Hablemos de dinero

Candela Figueras: "Tengo pánico en las hipotecas, te atan para siempre"

La periodista y comunicadora explica de qué ha trabajado y la relación con el dinero

Candela Figueras, PRESENTADORA DEL 'CITA BESTIAL': "Adoptar a un perro me cambió la vida"
Júlia Riera Rovira
14/06/2025
3 min

BarcelonaLa periodista y comunicadora Candela Figueras (Montblanc, 1984) ha crecido en el campo ayudando a su padre en la granja y detrás del mostrador de la carnicería de la madre. "Aprendí a contar y devolver el dinero con las señoras de la tienda. Cuando entró el euro yo aún pensaba en pesetas, porque era muy pequeña y calculaba con pesetas". Con el ejemplo de sus padres, entendió rápidamente que las cosas costaban ganar, que "el dinero no cae del cielo". "Quería la típica minicadena para los CD, los casetes y la radio. Y mis padres me dijeron: «Si quieres, ahorra». Fui recopilando dinero y me lo compré dos años y medio después, que recuerdo que valía 60.000 pesetas".

La periodista se trasladó a Barcelona para estudiar comunicación audiovisual. Y empezó trabajando en un Decathlon. "Atendí a la infanta Cristina, porque vino a comprar", recuerda. Durante la etapa universitaria realizó prácticas voluntarias en diferentes medios hasta que entró en Radio Flaixbac. "Salía corriente de la matinal, comía de camino y me iba directa a la universidad, que entraba a las tres y no salía hasta las nueve de la noche". Para hacer ocho horas, sin embargo, admite que ganaba poco. "Debía cobrar unos 800 euros. Pero era la chica más feliz del mundo. No tenía ni la carrera y ya trabajaba, para mí era un premio".

Desde entonces, Figueras ha tenido la suerte de ir encadenando diferentes proyectos en un sector que destaca por su incertidumbre. "Muy pronto vi que se podía acabar el trabajo de repente; el programa se acaba y tú te quedas allí", explica. Esto es lo que le ocurrió cuando estaba trabajando para un proyecto que llevaba seis meses haciendo: un mes antes le avisaron de que se acababa por causas externas. "Vivía sola en Gràcia, no había podido ahorrar mucho y pensé: «Y ahora, ¿qué?» Recuerdo llamar al propietario y explicarle", dice. Finalmente, acordaron que utilizaría la fianza del piso para pagar el alquiler mientras buscaba otro trabajo.

En cuanto a la remuneración, la presentadora de Batalla Monumental de TV3 afirma que no cobran sueldos "estratosféricos"; por tanto, la inestabilidad lleva a la precariedad. Sin embargo, con el tiempo ha aprendido a respetar ya dar valor al trabajo que hace. Así pues, ella se siente bien pagada. "En televisión se cobra más que en la radio, supongo porque son proyectos más cortos y son más inestables", destaca.

En los últimos meses, ha presentado Cita Bestial, un programa que ideó y codirigió ella misma. "Ha sido una de las mejores etapas profesionales. Creo mucho en el proyecto y creo que se puede hacer entretenimiento con valor social", reconoce. A raíz de realizar este programa, ha intentado ser más selectiva. "Centrarme en coger proyectos en los que crea, que me resuenen. Y por eso, ahora no tengo un proyecto fijo en el que dedique mis ocho horas al día. Estoy desarrollando proyectos personales, haciendo guiones y colaborando con medios. Nunca me imagino mi futuro a seis meses vista", dice.

Ahorrar por "una emergencia"

Además, el hecho de no tener un trabajo fijo le ha obligado a ser ahorrador. "No sé qué pasará con el proyecto, y por eso a veces no puedo permitirme vacaciones, porque si este proyecto se acabara, quizás necesitaría ese dinero. Y me da pánico deber dinero, no quiero estar en números rojos. He ahorrado algo por si tengo una emergencia". Siempre ha ido guardando dinero en un rinconcito. "Intentaba que fuera un mínimo, desde 50 euros al mes -algo simbólico-, hasta cifras más altas cuando tenía dos proyectos a la vez".

"Ahora, por primera vez, con cuarenta años he podido ahorrar porque en los últimos tres años han sido buenos laboralmente y vivo con una pareja que tiene el piso pagado y no pagamos ni hipoteca ni alquiler, y es un regalo", recalca Figueras. De hecho, ella siempre había vivido en alquiler en Barcelona. "Tengo pánico en las hipotecas, te atan para siempre y te piden mucha estabilidad económica", dice. Y por el momento, descarta comprarse una vivienda.

En cuanto a las finanzas personales, su afición más costosa es esquiar y cuidar a los perros. Y aunque también le gusta ir de restaurante, sólo lo hace cuando va bien de dinero. "No se puede estirar más el brazo que la manga", dice. Y la mejor compra que ha hecho nunca es su coche de segunda mano. "Me costó 3.000 euros hace casi quince años, y todavía me funciona, y espero que pueda seguir funcionando", explica.

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