La Ciudad de la Justicia, en una imagen de archivo.
2 min

No es fácil hablar de eutanasia sin que la discusión se convierta en un campo de batalla ideológico. Por primera vez desde la aprobación de la ley de eutanasia en España, se ha abierto un frente en los juzgados y se ha convertido la justicia en la última trinchera donde se disputa la voluntad de una chica de 24 años que lleva meses reclamando la eutanasia. Una decisión validada por la Comisión de Garantía y Evaluación de Catalunya, que ha confirmado que cumple con todos los requisitos legales.

La petición de Noelia, que sufre una paraplejía irreversible tras un intento de suicidio, sigue atascada. En agosto, a falta de solo tres días para que se le practicara la eutanasia, su padre, asesorado por el colectivo ultracatólico Abogados Cristianos, llevó el caso a los tribunales y logró paralizar el proceso. La cuestión fundamental del debate es si unos padres pueden recurrir a los tribunales para impedir que se aplique la eutanasia a su hija mayor de edad, cuando ya le ha sido concedida por los expertos a los que la propia ley otorga la competencia para autorizarla y garantizar su legalidad.

En la vista oral, donde la juez pudo escuchar a los testigos antes de decidir si admite el recurso a trámite, el letrado que representa a los padres argumentó, sin aportar informe pericial alguno, que hay que revocar el proceso porque la chica sufre un trastorno mental con ideas suicidas y paranoides que le impiden decidir sobre su vida. En cambio, la Generalitat, en representación de la Comisión de Garantías, y todos los profesionales que han intervenido en el proceso, defendieron que la chica cumple con las exigencias legales, y que no sufre ninguna alteración cognitiva que la invalide para tomar decisiones de forma libre, consciente e informada.

La aplicación de la eutanasia en personas con trastornos de salud mental es, y no puede negarse, un tema médicamente complejo. Por eso, es una puerta de entrada fácil para la cruzada ideológica. Detrás de este caso concreto, Abogados Cristianos, una asociación alimentada por un catolicismo ultraprocesado que combina ingredientes como la defensa del franquismo, las ideas provida y la ofensiva contra los nuevos modelos de familia, no protege a Noelia, protege su ideología. Esta batalla no es jurídica, es moral, de imposición de su verdad a toda la sociedad. El sentido originario de los valores cristianos que quiere promoverse es tan adulterado que se diluye al servicio de una agenda política.

Esta asociación tan beligerante contra la ayuda a morir cuestiona la capacidad de la chica para tomar decisiones libres, olvidando que la rigidez de las ideas y la sumisión ciega a unas creencias que no pasan por la criba del pensamiento crítico también limitan la libertad. Se puede estar de acuerdo o no con la despenalización de la eutanasia, todo el mundo puede posicionarse hacia uno u otro lado, pero nadie está legitimado a imponer a los demás las propias creencias. Noelia pide morir porque sufre, hace mucho tiempo que sufre, y confía en que será la ley quien la salvará de su cruz.

stats
OSZAR »