Huawei declara la independencia

BarcelonaLa firma china Huawei, líder mundial en equipamientos de telecomunicaciones 5G, pondrá a la venta la próxima semana los primeros ordenadores portátiles con su sistema operativo propio, HarmonyOS 5, que no incorporan ningún tipo de tecnología procedente de EEUU, ni software ni hardware. La medida de autosuficiencia de Huawei en ordenadores se añade a las que ya mantiene en chips de smartphone, coches conectados, dispositivos inteligentes y servidores de IA.

A finales del año pasado Huawei ya lanzó un smartphone plegable, el Mate X6, con tecnología completamente propia, y el pasado abril presentó un modelo 5G, el Pura 70, que nada tiene que envidiar a los de la competencia con software de EEUU y chips avanzados fabricados principalmente en Taiwán. Ahora se dispone a abordar el mercado de los ordenadores, donde ya estaba presente, pero ahora exclusivamente con componentes de cosecha propia.

La primera administración de Donald Trump prohibió en 2019 que las empresas de EE.UU. suministraran a Huawei hardware y software para sus smartphones, como las aplicaciones de Google, y prohibió a empresas como la taiwanesa TSMC fabricarle procesadores Kirin para sus teléfonos, a pesar de estar diseñados por la división Silicon de la misma Huawei. Las autoridades estadounidenses alegaban que estos componentes podían utilizarse para el espionaje, un extremo que la compañía china siempre ha negado y nunca se ha podido demostrar.

Huawei, que ya preveía la hostilidad de EEUU, empezó en el 2015 a desarrollar el sistema operativo propio Harmony OS. Con los años le ha ido mejorando hasta que en el 2020 presentó los primeros smartphones de la serie Mate con este sistema operativo, y un año después los primeros prototipos de portátiles. Actualmente, según Huawei, hay unos 300 desarrolladores externos para aplicaciones Harmony y otros 2.000 quieren serlo. La versión actual del sistema operativo para smartphones es HarmonyOS Next, con más de 15.000 aplicaciones. Es una cantidad mínima si se compara con las disponibles para android, pero va aumentando continuamente.

Prescindir de Windows

El presidente de China, Xi Jinping, alentó en 2010 a las empresas del país a desarrollar tecnología propia en la fabricación de semiconductores y alternativas al uso de Windows en los ordenadores. SMIC, el fabricante chino de memorias y chips muy avanzados

De hecho, se da por supuesto que los chips Ascend para IA, que rivalizan con los de Nvidia y que han alarmado al gobierno de EEUU, han sido diseñados y fabricados conjuntamente entre SMIC y Huawei en uno de los complejos integra todas las etapas de producción de los semiconductores.

Coincidiendo con el Computex de Taipei, la principal feria mundial de informática, Huawei presentó hace pocos días dos portátiles: el MateBook Fold Ultimate y otro MateBook Pro con la tecla 8 convencional. Funcionan con HarmonyOS 5 e incluyen un emulador de Office de Kingsoft y un software de edición de fotos, entre otras aplicaciones.

Estos portátiles se venden sólo en China continental y su diseño es espectacular, al igual que su precio, que es proporcional. El procesador es el Kirin X90 PC, diseñado por HiSilicon y fabricado por SMIC. La tecnología es de siete nanómetros, aunque la televisión estatal china aseguró inicialmente que era de cinco nanómetros. Aunque también cara de fabricar, no es la más avanzada, pero es made in China. Cabe decir que estos portátiles también se venderán en el mercado europeo, pero con sistema Windows o Google y con procesadores de Intel o de AMD.

Actualmente, según la consultora Canalys, Huawei tiene una cuota del 11% en el mercado chino de ordenadores, la segunda después de Lenovo (35%). El gobierno del país tiene la consigna de que todas las empresas, al menos las públicas, dejen de utilizar ordenadores con Windows. Si Huawei logra que Harmony OS sea tan competitivo ante las alternativas como ha demostrado en otros campos, su adopción por parte de otros fabricantes chinos de ordenadores y smartphones podría ser más rápida de lo que se piensa.

Los avances de Huawei en equipamientos de telecomunicaciones, smartphones, coches conectados, dispositivos inteligentes, servidores de IA y ahora portátiles, entre otros, a pesar de los obstáculos que le han puesto EEUU, han sorprendido a todo el mundo, empezando por la administración Trump, que ya no sabe cómo detenerla. Hay que tener en cuenta que el mercado informático chino representa al menos un tercio del mundial, sin contar sus países de influencia, y que en China se fabrican y ensamblan más de la mitad de todos los ordenadores que se venden en el mundo.

Los PC evolucionan

Aparte del mercado chino de informática, también están cambiando los ordenadores destinados al resto del mundo. Algunos de ellos se vieron en el Computex, aunque sin la fuerza esperada. El "superordenador" de Nvidia, que se anunció en enero en el CES, no verá la luz antes de fin de año por problemas de diseño. Y los AIPC de Microsoft con nuevos procesadores X Elite de Qualcomm, que debían mejorar las prestaciones de los modelos actuales, no se darán a conocer hasta finales de septiembre. Sin embargo, Microsoft, para intentar dinamizar la atonía del mercado, anunció una rebaja del precio de sus portátiles Surface.

En el caso de Intel habrá que esperar prácticamente hasta el próximo año para ver comercialmente los nuevos servidores con la nueva tecnología avanzada de procesadores que hace tiempo que se anuncia. Lo más destacado que se vio en el Computex fueron los nuevos procesadores para servidores de IA que AMD pondrá a la venta en las próximas semanas. También MediaTek, la marca taiwanesa que compite con Qualcomm, ha decidido ampliar las aplicaciones de sus chips avanzados, mientras que Xiaomi ha confirmado que hará su propio procesador para smartphones y dispositivos conectados.

Todo ello hace prever que el próximo año habrá cambios sustanciales en el mercado de ordenadores, tanto portátiles como de sobremesa y servidores. Cambios ligados, claro, a la IA, un tema del que se habla continuamente pero que no ha hecho más que empezar. Todo dependerá de los vientos que soplan de Washington y especialmente del Despacho Oval, porque la tregua de 90 días decretada por Donald Trump, de la que ya ha pasado casi un tercio, es eso: sólo una tregua que, encima, cambia de planteamiento día a día.