
Desde la perspectiva catalana, la opa del BBVA en el Sabadell genera recelos más que comprensibles. Pero las relaciones íntimas entre bancos y algunos diarios hacen que sus posicionamientos editoriales no acabes de saber hasta qué punto obedecen a un posicionamiento genuino o se explican por otros motivos más espurios. Por ejemplo,El Paísdedicaba un editorial al asunto con una dureza granítica. Reña Competencia porque considera que se sacude las pulgas y pasa la patata caliente al gobierno y lanza en su última frase un aviso: "La pelea, en fin, no está ni mucho menos decidida". ranking –ya quien, por tanto, le debe hacer una gracia regular la fusión– es el Santander, propietario del 4,1% de acciones de Prisa y con ascendencia también sobre el 7,1% de la familia Polanco, a quien la entidad de Botín refinanció las deudas.
Lo mismo se puede pensar deLa Vanguardia, que también tiende a subrayar las oposiciones a la operación. "Crece la presión sobre el ejecutivo para que vete la opa en el Sabadell", titulan en portada. Y es verdad, claro, pero de nuevo cabe pensar que el hecho de que el editor del diario sea vicepresidente de CriteriaCaixa y de la Fundación La Caixa puede tener un peso en la orientación del medio, teniendo en cuenta que a la entidad catalana tampoco le conviene que sus rivales se hagan mayores por absorción. Si estuviéramos en el mercado inglés o americano, estos aparentes conflictos de intereses se harían explícitos en las respectivas coberturas, pero ésta es una práctica poco extendida y, de hecho, la participación de entidades financieras en medios de comunicación suele ser opaca. Sánchez se ha conjurado para marcarse a un Carles Porta y poner luz en la oscuridad, a través de un registro obligatorio: ya veremos si lo consigue.