Ni un día en casa

El Celler dels Avis: la memoria de un barrio cocinada a la brasa

Ester y Jaume regentan una casa de comidas con buen producto y clásicos de la gastronomía catalana

Ester y Jaume del restaurante El Celler dels Avis.
  • Dirección : Calle Liuva, 47, Barcelona
  • Carta : Catalana ya la brasa
  • Obligado : Cualquier plato hecho a la brasa
  • Vino : Predominan los vinos catalanes.
  • Servicio : Eficiente
  • Local : Mantiene la esencia de la bodega
  • Precio pagado por persona : 35 €

En las paredes del restaurante cuelgan multitud de fotografías antiguas de Sant Andreu. lo comenzaron todo. Tenían unos viñedos en la zona de Trinitat Vella, y por eso decidieron abrir una bodega en el barrio. los clientes han mandado al restaurante, ellos nos han marcado el camino a seguir. Plato que les gustaba, plato que manteníamos a la carta", confiesan ambos.

Una carta que tiene claro su objetivo, satisfacer al comensal con muy buen producto, y con platos clásicos de la gastronomía catalana, y añade el: primero decidimos platos de la tierra como el xató (con escarola, bacalao, bonito, anchoas, aceitunas y salsa romesco), la esqueixada de bacalao y también compartimos una ración de jamón ibérico de bellota y un carpaccio de ternera con queso la arroz atención, la frase de Ester sobre la brasa y Jaume hace que de segundo pidamos las extraordinarias costillas de cordero (¡ponen ocho!), los pies de cerdo con judías y el plato contundente: media butifarra con judías del ganchillo, tocino y media butifarra negra El dos y el restaurante nos recomiendan el vino de la casa, "es una mezcla de Priorat seco y Priorat dulce. Antes se hacía así y le llamaban vino de bota y aquí mantenemos la tradición. Este que bebe es de Tarragona". El postre: crema catalana, helado de vainilla y profiterols

Ester y Jaume saben que Celler tiene escrito su punto final. Su hija mayor, Iris, se dedica a la música, y la pequeña, Paula, que nació cuatro meses antes de abrir el restaurante, lo hizo con una pequeña deficiencia que no esperaban. "La conoce todo el mundo, en el restaurante. Se pone conmigo en la cocina, le pongo música y se lo pasa muy bien", dice Jaume.

Pero más allá de los platos, las brasas y las paredes llenas de recuerdos, el Celler es sobre todo el latido de Ester y Jaume. Es la casa que han construido juntos, con el mismo amor con el que se miran después de tantos años y con la misma complicidad con la que sirven un plato o destapan una botella de vino.

Él podría jubilarse en poco tiempo, pero a Ester aún le quedan años de trabajo. "Lo dejaremos juntos, nos iremos los dos de la mano. No concebimos el restaurante sin uno o sin otro".

Cuando un día decidan apagar los fogones y bajar la persiana por última vez, no será un adiós para siempre, porque su historia seguirá viva a cada cliente que alguna vez brindó en sus mesas. El Celler no es sólo un restaurante, es la memoria de un barrio, el reflejo de una vida compartida y el mejor recordatorio de que hay amores que, como el buen vino, sólo mejoran con los años. La Bodega de los Abuelos es el mejor homenaje a la vida.

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