Takahiro Nakamae: "Catalunya acoge a la mitad de los centros empresariales japoneses del Estado"
Embajador de Japón en España

MadridSalvador Illa inicia este lunes un viaje oficial a Japón y la República de Corea por reafirmar la posición de Cataluña como polo de inversión. En este contexto, el embajador de Japón en España desde el año 2022, Takahiro Nakamae, atiende al ARA en su despacho en la embajada japonesa en medio de una agenda marcada por la difusión de la Exposición Universal que este año acoge el país nipón.
Este 2025 se celebra el Año Catalunya-Japón y la Generalitat participará en la Expo Osaka 2025. ¿En qué punto se encuentran las relaciones?
— Las relaciones entre Japón y Cataluña están en muy buenas condiciones. Las actividades empresariales son vigorosas y existen varios proyectos de inversiones [en marcha]. Desde hace más de quince años, la Generalitat apuesta por nuestras relaciones con el Plan Japón, que funciona como plataforma en el ámbito económico, político y cultural. Por ejemplo, vemos un auge de los intercambios culturales y destaca el Manga Barcelona con incomparables concurrencias. También me consta que hasta 10 ciudades organizan fiestas culturales de Japón y en cinco institutos ya se ofrecen cursos de japonés. Me parece muy oportuno el viaje de promoción de la Generalitat y es necesario aprovechar la oportunidad.
A usted le nombraron embajador justo después del cierre de Nissan, lo que supuso un golpe económico y social. ¿Cómo lo vivió?
— Es una decisión de una empresa particular, así que no estoy en posición de comentar. Sé que hubo repercusiones sociales en Cataluña [a raíz del cierre], pero si miramos las relaciones económicas y empresariales entre Japón y Cataluña veo un paisaje diferente.
¿El cierre implicó un enfriamiento de las relaciones o se ha pasado página?
— Cataluña acoge unos 185 centros de trabajo de empresas japonesas, entre oficinas y plantas, que son casi la mitad de los que operan en España, y siguen avanzando las inversiones: en farmacéutica, en tecnología informática, en empresas emergentes de inteligencia artificial… El Barcelona Supercomputing Center, por ejemplo, coopera muy intensamente con una empresa ya una inversión de 75 millones de euros para instalar unhubde suministro de vehículos en el puerto de Barcelona, con la mirada puesta en Europa, en el Mediterráneo y el norte de África.
— Los empresarios [japoneses] están buscando nuevas inversiones. No se trata de si se ha pasado página o no. El ambiente de inversión siempre cambia y las empresas buscan dónde colocar sus recursos para optimizar sus rendimientos, y las decisiones se hacen de acuerdo con lo que perciben. Las multinacionales son cada vez más conscientes de los desafíos globales como cambio climático, seguridad económica, transformación digital y los tienen en cuenta a la hora de continuar con su actividad. Los gobiernos también debemos tener en cuenta estos cambios para tomar medidas proactivas. Creo que la Generalitat es consciente de esto a la hora de fomentar el intercambio empresarial.
¿Ante la política proteccionista del gobierno de Donald Trump pueden llegar más inversiones japonesas en la UE, en España o en Cataluña?
— Japón considera lamentables las medidas arancelarias de Estados Unidos. Seguimos animando a Estados Unidos a reconsiderarlas, y seguimos negociando. Japón apoya los principios del libre comercio y, con el proteccionismo, los países que se ven afectados son los más pequeños y vulnerables. El libre comercio y el multilateralismo puede que sean imperfectos, pero de momento es lo mejor que tenemos. Sobre esta base, y dada la situación de imprevisibilidad actual, estamos intensificando las colaboraciones con otros socios a escala global.
Japón invertía mucho en Catalunya, pero después hubo cierto repliegue y muchas deslocalizaciones en países más económicos. ¿Mantenen vocación industrial?
— No comparto la preocupación [por la deslocalización]. La inversión japonesa en Cataluña es muy fuerte y existen varios proyectos que están reforzando sus capacidades de producción y también se están desarrollando nuevas áreas de inversión. Lo importante es que Cataluña siga emitiendo sus ventajas [para atraer a las empresas japonesas]: previsibilidad, estabilidad y apoyo a las inversiones de una manera adecuada, equitativa y justa.
— También ha crecido el llamado [negocio] B2B. No son necesariamente empresas visibles que producen productos de consumo, sino que se integran en la cadena global de producción. El papel del Gobierno [de Cataluña] es el de impulsar estos movimientos porque es la forma de dar vigor a las actividades económicas. No se cuestiona la vocación industrial [de Japón], lo que estamos discutiendo es cómo colaborar en un mercado competitivo.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido de la economía catalana?
— El surgimiento de nuevas actividades empresariales, sobre todo en tecnología informática, como las empresas de videojuegos o empresas emergentes que producen contenidos vinculados a la inteligencia artificial. Es un sector que crea riqueza en términos de recursos humanos en Barcelona, adonde llegan muchos ingenieros informáticos porque les gusta mucho la ciudad. Lo mismo ocurre en la química y la farmacéutica, donde existen industrias base en las que las empresas japonesas pueden invertir con nuevas tecnologías y elevar la productividad. También atrae mucho al nivel de vida de Barcelona, de las mejores ciudades sin excepción.
Usted tiene una extensa trayectoria diplomática. ¿Hasta qué punto considera que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca es un punto de inflexión?
— No sólo en Estados Unidos; el mundo está en un punto de inflexión histórico. Venimos de años de optimismo en los que vemos que la globalización, la interdependencia y el libre comercio nos traerían un mundo mejor. Pero mientras algunos países se han desarrollado de forma espectacular, otros se han quedado atrás, y la diferencia ha aumentado. Además, la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha marcado un punto final de esa época.
— La división, la confrontación, las tendencias de pensamientos como el extremismo o el populismo son fenómenos globales y creo que es muy importante intentar entenderlos. Lo importante es ver qué podemos hacer y Japón siempre se basa en los principios de proteger, mantener y apostar por un orden internacional libre y abierto, en base al principio del imperio de la ley.
Ante este escenario, Europa y España miran más a China. ¿Cómo lo ve Japón?
— La UE y España son socios estratégicos para Japón. Nadie duda de la oportunidad que significa la colaboración con China. Pero es cierto que también está planteando desafíos intentando cambiar elstatu quo en los mares y estamos preocupados por la situación en el estrecho de Taiwán. Entonces, nuestra posición es mantener con China una relación constructiva y estable con diálogo, pero sin dejar de plantear nuestras inquietudes.