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"Las ciudades que viven del turismo no tardarán en morir"

El periodista y escritor italiano Marco de Eramo visita Barcelona para presentar 'El selfie del mundo', donde investiga "la mayor industria de nuestro tiempo"

El ensayista Marco de Eramo, en Barcelona
03/06/2025
3 min

BarcelonaQuizás porque vive a cien metros del Coliseo, siempre infestado de turistas, el periodista y escritor Marco de Eramo (Roma, 1947) ha acabado dedicándole un ensayo. El selfie del mundo (Anagrama; traducido al castellano por Xavier González Rovira) se adentra en "la industria más importante de nuestro tiempo", en palabras del autor. "Hace sólo dos siglos nadie podía prever que dedicaríamos tanto dinero y tanto tiempo a viajar", explica. Según Marco de Eramo, que ha visitado recientemente el CCCB, el turismo fue posible gracias a dos revoluciones: “La primera, la revolución tecnológica de los transportes. Lo primero que dedicó un libro a la experiencia de viajar en crucero fue Mark Twain. The inocentes abroad [Los inocentes en el extranjero] (1867-1869) vale mucho la pena". La segunda revolución tiene que ver con las conquistas sociales a consecuencia de la lucha de clases: "Si los transportes permitieron desplazarse físicamente, el tiempo libre retribuido y, más adelante, el sistema de pensiones hicieron posible que el turismo se fuera democratizado. Es importante no olvidar que el turismo fue fruto de una lucha política. Si al principio sólo las élites se podían permitir lujos como el grand tour, el turismo se fue expandiendo hacia capas cada vez más amplias de la sociedad, hasta llegar al actual turismo low cost".

Marco de Eramo considera que, en el debate actual sobre el turismo, demasiado a menudo se denigra al turista. "Vestido de forma ridícula, con camisas de flores, pantalones cortos, chanclas y gorra, al turista no se le puede tomar en serio –comenta–. Pero el turista no es quien hace posible el turismo, sino su mano de obra". El desprecio hacia el turista viene de lejos. "Lo primero que lo utilizó en literatura, y con connotaciones negativas, fue Stendhal", recuerda. El autor deEl selfie del mundo hace referencia a Memorios de un touriste [Recuerdos de un turista] (1838), en el que el escritor francés narra viajes a lugares como Bretaña, Normandía, Ginebra, Marsella y Burdeos intentando rehuir las impresiones banales sobre edificios emblemáticos y paisajes y tratando de ofrecer un punto de vista singular y personal. "Stendhal es pionero en el menosprecio del turista, que creció más adelante, cuando abogados, funcionarios, médicos y otros profesionales liberales pudieron viajar –afirma–. El turista fue perdiendo su individualidad y acabó asociando con una masa. Hoy por hoy, uno de los sueños del turista es viajar a un lugar vacío de turistas, hacer manos. paradójico".

Un barcelonés protestante contra el turismo

Consecuencias del turismo

Después de seguir la evolución histórica del turismo, Marco de Eramo enfoca El selfie del mundo al diseccionar el fenómeno en la actualidad. "El turismo vende una mercancía inmaterial pero lo hace a través de una estructura pesada y materialísima. Para que sea posible necesita aeropuertos, carreteras, restaurantes, agencias de viajes, restaurantes, tiendas de souvenirs... Si miramos qué representa el turismo directamente en el PIB de países como España, Francia o Italia, ya se acerca al 15%. En caso de que incluyéramos todas las industrias que dependen del turismo, esta cifra sería mucho más alta. Por eso durante la pandemia de la covid-19 la restricción de la movilidad tuvo consecuencias tan dramáticas, económicamente hablando", explica.

El impacto medioambiental de viajar "también es muy elevado", añade D'Eramo, que destaca dos transformaciones urbanas recientes vinculadas al turismo: ". Las familias ya no pueden vivir y marchan a otros barrios. Se quedan solteros, expados y turistas". La otra es "la expulsión del tráfico": "El centro histórico se convierte en un espacio sólo para peatones donde se intensifica la mercantilización. Hay ciudades como Londres y París que ya cuentan con un entertainment distrito para turistas, pero el resto de la superficie es para la gente de la ciudad. El problema de una ciudad no es que vengan turistas, sino que la ciudad viva del turismo". Marco de Eramo toma aire y suelta una máxima contundente: "Las ciudades que viven del turismo no tardarán en morir".

El autor de 'El selfie del mundo es especialmente crítico con la patrimonialización. "El fetichismo del pasado y el integrismo de la antigüedad impiden que una ciudad avance –dice–. Cuando la Unesco certifica que un lugar es patrimonio de la humanidad firma su sentencia de muerte". Un ejemplo extremo de esta práctica es el ticket que debe pagarse para acceder al centro histórico de Venecia. "Hay casos aún más alucinantes, como el de la transformación reciente de los sassi de Matera: esas mismas cuevas frías y húmedas donde malvivía la gente han sido reconvertidas en hoteles de lujo –continúa D'Eramo–. Ahora puedes pagar una fortuna por dormir en un sitio que no hace mucho era visto como una vergüenza nacional".

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