García Ortiz ya ha recibido la primera sentencia

Y no es solo la de los medios habituales de la derecha, que salieron de partida de caza nada más oler el rastro de sangre. También alguna de las cabeceras consideradas progresistas o amigas comienzan a marcar distancias y considerarlo un lastre muerto que habrá que dejar atrás: la navaja editorial ya rompe la soga. El País, por ejemplo, abre portada con un título lacónico: "El juez procesa al fiscal general". Es una formulación seca, que pone el énfasis en el encontronazo entre las dos figuras de autoridad y así se desvía la atención de la presunta falta. También lo hace La Vanguardia, muy sanchista en esta última etapa, con "El supremo deja al borde del banquillo de los acusados ​​por primera vez un fiscal general". El Mundo, en cambio, titula: "El TS juzgará al fiscal general por haber delinquido por orden del gobierno". En este caso ya no estamos en un choque de togados de distinto signo político, sino de una institución contra un delincuente a las órdenes del gobierno. La causa lo es por revelación de secretos, pero el diario se agarra a la argumentación del juez para embadurnar a Sánchez. L'Abc también habla de "delinquir a las órdenes del gobierno", pero al menos pone unas comillas piadosas.

En cualquier caso, van mal datos para García Ortiz. El Periódico le retrata como alguien que debería estar haciendo las maletas ("El fiscal general se aferra al cargo tras ser procesado por el Supremo") y El País le dedica un editorial donde califica la decisión de procesarlo de "insólita", pero aprovecha para decir que si se confirma que se sentará en el banquillo lo mejor que puede hacer es dimitir. Lo que querrá decir que todo el mundo da por hecho que el fiscal lamerá. Y ésta será la segunda sentencia que recibirá García Ortiz, porque la primera, la de los medios que hasta ahora le habían apoyado, ya ha sido dictada.