Y si no tiene dos años de margen, ¿el nuevo canal en catalán de TVE?

31/05/2025
2 min

Que Televisión Española esté preparando un canal en su totalidad en catalán es una buena noticia para la lengua, que sumará algún punto de cuota en un panorama televisivo lamentablemente minorizado. Ahora bien, me genera inquietud el anuncio de que su implementación será progresiva y que, al final del primer año, sólo se exige que tenga un 60% de catalán en su programación. Se dan tiempo hasta finales del segundo año para llegar al 100%. Contando que empiecen por la Diada, como aseguran, esto quiere decir que estos dos años vencen en septiembre de 2027. Y la legislatura termina un mes antes, en agosto. En otras palabras, si existe un relevo de gobierno en el Estado —como pronostican todas las encuestas— el cambio de guardia llegará antes del plazo máximo, incluso si no existe un adelanto electoral como intenta forzar a pleno gas toda la maquinaria mediática de la derecha.

Las instalaciones de TVE en Sant Cugat.

Entre las múltiples preguntas que ha generado el canal (¿Cómo se llamará finalmente? ¿A qué audiencia aspira? ¿Bebrá de contenidos de La2?) hay una primordial que nadie se atreve a plantear: ¿Qué garantía tiene de subsistir con un gobierno hostil con el catalán? Esta nueva oferta sale con un presupuesto muy modesto y fruto de una coyuntura favorable en la que coinciden las ganas de los socialistas de escenificar su modelo de convivencia lingüística (con la esperanza de amarrar de paso un poco de audiencia para su relato y ecosistema mediático en uno de sus feudos electorales) con las de los junteros para mostrar influencia positiva. Pero temo que el canal se está montando con unos cimientos débiles que cualquier lobo podrá derrumbar en el primer soplido. Si de verdad sus impulsores creen a largo plazo, aparte de demostrarlo con inversión, deben hacerlo también blindando su continuidad. Si no, se corre el peligro de que hayamos hablado más tiempo del canal del que habrá aguantado en antena.

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