Macroeconomía

Los sueldos todavía no se han recuperado de la inflación en la mayoría de economías desarrolladas

El poder adquisitivo de las familias sigue por debajo de los niveles de 2020 en 21 países de la OCDE

Compradoras en un supermercado, en una imagen de archivo.
10/06/2025
5 min

BarcelonaLa inflación de los años inmediatamente posteriores a la pandemia erosionó la capacidad adquisitiva de las familias, y en la mayoría de economías avanzadas los sueldos todavía no se han recuperado. Según un informe de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE, el organismo que agrupa a las principales economías desarrolladas del mundo), en el tercer trimestre del año pasado, los sueldos habían recuperado la capacidad de compra que tenían en 2020 en sólo 12 de los 33 países más avanzados.

Con la reactivación de la economía global con el fin de la pandemia y, posteriormente, con la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, la mayoría de economías desarrolladas sufrieron fuertes subidas de los precios de bienes y servicios de consumo. En España, el pico se produjo el verano de hace tres años, cuando la tasa anual de inflación superó el 10%, pero en países europeos con mayor dependencia del gas ruso, las cifras llegaron a superar el 20%.

En este sentido, pues, el coste de la vida de las familias se disparó, mientras que los sueldos se mantuvieron mucho más estables. En un caso así, el resultado es una devaluación de los salarios, que se traduce en una menor capacidad de compra para la población. Este hecho ha provocado que en la mayoría de estados de la OCDE todavía no se hayan recuperado los niveles del primer trimestre de 2021, cuando todavía no había comenzado el episodio inflacionista.

La inflació ha erosionat els sous a les economies desenvolupades
Variació en percentatge del salari real als estats membres de l'Organització per a la Cooperació i el Desenvolupament Econòmic (OCDE) des del primer trimestre del 2021.

Variació des del primer trimestre del 2021 fins al tercer trimestre del 2024

Variació des del primer trimestre del 2021 fins al mínim del període 2021-2024

-20

-15

-10

-5

0

5

10

15%

Letònia

Lituània

Hongria

Àustria

Polònia

Portugal

Mèxic

Eslovènia

Estònia

Itàlia

Irlanda

Eslovàquia

Mitjana de l’OCDE

Noruega

RepúblicaTxeca

Costa Rica

Canadà

Corea del Sud

Dinamarca

Israel

Mitjana de la zona euro

Espanya

Alemanya

Psos Baixos

Finlàndia

Nova Zelanda

Suècia

Regne Unit

Estats Units

Japó

França

Austràlia

Suïssa

Islàndia

Luxemburg

Bèlgica

Variació des del primer trimestre del 2021 fins al tercer trimestre del 2024

Variació des del primer trimestre del 2021

fins al mínim del període 2021-2024

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Letònia

Lituània

Hongria

Àustria

Polònia

Portugal

Mèxic

Eslovènia

Estònia

Itàlia

Irlanda

Eslovàquia

Mitjana de l’OCDE

Noruega

Rep.Txeca

Costa Rica

Canadà

Corea del Sud

Dinamarca

Israel

Mitjana de la zona euro

Espanya

Alemanya

Psos Baixos

Finlàndia

Nova Zelanda

Suècia

Regne Unit

Estats Units

Japó

França

Austràlia

Suïssa

Islàndia

Luxemburg

Bèlgica

Variació des del primer trimestre del 2021 fins al tercer trimestre del 2024

Variació des del primer trimestre del 2021

fins al mínim del període 2021-2024

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Letònia

Lituània

Hongria

Àustria

Polònia

Portugal

Mèxic

Eslovènia

Estònia

Itàlia

Irlanda

Eslovàquia

Mitjana de l’OCDE

Noruega

Rep.Txeca

Costa Rica

Canadà

Corea del Sud

Dinamarca

Israel

Mitjana de la zona euro

Espanya

Alemanya

Psos Baixos

Finlàndia

Nova Zelanda

Suècia

Regne Unit

Estats Units

Japó

França

Austràlia

Suïssa

Islàndia

Luxemburg

Bèlgica

De hecho, la falta de recuperación del poder adquisitivo de los sueldos es especialmente acusada en la Unión Europea. De los doce estados de la OCDE en los que los salarios reales superan ya los niveles de 2021, siete son estados miembros de la UE (cinco de ellos, de la zona euro). Los veinte países de la UE restantes todavía tienen salarios reales por debajo de hace cuatro años por término medio.

