Eduardo Mendoza: "Lo único que quiero es que haya concordia, buena voluntad, corridas de toros, vino, jolgorio y fútbol"
El escritor barcelonés recibe el premio Princesa de Asturias de las letras como uno de los máximos exponentes de la narrativa culta y popular

BarcelonaLas sorpresas pueden llegar en los lugares más insólitos: Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943) ha recibido la noticia de que ha sido galardonado con el premio Princesa de Asturias de las letras 2025 a la consulta del médico, y pocas horas después ha recibido los medios en la Biblioteca Jaume Fuster afectado por una afonía que cueva. "Voy a contestar poco y con altibajos", advirtió Mendoza, aunque fue generoso con sus respuestas y puso pacientemente ante "la guerrilla de fusilamiento" de los fotógrafos. Entre las 24 candidaturas de 16 nacionalidades que optaban al premio, el jurado destaca la aportación literaria de Mendoza, con "un conjunto de novelas que combinan su voluntad de innovación con la capacidad de llegar a un público muy amplio, y que gozan de extenso reconocimiento internacional". "El premio tiene sobre todo un gran efecto de satisfacción, de pensar que justo cincuenta años después de publicar la primera novela [La verdad sobre el caso Savolta] aún no me han enviado a la habitación de los malos aseos, y eso es muy bonito", ha dicho Mendoza. "Me he dedicado toda la vida a hacer lo que más me gusta, que es escribir y hacer el vago, y al final me lo han premiado de esta manera", ha subrayado. es un "proveedor de felicidad". Sobre el papel del humor en su obra, explicó que tras publicar una primera novela seria, aunque con toques de humor, abrió "una sucursal exclusivamente al humor". Lo importante del humor es no bajar el listón. Hay que ser respetuoso con el lector", ha dicho.
Un autor elegante, sabio e irónico
El escritor, autor de títulos ya clásicos de la literatura española como El misterio de la cripta embrujada (1978), La ciudad de los prodigios (1986) y Sin noticias de Gurb (1991), a menudo ha convertido a Barcelona en protagonista de las novelas, no siempre desde la perspectiva de los humanos. "En ese momento se me ocurrió que una buena manera de contar la ciudad, y no sólo la ciudad, sino la vida en la ciudad, que es lo que me interesa, era hacerlo enviando a alguien de otra galaxia para que con ojos de inocencia reflejara un poco el día a día", ha explicado Mendoza sobre Sin noticias de Gurb, antes de justificar que no haya escrito una segunda parte diciendo que "no se puede abusar de los alienígenas".
Como ocurría en esta novela, ahora en las calles de Barcelona vuelve a haber muchas obras, ante las que ha espetado que "el Ayuntamiento es un desastre" y que ahora las ciudades "tienen la manía de hacerse la cirugía estética, quizás porque están en una etapa de la vida que uno empieza a verse con ganas de bueno".
"Elegancia, sabiduría e ironía"
Mendoza ha escrito relatos, teatro y ensayo, y ya había ganado el máximo galardón de las letras hispanas, el premio Cervantes, en 2016. El galardón recibido este miércoles ha suscitado una ola de reacciones institucionales, entre ellas la del presidente de la Generalitat, Salvador Illa. En un mensaje a X, Illa destacó de la obra de Mendoza "una mezcla única de elegancia, sabiduría e ironía para narrarnos y comprendernos". Precisamente, otra de las preguntas que ha recibido en la rueda de prensa es qué opinión tiene del Pacto Nacional por la Lengua firmado el martes y cómo ve ahora el polémico ensayo que escribió en pleno Proceso, Qué está pasando en Cataluña. Mendoza ha asegurado que estaba "doblemente afónico", y que el ensayo lo escribió, sobre todo, "para la gente de fuera". que haya concordia, buena voluntad, corridas de toros, vino, jolgorio y fútbol. El resto no me importa en absoluto", ha dicho.
Después de anunciar que dejaría de escribir novelas, Mendoza se desdijo el año pasado con la publicación de Tres enigmas para la Organización, y este miércoles ha revelado que actualmente no está escribiendo ninguna pero "que podría ocurrir en cualquier momento". "Cuando hace tantos años que escribes novelas, ya es una especie de obsesión diabólica, las novelas deciden por mí", ha dicho.
Un autor que llega a todos los públicos
A lo largo de los últimos cincuenta años, el escritor no sólo ha retratado a Barcelona desde la ficción, sino también las transformaciones sociales y políticas de España con una voz crítica y afilada, valiéndose del humor y el sarcasmo. "Su prosa clara engloba el lenguaje popular y los cultismos más inesperados –dice el jurado–. En sus libros sobresalen el sentido del humor y la visión desenfadada y humanista de la existencia", apuntan. Su literatura es intelectual y popular, y cautiva a miles de lectores en cada nueva entrega. El jurado, de hecho, destaca que es "un proveedor de felicidad para los lectores, cuya obra tiene el mérito de llegar a las generaciones más distintas, que hoy se reconocen en sus luminosas páginas". Su última obra, Tres enigmas para la Organización, mezcla el humor y la novela de detectives, y ha vuelto a ser un éxito de ventas, según su editorial, Seix Barral. Anteriormente había trazado la trilogía Las tres leyes del movimiento, en la que demostraba estar en plena forma con una historia de espías en la que Barcelona se convertía en ciudad olímpica y ponía la semilla del Proceso.
Mendoza trabajó como traductor en Nueva York y como profesor en la Universidad Pompeu Fabra. En los últimos años había vivido a caballo entre Barcelona y Londres, pero siempre ha vuelto a su ciudad, física y literariamente. Ha ganado el premio Planeta (por Riña de gatos. Madrid 1936, en 2010), Terenci Moix, Nacional de Cultura, Cruz de Sant Jordi y Premio Internacional de Novela Histórica Barcino.
El jurado del Premio Princesa de Asturias está integrado por Santiago Muñoz Machado, Fernando Rodríguez Lafuente, Juan Bello, María Sheila Cremaschi, María Dueñas, Jesús García Calero, Pablo Gil Cuevas, Francisco Goyanes, José María Arzuela Don, María Martín Rodrigo y Sergio Vila-Sanjuán.