Hito histórico para el cine catalán: 'Sirat', Premio del Jurado en el Festival de Cannes
La Palma de Oro es para el iraní Jafar Panahi por el 'thriller' moral 'Un simple accidente'


Enviado especial al Festival de CannesLa producción catalana Sirat, dirigida por el gallego Oliver Laxe, ha hecho historia en el Festival de Cannes, donde se ha llevado uno de los premios más importantes del palmarés, el Premio del Jurado, ex aequo con Sound of falling, de la alemana Mascha Schilinski. Cannes es un talismán para Laxe, que ha presentado sus cuatro películas en el festival, siempre en secciones distintas y siempre premiado. La película de Laxe, una road movie a través del Sáhara en el que Sergi López es un padre que busca de rave en rave su hija desaparecida, es una obra que combina la capacidad del cine para sorprender y sacudir al espectador y una dimensión espiritual más profunda y reflexiva.
Sirat ha sido una de las películas que más reacciones extremas ha provocado en esta edición, desde el odio hasta el entusiasmo, aunque en general la prensa internacional la ha recibido con valoraciones muy positivas. En cambio, la Romería de Carla Simón no ha rascado ningún galardón del palmarés. Al recoger su premio, Laxe ha recordado una anécdota de hace años, cuando en el Festival de Jerusalén coincidió con un taxista palestino con el que discutió la posibilidad de que ambos tuvieran orígenes judíos. otros", ha dicho el director, que ha reivindicado con la función de los festivales internacionales de cine. "¡Viva la diferencia, viva las culturas y viva el Festival de Cannes!", ha exclamado.
La Palma de Oro se la ha llevado el director iraní Jafar Panahi por Un simple accidente, un magnífico thriller moral en la que un antiguo prisionero político del régimen islámico reconoce, un buen día, el interrogador especialmente cruel que le torturó en prisión. Como ha afirmado el propio Panahi, es una película marcada por el paso del director por prisión, donde estuvo siete meses en el 2023. Es una historia de venganza pero también de perdón y humanidad.
El premio a Panahi también debe leerse en clave de reivindicación de la lucha por expresarse como cineasta. El director iraní ha sido perseguido durante los últimos 15 años por el régimen islámico de su país: Panahi tiene prohibido escribir o dirigir películas, siendo encarcelado y torturado por su activismo en apoyo a otros cineastas represaliados. Un simple accidente es la primera película que presenta en persona en los últimos 15 años, en los que no ha dejado de hacer películas, como Taxi Teherán, que ganó el Oso de Oro en Berlín y que el director ya no pudo recoger. Panahi, por cierto, ha completado el triplete perfecto de los grandes festivales: tiene la Palma de Oro de Cannes, el Oso de Oro de Berlín y el León de Oro de Venecia (El círculo, del año 2000).
Uno de los filmes más premiados del palmarés ha sido la magnífica O agente secreto, filme brasileño que se ha llevado el premio a la mejor dirección para Kleber Mendonça Filho y el de mejor actor para su protagonista, Wagner Moura, que interpreta a un ingeniero a la fuga en Brasil de los años 70. El Gran premio del Jurado, el segundo en importancia del palmarés, es para la noruega Sentimental value, el filme de Joachim Trier sobre un director veterano que quiere rodar una película con su hija actriz, con la que tiene una relación tormentosa. Protagonizada por Renate Reinsve y Stellan Skarsgård, es un drama familiar complejo y sensible con una media hora final sensacional.
No han faltado a la cita con el palmarés los hermanos Dardenne, que siempre pescan algún premio en la competición de Cannes; este año ha sido el de mejor guión para el emocionante Jeunes meras, sobre un refugio para madres adolescentes. El premio a la mejor actriz se lo ha llevado la protagonista del filme francés La pequeña dernière, Nadia Melliti, que interpreta a una adolescente de una familia francesa de origen argelino que vive con vergüenza su homosexualidad. El jurado, además, ha concedido un premio especial a la china Resurrección, de Bi Gan, una de las obras maestras indiscutibles de esta edición, una celebración total del cine y la película más radical del festival.
De 'Viridiana' a 'Sirat'
Casi no hay precedentes de premios para el cine catalán en el Festival de Cannes, salvo, claro, de la Palma de Oro de 1961 a la Viridiana de Luis Buñuel, producida por Pere Portabella (ex aequo con Una larga ausencia de Henri Colpi). En 2010 también ganó la Palma de Oro un filme con un 10% de participación catalana (a través de la productora de Lluís Miñarro), la tailandesa El tío Boonmee recuerda sus vidas anteriores, de Apichatpong Weerasethakul.
Sirat, en cambio, tiene cerca de un 60% de capital catalán y un equipo artístico mayoritariamente catalán, empezando por el actor protagonista, Sergi López; el director de fotografía, Mauro Herce; el productor, Oriol Maymó, y el coguionista, Santi Fillol (nacido en Argentina pero afincado en Barcelona, donde hace de profesor en la Universidad Pompeu Fabra). En ese mismo centro, de hecho, cursó el grado de comunicación audiovisual Oliver Laxe, que habla un catalán perfecto.
En el contexto español, el hito de Sirado también es histórica: desde el Premio del Jurado a El sol del membrillo (1991), de Víctor Erice, los únicos premios a producciones españolas habían sido sólo para películas de Pedro Almodóvar. De hecho, la productora del manchego, El Deseo, también participa en la producción de Sirado, un factor clave para que la competición haya abierto sus puertas en la película de Laxe.