos hacer algo para que la próxima vez no haya problemas para comunicarnos entre nosotros", concluye. Como el apagón afectó también a la red de telefonía móvil, los centros tenían dificultades para intercambiar información y actualizar su situación en el conjunto del sistema.
Según la directora de Atención Primaria y en la Comunidad del Instituto Catalán de la Salud (ICS), Elisabet Descals, la gran mayoría de CAPs continuaron prestando atención pese al apagón masivo. Los centros que tienen servicio de urgencias disponen de un generador, por lo que funcionaron con relativa normalidad, y los medicamentos que guardan en las neveras no se estropearon porque no se cortó la cadena del frío. En cambio, otros centros como el CAP de Sort no disponían de generador y tuvieron que pensar soluciones imaginativas: trajeron algunos fármacos que deben guardarse en frío en la comisaría de los Mossos d'Esquadra, que sí dispone de un sistema alternativo en caso de fallo eléctrico.
Mediante un SMS, los CAP avisaron a los usuarios de que se desprogramaban sus visitas de la tarde. Casi 70.000 citas tendrán que reprogramarse por culpa del apagón. Aún así, Descals reivindicó que los planes de contingencia funcionaron, que había luz en la gran mayoría de centros y que los CAP trabajaron estrechamente con hospitales y el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) para prestar la atención no aplazable.
En cuanto a la afectación en salud pública, Salut asegura que un 80% de las vacunas almacenadas son aptas y que el 20% restante están pendientes de valoración, pero confía en que la gran mayoría también lo serán. En las neveras de los laboratorios catalanes donde hay cultivos, cepas y muestras la afectación "será limitada" y en los mataderos "prácticamente no ha habido incidencias".
Teleasistencia e intoxicados
El SEM atendió a más de 340 casos relacionados con la administración de oxígeno en el domicilio y en las residencias, y el centro de atención de teleasistencia domiciliaria de Barcelona atendió 1.566 llamadas durante el apagón masivo, pero se activaron 975 alarmas que no lograron conexión. Según el Ayuntamiento, estas peticiones se están atendiendo desde el restablecimiento de la red eléctrica, reforzándose el servicio en los próximos días con una campaña masiva de seguimiento de los más de 100.000 usuarios, empezando por los de mayor dependencia.
Además, al menos 21 personas han tenido que ser atendidas por inhalación de monóxido de carbono. Los vecinos atendidos son de Barcelona, Terrassa, Vinyols y Els Arcs, San Juan de Vilatorrada, Constantí, Calaf, Amposta y Sant Pere de Riudebitlles. Todos fueron trasladados a distintos hospitales con diversas gravedades. Además, en el municipio gallego de Taboadela, tres personas murieron por inhalación de monóxido de carbono. Se trata de un matrimonio de 81 y 77 años y su hijo, de 56. Los equipos de emergencias recibieron el aviso de que una cuarta persona había encontrado los cuerpos a las 12.55 horas.