Tecnología

De los viejos 'tinglados' a la innovación: el Puerto de Barcelona abarca la economía azul

Los almacenes de Sant Bertran se convertirán en 25.000 metros cuadrados para soluciones tecnológicas con una inversión de 50 M€

Render del futuro Blue Tech Port

BarcelonaA la hora del almuerzo, se sientan todos en la misma mesa. Alguien comenta que pronto llegará un cliente que interesa a más de uno de los comensales y que cuando acabe el día habrá tenido tres reuniones cuando sólo venía por una. Aunque lo parezca, sin embargo, las personas que comparten esta conversación cada mediodía no trabajan para la misma empresa. Son los empleados de los más de diez proyectos que ya se han instalado en el Blue Tech Port, el hub de economía azul del Puerto de Barcelona. Así lo explica la directora del BCN Clúster Náutico, Clàudia Parera. Fueron de los primeros en llegar al centro de innovación que ha puesto en marcha la infraestructura a los antiguos tinglados –almacenes portuarios– del muelle de Sant Bertran, junto a la ronda Litoral y algo más allá de la terminal de embarque de Trasmed. Un nuevo capítulo para un complejo construido en la década de los 60, que había quedado en el olvido.

La economía azul es una de las grandes apuestas del Puerto de Barcelona, ​​que en su plan estratégico hasta el 2030 tiene como principales objetivos la descarbonización, la digitalización y la sostenibilidad, explica la directora de Innovación y Estrategia de la instalación, Emma Cobos. Dentro de estas líneas es donde se incluye la economía azul: resumiendo, podría decirse que son las empresas con un enfoque sostenible que buscan maximizar los beneficios económicos de los recursos marinos y costeros, al tiempo que se preserva la salud de los ecosistemas marinos. Implica un uso responsable de los océanos, mares y costas para el desarrollo económico, bienestar social y protección del medio ambiente. "Decidimos entrar", explica la directiva del puerto, con un primer espacio en el Pier 01. Para potenciarlo, se ha optado por realizar una importante inversión en los antiguos tinglados de Sant Bertran. La ambición de la infraestructura es grande. "Queremos ser el referente en Europa" de la economía azul, indica Cobos. ¿Por qué hay que invertir en economía azul? añadido bruto de 171 millones.

Fachada lateral de los almacenes de Sant Bertran.

Para conseguir que Barcelona sea puntera en este sector, sin embargo, es necesario disponer de espacio suficiente dentro de las instalaciones portuarias. La operación ha consistido en adjudicar la concesión de la gestión de los tinglados de Sant Bertran en World Trade Center Barcelona (WTCB), la sociedad que explota este centro de negocios en el puerto, y que está participada en un 76% por la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) y el resto está en manos de la constructora FCC.

Obras de reforma

Hasta ahora, se había dispuesto de un espacio en el Pier 01 y una de las naves de Sant Bertran se había habilitado para acoger a empresas a finales del año pasado. La plantilla suma 60 trabajadores entre las distintas empresas inquilinas y ya se plantea realizar una gran reforma. Una inversión de unos 50 millones de euros para adecuar todas las naves, con la idea de acabar disponiendo a finales de 2027 de 25.000 metros cuadrados para el Blue Tech Port. Se espera que cuando esté en marcha este espacio acoja a más de 2.500 trabajadores de las empresas que formen parte del hub. Mientras, las compañías que hasta ahora se han instalado en la única nave habilitada, de 1.500 metros cuadrados, dispondrán de un espacio en el edificio del WTCB, explica Carles Anglada, director general del complejo de oficinas.

El proyecto es una reforma integral de las naves, elaborado por el estudio b720 Fermín Vázquez Arquitectos, el mismo despacho barcelonés que ha firmado el Mercado de los Encants y que también está trabajando en la futura estación de la Sagrera y el Hall Zero (el nuevo pabellón de la Feria del Hospital). La idea es adjudicar la reforma en septiembre para que las obras se inicien el próximo octubre. Se trata de una rehabilitación integral de las seis naves en forma de arco existentes, con todos los criterios máximos de sostenibilidad energética y de agua, y la creación de una rambla que servirá de nexo de unión entre las distintas naves. Este equipamiento, el Blue Tech Port, nace con la idea de acoger start-ups, scale-ups, aceleradoras, instituciones y universidades, vinculadas a la innovación y la economía azul, dice Anglada.

El responsable del WTCB destaca que el nuevo edificio nace con vocación no sólo de alojar empresas. También tendrá un auditorio y restaurantes; y quiere unirse con la ciudad, que no queda alejada. "Un edificio flexible, sostenible económicamente y también en el aspecto medioambiental; autosuficiente en agua, con placas solares, con climatización por hidrotermia, eficiente y de cero emisiones", indica Anglada.