Los datos de la OCDE, además, estudian salarios medios y la inflación media, pero los efectos son muy diferentes según el tipo de familia. A las familias con rentas bajas "les afectaba muchísimo más" la inflación que a las que tienen mayores ingresos o mayor patrimonio, ya que los productos de la cesta de la compra que más se encarecieron son los que más consumían los hogares más pobres, donde, además, deben dedicar un porcentaje más elevado de los sueldos a consumo, dice Raúl Ramos, catedral. "Los patrones de consumo son muy heterogéneos", comenta.

El "impacto" principal de este incremento de los precios que ahora ya parece llegar a su fin es "un aumento de la desigualdad", añade Ramos. Por el efecto de la inflación sobre los bienes de consumo, pero también porque "los menores salarios han crecido menos" en la gran mayoría de países de Europa. "Ahora vemos que hay gente que tiene uno o dos trabajos y que no llega a fin de mes", remarca el catedrático de la UB.

La lentitud de los salarios de ajustarse a las subidas de los precios es un fenómeno que lleva décadas arrastrando en Europa y en todo el mundo. Las raíces se encuentran en la pérdida de poder de los sindicatos en procesos como la negociación colectiva, resultado de las reformas laborales aprobadas en todo el continente durante la crisis y que buscaban justamente contener los sueldos. De hecho, España fue uno de los estados en los que se aprobó una reforma más polémica, durante el gobierno de Mariano Rajoy, que posteriormente fue reformada.

El resultado de esas reformas fue que los sueldos suben más lentamente, pero al mismo tiempo hay "una menor volatilidad en el empleo". Dicho de otro modo, la contención salarial es la contrapartida en evitar que en tiempos de crisis se dispare el paro: Los trabajadores pasan a ganar menos, pero también se destruyen menos empleos. "Debemos decidir y el debate está ahí", apunta Ramos.

Compensaciones con el salario mínimo

La pérdida de poder adquisitivo tiene un efecto directo sobre el bienestar y la vida cotidiana de la mayoría de la población. Ante esto, los gobiernos han reaccionado aprobando subidas del salario mínimo en buena parte de los estados de la OCDE. "Es una respuesta: los gobiernos han hecho una apuesta decidida por subir el salario mínimo legal", dice Ramos sobre la mayoría de estados europeos.

En este sentido, las cifras de la OCDE son claras: "El sueldo mínimo legal real era mayor en enero de 2025 que en enero de 2021 en, virtualmente, los 30 países de la OCDE que lo tienen", apunta el informe del organismo. En promedio, este incremento fue del 8,8%, mientras que el sueldo mediano (es decir, el que tiene un 50% de los sueldos por debajo y el otro 50% por debajo) creció menos, un 5,5%, de acuerdo con el estudio.

Esta política tiene como objetivo más primordial aliviar los efectos de la inflación sobre las familias con menos ingresos y, por tanto, evitar que la desigualdad crezca aún más. Sin embargo, tienen un efecto sobre el resto de sueldos, ya que el salario mínimo suele actuar de mínimo con el que todos los trabajadores comparan sus sueldos. Así, cuando el salario mínimo sube, también lo acaban haciendo el resto de salarios, porque muchos trabajadores reclaman mejoras pese a cobrar de entrada más que el salario mínimo.

Esta subida del salario mínimo tiene un impacto directo sobre el consumo de las familias, uno de los pilares de la actividad económica. Cuanto más ingresos, más sube el consumo en general, pero los académicos coinciden en que las mejoras salariales de los trabajos peor pagados tienen un mayor impacto positivo, porque buena parte de los incrementos se dedican al consumo, mientras que si quien recibe un aumento de sueldo ya tiene un salario más elevado, probablemente se destinará el dinero adicional al ahorro oa inversiones.

Ramos apuesta por que las subidas del sueldo mínimo continúen, como mínimo en un futuro próximo. "La lucha contra la desigualdad seguirá en la agenda política", pronostica. Ahora bien, añade que no será el único factor a tener en cuenta. Por ejemplo, la política monetaria del Banco Central Europeo —y, de hecho, de la mayoría de bancos centrales— ha sido restrictiva hasta hace poco, con incrementos de los tipos de interés justamente para frenar la inflación, pero con el efecto negativo de encarecer el crédito a las familias endeudadas y dificultar su acceso a las empresas que quieren realizar inversiones.

Sin embargo, con la inflación al 2% —el nivel que marca como óptimo el BCE a largo plazo— en la zona euro, el BCE lleva meses recortando de nuevo los tipos de interés, lo que puede favorecer la actividad económica y la inversión empresarial, lo que aumenta la demanda de trabajo por parte de las empresas y, por tanto, presión.

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