Policía, miedo a ser deportado y marcadores extraños: el Mundial de Clubs se pone en marcha
La competición arranca marcada por el miedo de las autoridades a los incidentes y las protestas políticas en el torneo


BarcelonaLa primera edición del Mundial de Clubes de la FIFA empezó con un empate sin goles entre el Inter Miami y el Al-Ahly egipcio. El partido se jugaba en el estadio Hard Rock de la ciudad de Florida, donde normalmente se juega al fútbol americano. Unas 60.000 personas se reunieron sin acabar de llenar del todo el recinto, en parte por el miedo a algunos aficionados a ir al estadio, ya que para llegar había que pasar por diferentes controles de seguridad. Y muchos de los aficionados que querían ir son inmigrantes latinos, algunos sin papeles en regla.
El Mundial de Clubes ha empezado con la presencia de la policía de fronteras desplegada en las ciudades escenarios de los partidos y con unos primeros partidos extraños, ya que del empate sin goles se pasó a una goleada de 10 a 0 del Bayern ante el campeón de Nueva Zelanda, Auckland City, en un estadio que tampoco se llenó. PSG y Atlético protagonizaron el primer partido de alto nivel, con goleada francesa con goles de Fabián Ruiz, Vitinha, Senny Mayulu y Kang-in Lee de penalti (4-0).
La primera edición del Mundial de Clubes llega en un momento de tensión internacional y también local dentro de Estados Unidos, tras el asesinato de la congresista estatal demócrata Melissa Hortman y su marido, y de las protestas en varias ciudades por las acciones de los agentes de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos. "La Protección Fronteriza de Estados Unidos se compromete a trabajar para garantizar que la Copa Mundial de Clubs sea segura para todos los implicados, tal y como hacemos con todos los grandes eventos deportivos, incluida la Super Bowl. Nuestra misión no ha cambiado", explicaban las autoridades, sin informar si aprovecharían el torneo para intentar pillar a inmigrantes sin los papeles en regla. En la zona de Miami, un millón de personas de origen latino sufren por su futuro.
El Mundial de Clubes no acaba de conectar y una de las razones es el exceso de seguridad, ya que el gobierno de Donald Trump quiere evitar los incidentes de la última final de la Copa América de selecciones entre Argentina y Colombia del 2024, con peleas en la grada y aficionados que entraron sin aficiones. Entonces, los responsables policiales dijeron que la falta de recopilación de inteligencia y los perímetros de seguridad insuficientes provocaron el caos, que retrasó el partido 80 minutos y dejó a cientos de heridos. "Para la Copa Mundial de Clubes, los aficionados tendrán que pasar por múltiples puntos de control. La seguridad de los aficionados y de los participantes es primordial en todo lo que hacemos para garantizar una experiencia positiva y memorable para todos. Nuestro equipo de seguridad ha estado planificando y colaborando estrechamente con las autoridades", decía el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, antes del mismo. Tanto la FIFA como Trump quieren que el torneo sea un éxito un año antes del Mundial de selecciones del próximo 2026.
Por eso se han movilizado a miles de policías de varios cuerpos de seguridad, también con la tarea de evitar protestas de carácter político dentro de los estadios, ya que muchos de los aficionados que suelen ir a la Liga de Estados Unidos son de origen latino y en los partidos de la competición doméstico se han visto pancartas contra Trump. En ese Mundial de Clubs la consigna es no dejar entrar simbología política. Para evitar incidentes se ha negado la entrada a aficionados con antecedentes que siguen a clubes como el Boca Juniors argentino y el Palmeiras brasileño. Incluso no ha podido entrar un jugador del Boca con antecedentes penales por haber ayudado a un primo en un robo. La FIFA y Trump quieren triunfar como sea. O fingir que todo va bien, aunque algunos equipos han entrenado a pocos metros de manifestaciones que acabaron con heridos.