El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, durante la comparecencia en el Congreso
14/05/2025
Periodista
2 min

Feijóo ha rematado el anuncio del adelanto a julio del congreso del partido que preside con un chiste: "Ahora pasaremos del cónclave del papa al cónclave del PP". Es una anécdota, pero como debe de haber gente que cobra por escribirlo, y gente que lo mira dos veces antes de hacérselo decir, es indicativa de hasta qué punto pensarán que en una sociedad con el cerebro reblandecido a causa de la tele y las pantallas solo conseguirás que te escuchen si hablas con chistes malos. O quizá piensen que así saldrán en los programas de humor y en los artículos de columnistas que hilan demasiado fino, pero me parece sorprendente exponer a un aspirante a presidente que ya no tiene fama de ser el más divertido de la fiesta (muy por debajo de Rajoy) a hacer un juego de palabras que no habría sugerido ni el robot del ChatGPT.

Mientras, en el gobierno socialista español el problema son otras frases, las de los whatsapps entre Sánchez y Ábalos, que llegan a los titulares periodísticos por gentileza de una filtración que en la derecha sugieren que es cosa del despistado Ábalos y que en el gobierno piensan que debe de ser cosa de la policía encargada de guardar los contenidos de las conversaciones. Total, que Sánchez hablaba con Ábalos en confianza y decía que la ministra Robles era una "pájara" que debía de dormir con el uniforme puesto.

Ahora, por supuesto, el gobierno español anuncia que irá a la justicia si no se investiga la filtración de los mensajes. Que se ponga en la cola y que espere sentado a que le hagan algún tipo de caso. En materia de espionaje, filtraciones de conversaciones privadas y dejadez en la cadena de custodia, España es un colador interesado.

stats
OSZAR »