Y los 'whatsapps' de Von der Leyen, ¿cuándo?

El New York Times ha logrado convertirse en un cocido interesante para la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El diario hizo una petición, a través del portal de transparencia, para ver los mensajes cruzados de WhatsApp entre la mandataria y responsables de la farmacéutica Pfeizer en tiempos de pandemia y desarrollo de vacunas. Sostiene el rotativo que aquellos mensajes son comunicaciones oficiales y, por tanto, deberían estar sometidos al escrutinio público. La Comisión argumenta que su naturaleza es efímera y, por tanto, rechaza hacerlos públicos. Pero el tribunal de Luxemburgo ha estirado las orejas a Von der Leyen por no haber proporcionado explicaciones verosímiles sobre por qué estos documentos no pueden ser recuperados. Y le pide más información y una justificación muy detallada. Es una pequeña victoria, pero que abre interesantes derivadas.
Ahora que les whatsapps de Pedro Sánchez han estado animando a los cenáculos políticos y mediáticos de toda la semana, lo que plantea la corte europea es interesante. Si realmente se hizo política a través de esta forma de comunicación, y se acordó el suministro de las dosis necesarias de la vacuna a golpe a mensajero de móvil, es justo reclamar su escrutinio. Que no es lo que ocurre con el presidente español, ya que sus mensajes se han divulgado a partir de una filtración interesada y orientada a dañar políticamente y que, además, sólo tienen el valor del lavadero. Son temas miserables de la política pequeña, del "mira, mira lo que dice de ésta". Veo difícil que el Times salga adelante, pero lo que proponen tiene mucho sentido: el móvil de un presidente debería tener consideración de comunicación institucional, con todas las protecciones necesarias, pero sin que puedan ser refugio de maniobras opacas y discrecionales.