Grupos neonazis y simbología franquista: la creciente fascinación de los jóvenes por el neofascismo

MadridUna camiseta con el lema fascista "Dios, patria y familia" y las piernas envueltas con una bandera española con el aguilucho preconstitucional. Es la indumentaria de uno de los manifestantes de este viernes en la calle Ferraz de Madrid, donde tiene su sede el PSOE, en la protesta contra Pedro Sánchez. No parecía tener más de veinte años. Decenas de grupitos de jóvenes, algunos claramente menores de edad, respondieron a la llamada de la extrema derecha hecha a través de las redes sociales para exigir la dimisión del presidente del gobierno español. Son estos jóvenes los que entonaron cánticos franquistas con mayor fervor y los que levantaban reiteradamente el brazo para hacer el saludo fascista. No es un fenómeno exclusivo de las protestas de Ferraz, que se han reactivado por el caso Santos Cerdán. Se han producido escenas similares en los últimos meses por las calles de la capital española en convocatorias del grupo neonazi Núcleo Nacional y de la Falange Española y de las JONS.

¿Cómo se explica esta creciente fascinación de algunos jóvenes por el neofascismo? "Si en los años 70 lo que era transgresor para la juventud era ser antifranquista, ahora lo es ir contra la democracia y el sistema de partidos", reflexiona Carles Viñas, doctor en historia contemporánea en la Universidad de Barcelona (UB), en una conversación con el ARA. Aparte de esta voluntad de ir a la contra característica de la adolescencia, Viñas añade entre los factores de este fenómeno el impacto de las redes sociales, en las que ganan la partida influencers de extrema derecha, así como "la falta de formación que han recibido" sobre determinados temas de la historia de España. Todo ello les convierte en un blanco de la apología franquista y de ideas totalitarias. Esa misma noche en Ferraz, un joven se paseaba entre los manifestantes intentando vender ejemplares de un libro de Fernando Paz, un historiador afín a Vox que, entre otros, reivindica el régimen de Franco como una "etapa de prosperidad".

Los encapuchados de Núcleo Nacional

En las protestas, tanto las de la sede del PSOE como en la que hizo la Falange hace tres semanas por el centro de Madrid bajo el lema "Remigración" –que reclama hacer una limpieza étnica en España–, llaman la atención chicos con estética neonazi. Van en grupo, llevan camisetas negras –alguna con la insignia de Núcleo Nacional– y pasamontañas. Se trata de un colectivo que nació durante las protestas contra la amnistía de hace un año y medio en Ferraz y que está haciendo un trabajo "serio" de captación y "radicalización" de adolescentes, según explica a este diario Joan Caballero, criminólogo experto en grupos urbanos violentos y delitos de odio. Núcleo Nacional participa y rejuvenece las escenografías de grupos con más historia, como es la Falange, que hace un par de años no tenía esa capacidad de movilizar a jóvenes, pero se identifica con el "nacionalsocialismo" y tiene vínculos transnacionales con otros grupos neonazis, subraya Caballero, que cuenta que es en Madrid, Valladolid o Valencia.

¿Cómo les atraen hacia ellos? De nuevo, una de las respuestas es la de las redes sociales, que es una de las principales vías de contacto. Caballero cita el caso del cantante Alberto Pugilato, vinculado a Núcleo Nacional y con más de 65.000 seguidores en X, al que identifica como uno de los "agentes de radicalización más potentes en España" con la difusión de un mensaje "politizado violento". "No hay solución democrática", escribió Pugilato en su cuenta después de que se conociera el informe de la UCO que señala el ex número 3 del PSOE, y compartió también una fotografía del ex teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero, durante el intento de golpe de estado del 23-F.

"Vas escuchando la música, vas a una concentración, después vas al estadio de fútbol y te vas encontrando más o menos a la misma gente [...] Hasta que llega un punto que en estos escenarios de radicalización vas adquiriendo un discurso que ya está hecho. Ellos te dan un superpack que cubre todos los espacios de tu vida con un ideario extremista", relata Caballero. Algunas de las convocatorias en la calle de Núcleo Nacional han sido espontáneas o han tenido que reformularse a última hora por la falta de autorización de la delegación del gobierno español en Madrid. Hace dos fines de semana querían hacer una protesta ante un centro de menores. barrio. "Estás como en una especie de comunidad gigante y clandestina y eso engancha mucho a un chico joven", constata el criminólogo.

Múltiples frentes

En la camiseta de otro manifestante de un grupo con estética neonazi de hace un par de noches en Ferraz se podía leer "Madrid fascista y madridista". Un lema de los hooligans del Real Madrid Ultras Sur. Éste es uno de los espacios, ligados a la violencia, donde busca adhesiones Núcleo Nacional. También crean grupos de entrenamiento de deportes de contacto, como la lucha. Una práctica que también utiliza la Falange.

"Buscan bases de gente con tendencia a la agresividad", apunta el criminólogo, que añade que es habitual que sean "multimilitantes". Organizaciones diversas se agrupan en manifestaciones bajo un mismo objetivo, derribar al gobierno español o echar de España a los inmigrantes, pero históricamente este espacio ideológico también se ha caracterizado por las rivalidades y los enfrentamientos. "Estos me dan miedo incluso a mí", comentaba otro manifestante joven, de estética más bien cayetana, cuando vio llegar a un grupo de neonazis a la sede del PSOE. Otra vía menos masculinizada para llegar a jóvenes con un estilo distinto al de Núcleo Nacional son las universidades con organizaciones juveniles como Revuelta, cercana a Vox, que también nació ligada a las protestas en Ferraz en contra de la amnistía y del gobierno español.

El historiador Carles Viñas puntualiza que estos grupos "siempre han existido", pero que "el gran cambio" es que ahora tienen unos "altavoces" de los que antes no disponían. es que hay partidos políticos con presencia institucional, como Vox, que les "hacen la garra-gara" y promueven la "normalización de estos discursos" porque "ya les va bien" para conseguir sus objetivos políticos.