Espacio de pruebas.

Uno de los objetivos del Blue Tech Port será la transferencia y la aceleración del conocimiento. Pero la economía azul también debe tener acceso al agua. Por eso, se han reservado 50 metros lineales de muelle para que las empresas del centro puedan testar sus productos. Este espacio lo gestionará WTCB. Ya hay tres empresas interesadas en realizar pruebas, por ejemplo, de drones submarinos o de cobertura 5G y 6G. Mientras que las obras no terminan, se ha habilitado un espacio para que las start-ups prueben sus soluciones en el lado izquierdo del muelle de Barcelona, ​​donde antes estaba la terminal de Baleària y ahora se ha abierto a la ciudadanía para que pueda pasear.

Atraer inversión

El BCN Clúster Náutico agrupa a unos setenta compañías y tenía claro que quería ubicarse en el Blue Tech Port para ayudar al sector que representan. "Somos creyentes del ecosistema. Necesitamos estar juntos y compartir, y aquí es muy fácil", defiende la directora, Clàudia Parera. Sobre todo las pymes, remarca, más aisladas y con menos oportunidades de encontrarse con otras empresas en su día a día, tal y como señala Ignacio Gómez de Blue Propulsion, otro de los inquilinos del Blue Tech Port que fabrica sistemas de propulsión eléctricos. "Puede ayudar no sólo al sector sino también a la ciudad. Ya nos conocen por ser un hub tecnológico y de salud, ahora podemos desarrollar el de economía azul y atraer inversión y generar puestos de trabajo de calidad", añade Parera.

Con el BCN Clúster Náutico, también se instaló la empresa emergente Ocean Ecostructures, dedicada a desarrollar soluciones tecnológicas para regenerar el medio marino en infraestructura petroleras. De momento, ha colocado casi 400 pequeños arrecifes en diferentes puertos del Mediterráneo, de los cuales 50 se encuentran en el puerto de Barcelona, ​​con el objetivo de mejorar la calidad del agua y captar CO, así como propiciar la aparición de peces y algas.

Ocean Ecostructuras primero tenía las oficinas en la incubadora que la fundación sueca Norrsken ha puesto en marcha en el edificio Ocean, junto al Hotel W. Entró hace dos años cuando sólo fueron seis trabajadores, pero han ido creciendo. 2023— y ahora, con más de 20 empleados, el espacio se les había quedado pequeño. start-ups; es el mejor sitio donde estar", sostiene el consejero delegado y cofundador de la compañía, Ignasi Ferrer.

Por este mismo motivo se ha querido instalar en el Blue Tech Port la firma de asesoramiento estadounidense Braid Theory. "Es un lugar donde reunir a la industria y centros de investigación, además de construir relaciones. Éste es el mejor ambiente para las start-ups", señala su fundadora y consejera delegada, Ann Carpenter. Especializada en ayudar a desarrollar empresas emergentes de economía azul, la compañía ha establecido su sede europea en la capital catalana.

Braid Theory nació en el puerto de Los Ángeles, de los más punteros en descarbonización de la actividad marítima. exportarán a Barcelona entre este año y el próximo. Mientras tanto, han empezado contactando empresas que ya conocían y que tienen interés en establecerse en Barcelona, ​​con la previsión de captar un par próximamente. También están echando mano a Ocean Ecostructures para hacer llegar sus soluciones a la de esta asociación pueden ayudar a start-ups que incubarán.

No son los únicos internacionales que se han ubicado en el Blue Tech Port. Dos emprendedores franceses afincados en Barcelona, ​​Thibaut De Buor y Adrien Bergerot, han creado Bloom Fish para hacer acuicultura en tierra firme y poder aislar los microplásticos y las bacterias. Les hablaron del espacio en la feria Smart City Expo y decidieron trasladarse para ultimar la puesta en marcha de un almacén de 2.000 metros cuadrados para hacer crecer círvias, un pez muy pedido en los restaurantes japoneses. Para captar agua del mar, estos tanques estarán ubicados en el puerto de la Ràpita porque en el de Barcelona ya no había espacio disponible.

La lista de inquilinos del Blue Tech Port la completan empresas emergentes como QStar, Navozyme y A Bordo PRO; y entidades como la BlueNetCat, la fundación i2Cat, Biodiversity Links, el Centro de Innovación del Transporte (CENIT), el Centro Tecnológico Naval y del Mar (CTNaval) o el diario El Canal Marítimo y Logístico.

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