El concurso 'La conexión'
Periodista i crítica de televisió
2 min

El jueves, en la rueda de noticias del 3/24, había una sutileza narrativa muy cómica escondida entre los titulares. Era un inciso fugaz, sólo al alcance de quienes miran la televisión con atención. Una de las noticias explicaba que, este año, la cantada de habaneras de Palafrugell no acabaría con Mi abuelo cómo era tradición hasta ahora. Y explicaban el motivo: "A José Luis Ortega Monasterio, el autor, el documental Muros de silencio de 3Cat le relacionó con un caso de explotación sexual que la familia niega". Y, a continuación, insertaron unas imágenes de archivo del público de Palafrugell cantando La hermosa Lola y blandiendo los pañuelos al viento. El breve fragmento de la canción que seleccionaron para el titular era, precisamente, "Ay qué placeeeeeer... sentía yooooo". La elección, premeditada o inconsciente, hacía inevitable esbozar una sonrisa. Que después de recordar el descubrimiento de Muros de silencio sobre Ortega Monasterio, que le vinculaba –presuntamente– a una red de explotación sexual, escojan estos versos para cerrar la noticia resulta algo cómico. Sea como fuere, se agradece la sutileza. Teniendo en cuenta el montón de noticias trágicas que vemos en el 3/24, está bien que nos hayan regalado este guiño con este humor tan sibilino.

Y hablando de conectar ideas a través del ingenio, vale la pena recomendar el programa que ha estrenado La 1. La conexión es el nuevo concurso de cultura general de los miércoles por la noche. Lo presenta Lara Álvarez, a quien las cadenas privadas nos acostumbraron a mostrar en bikini y al que ahora han vestido con pantalón y americana para apelar al intelecto de la audiencia. El formato predispone a jugar y pide concentración. Cuatro concursantes compiten adivinando palabras, conceptos y nombres que se esconden detrás de definiciones, relatos, imágenes e ideas. Las respuestas siempre sugieren alguna relación entre ellas, hasta tal punto que la prueba final consiste en adivinar qué término conecta todo el universo de palabras que se han contestado durante el programa. El formato une el mundo real con lo digital. El decorado es un fondo virtual con elementos de realidad aumentada que representa una ilusión arquitectónica contemporánea. Recrea una especie de cúpula imaginaria de estilo neorrenacentista postindustrial donde se van proyectando imágenes vinculadas a las definiciones y conceptos que deben estimular una respuesta. En el centro del decorado, letras y palabras emergen flotando en este tipo de fortaleza codificada del saber. Visualmente, se apela a la solemnidad clásica, dinámica fabril y narrativas digitales. Lara Álvarez ejecuta el juego con orden y disciplina y, desde casa, el espectador participa y contesta, aun sin querer. Incentiva el juego con una facilidad asombrosa. Es muy agradable recuperar el espíritu juguetón con un concurso que estimula al intelecto sin ser pretencioso.

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