Los soportes mediáticos de Sánchez: pocos y en retirada
Los casos de corrupción han hecho evidente la debilidad del presidente español, con pocas afinidades más allá de la televisión pública española


BarcelonaLos audios de la UCO no sólo han puesto a prueba la capacidad de resistencia a la incomodidad de sus socios políticos. También entre los soportes mediáticos se detectan vacilaciones y algunos de los tradicionales aliados en los medios han marcado distancias con Pedro Sánchez en las últimas semanas.
El caso más paradigmático es el del diario El País y la Cadena SER, ambos parte del grupo Prisa. El diario tradicionalmente más afín al socialismo español ha dedicado duros editoriales al líder del PSOE, al que ha retado a someterse a una cuestión de confianza. Sin embargo, este posicionamiento editorial debe contextualizarse en las tensiones que hay entre el presidente del grupo, Joseph Oughourlian, y la Moncloa.
La negativa del máximo directivo de Prisa a sacar adelante el proyecto de un canal de televisión en abierto –pensado precisamente para mitigar el gran desequilibrio que existe en el panorama de la TDT– ha iniciado una guerra abierta que se ha saldado con la salida de los ejecutivos más cercanos al partido. En respuesta a esto, desde el ejecutivo de Sánchez se han realizado gestiones –de momento infructuosas– para favorecer una mayoría accionarial alternativa al grupo mediático con el ánimo de relevar a Oughourlian.
Las tensiones con el grupo Prisa hacen que sólo Televisión Española se mantenga como bastión mediático favorable a Sánchez. Al menos, así lo consideran sus adversarios políticos. El Partido Popular, por ejemplo, critica con regularidad a la periodista Silvia Intxaurrondo, a quien acusa de falta de neutralidad. El año pasado, en un período de seis meses, llegó a entrar hasta 23 preguntas en la comisión de control parlamentario de RTVE por contenidos relacionados con la presentadora, célebre por haber confrontado en una entrevista a Alberto Núñez Feijóo.
Xabier Fortes es otro de los periodistas considerados hostiles por el PP, hasta el punto de que pidió la cabeza, durante las negociaciones con el PSOE para la última renovación del consejo de administración del ente estatal. Asimismo, exigió la destitución de David Broncano, al considerarle también escorado hacia la izquierda. El rodamiento de cabezas no solo no se produjo sino que el presidente de la corporación, José Pablo López, incorporó a Jesús Cintora a la parrilla, considerado también cercano a las izquierdas. La cantera de periodistas criticados por la derecha incluye también a Javier Ruiz, responsable del espacio Mañaneros, con una larga carrera dentro de Prisa y ocasional sustituto de Cintora. Santiago Abascal le acusó de "señalar y demonizar a los votantes de Vox para poder justificar y blanquear la violencia que sufren en la calle". Días después, Ruiz mostró las amenazas que había recibido a raíz del tuit.
Soledad en las privadas
En todo caso, más allá de la pública, a las privadas Sánchez tiene pocos aliados. Y los pocos que no le eran abiertamente hostiles le han dado la espalda. Todo se mentira ha tenido trifulcas tanto con los socialistas como con los populares, en un panorama televisivo donde Pablo Motos, Ana Rosa Quintana o Susanna Griso critican a Sánchez día sí día también, los equilibrios del publicista barcelonés tendían a ser considerados más pro PSOE que pro PP. Al fin y al cabo, su empresa ha tenido al PSC como cliente y el show que presenta en Cuatro ha contado entre sus colaboradores precisamente a José Luis Ábalos, incorporado a la tertulia tan sólo dos meses después de ser destituido.
Sea como fuere, las tensiones de Mejide con Sánchez hace tiempo que duran. En febrero del año pasado el director de comunicación del partido, Ion Antolín, envió un mensaje de WhatsApp al programa en el que le regañaba por revelar su dirección de correo electrónico. "No va a tener a nadie del PSOE mientras dependa de mí", le escribió, y Mejide mostró la amenaza de veto en pantalla.
Si quedaba rastro de sintonía con el PSOE, esta semana acabó saltando por los aires. En un mensaje en la red social X, Mejide escribía: "No te envuelvas, Pedro. Si no dimites, no estás asumiendo nada. Tenías que escoger buenos secretarios de organización. Y no lo hiciste. Y tenías que supervisar que se comportaran decentemente. Y tampoco lo supiste y estás incometido y asume ciudadanos. El resto, postureo insultante". El mensaje provocó la reacción airada de Javier Cárdenas, su archienemigo con quien ha tenido varios encontronazos, que le acusó de ser una "rata" que abandonaba el barco, reprochándole los socialistas caídos en desgracia que acogió en su show.
Por tanto, a Sánchez solo le queda La Sexta, donde nombres como Antonio García Ferreras, Jordi Évole, Ana Pastor o el Gran Wyoming suelen estar en el punto de mira de la derecha. Y también aquí empiezan a observarse algunas disensiones. Ferreras, por ejemplo, no estuvo de calificar la reacción del líder del PSOE a la aparición de los audios de "raquítica, pobre, insuficiente y muy deficiente en un tsunami". Wyoming también expresaba decepción ante las cámaras deEl intermedio. "¿Cómo es posible que un partido que presume de moderno, progresista, generador, feminista... depositara esa cantidad de poder en personajes así? ¿Qué vieron? ¿Qué aportaban, aparte de toneladas de caspa?"
El desierto digital
El panorama digital tampoco es demasiado halagüeño para los intereses de Pedro Sánchez. No sólo hay mayoría de periódicos de derechas o de extrema derecha, sino que los que son de carácter progresista tienden a bascular más hacia posiciones cercanas a Podemos o Sumar, como por ejemplo Eldiario.es, Marea, Ctxt.es o Público.Lo único que mantiene una línea editorial afín específicamente con el PSOE es El Plural, fundado por Enric Sopena y actualmente dirigido por Angélica Rubio, que formó parte del equipo de comunicación del partido socialista en 2000 y, cuatro años más tarde, pasó a ser asistente personal del presidente José Luis Rodríguez Zapatero y directora general de Coordinación Informativa de la secretaría de estado de Comunicación. Más allá de eso, el resto del panorama online es abiertamente contrario a Sánchez.