Música

En el Sónar más polémico también hay ganas de bailar

El apoyo a Palestina aparece en algunas actuaciones de la primera jornada del festival

Un momento del concierto de Alizzz en el Sónar 2025.
13/06/2025
5 min

BarcelonaEspaña y Palestina han llevado este jueves al plenario de Naciones Unidas una resolución de condena a la invasión israelí de Gaza. El mismo día se inauguraba en la Feria de Montjuïc la 32a edición del Festival Sónar. Es una edición marcada por la retirada de una treintena de artistas, disconformes con KKR, el fondo proisraelí que en octubre de 2024 se convirtió en el principal inversor de Superstruct Entertainment, la empresa que compró el Sónar en 2018. Posteriormente, el festival sumó una veintena de artistas, con lo que el cartel presenta, numéricamente, un 87% del total previsto inicialmente. Entre las ultimísimas incorporaciones, una leyenda del house de la magnitud de Todd Terry.

Los festivales musicales suelen ser burbujas a menudo ajenas al contexto sociopolítico, pero también los hay como el Sónar, que han sido más permeables a la realidad y donde los artistas han encontrado siempre un espacio para expresarse críticamente. Esta vez, sin embargo, la realidad en Gaza ha tenido un efecto que era imprevisible antes de la entrada de KKR en Superstruct y, por tanto, en el Sónar y otros festivales como el Viña Rock y el Brunch Electronik.

Alizzz durante el concierto en el Sónar 2025.

Uno de los artistas que con más argumentos ha asumido la contradicción de condenar la violencia del estado de Israel y actuar en el Sónar ha sido Alizzz, que este jueves ha pasado por el escenario SonarPark. A medio concierto (un muy buen concierto), antes de interpretar Que pasa nen, recordó lo explicado en las redes sociales y añadió "Palestina libre" mientras ondeaba una bandera palestina entre el público. Detrás, la pantalla mostraba el mensaje "Libertad x Palestina. Borrar KKR. La cultura es nuestra". Alizzz ha gritado: "El Sónar también es nuestro". Antes, coincidiendo con la canción ¿Dónde estás?, había pedido al público que se implicara más en el show. No era necesario, porque la gente ya respondía bailando y cantando las canciones… mientras en algunos móviles saltaba la alarma: en Madrid el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, pedía perdón a la ciudadanía por el caso Santos Cerdán y decía que no debía haber confiado en quien hasta este jueves era su mano derecha en el PSOE. La realidad entrando en el festival de forma colateral.

Otros participantes en el Sónar también han mostrado su apoyo a Palestina, como la investigadora Margarita Mendes, que ha dedicado a Palestina, ya otros pueblos víctimas del "colonialismo" la conferencia que ha dado en el SonarComplex sobre la ecología geopolítica a propósito del bosque de Bialowieza, uno de los últimos bosques vírgenes de Europa pero atravesada por la frontera entre Polonia y Bielorrusia. Y la portuguesa Noia ha hecho la sesión en el SonarPark vestida con una camiseta palestina.

La DJ portuguesa Chica en el Sónar 2025.

Más allá de lo que pueda expresar cada artista en el escenario, y más allá del comunicado del festival condenando "el genocidio sobre el pueblo palestino", la vida seguía como cada año en el recinto ferial de Montjuïc: conciertos, sesiones de DJ, el hormigueo del Sónar+D, el bochorno barcelonés (especialmente sofocante cuando no soplaba el viento), espacios promocionales de hoteles (Melià), papel de fumar (OCB), ropa (Lacoste) y coches (Nissan), y cerveza Estrella Damm a 6 euros, 50 céntimos más que el año pasado (y un euro más que en el Primavera Sound).

De Taüll al house

Una de las novedades de este año es la instalación Lux mundi, un proyecto comisariado por Antònia Folguera (comisaria del Sónar+D) que se estrenó el año pasado en Taüll. Se trata de una reinterpretación audiovisual de los frescos de Sant Climent de Taüll hecha para conmemorar los 900 años de la consagración de la iglesia. Alba Corral, Masso, Desilence, Hammill Industries y la música en directo de Tarta Relena homenajean al románico con criterio y sensibilidad digital, con superposiciones abstractas y lumínicas muy bien solucionadas sobre la recreación del ábside. No se consigue la intimidad y la intensidad que se pudo experimentar en el Valle de Boí, porque en el Sónar se hace en una especie de caja sin techo y se cuelan los sonidos y el ruido de los otros escenarios, pero preserva su emoción trascendental.

Justo al lado, en el SonarHall, Chano Domínguez y Bronquio han estrenado Calle Barcelona, un homenaje a la calle de Algeciras donde vivió Paco de Lucía. Es una iniciativa del Taller de Músics con la colaboración del Sónar, la SGAE y la Fundación Paco de Lucía. El jazz progresivo flamenco de la formación comandada por el pianista gaditano confluye con las aportaciones electrónicas del productor de Jerez Santiago Gonzalo, alias Bronquio, el interesante colaborador de la cantaora Rocío Márquez. Siempre con Paco de Lucía como referente emocional, la propuesta recoge la herencia musical del guitarrista y combina diferentes colores, entre los que destaca el del trompetista Pol Garcia y el de la cantaora Irene Ribas. Sería bueno que tuviera más recorrido en directo. La agradable oscuridad del SonarHall también ha acogido la propuesta de la madrileña Nina Emocional, señalada como uno de los talentos emergentes a seguir. Sola, con una escalera y una plataforma como elementos escénicos, y unas bailarinas que aparecían poco a poco, despliega un notable melodrama austero, por minimalista, y misterioso.

Todd Terry en el Sónar 2025.

A la luz del día, bajo el inmenso toldo del SonarVillage, es donde la primera jornada del festival mostró que en la edición más polémica también hay ganas de bailar. Muchas, de hecho, como ha quedado patente en la sesión del estadounidense Todd Terry. Pionero del house de Nueva York, a veces al servicio de grandes divas de la música de baile como Jocelyn Brown y suministrador de remezclas extraordinarias para Everything But the Girl, Björk o Michael Jackson, ha atado reclamos melódicos familiares en una sesión impecable rítmicamente, más veraniega que de club nocturno latina. Y siempre dando material de primera calidad impasible detrás de las gafas de sol, con esa dignidad que muestran los que saben que tienen la sartén del house por el mango.

Público en el SonarVillage durante la sesión de Todd Terry en el Sónar 2025.
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